La pornografía ha aumentado con la llegada de las nuevas tecnologías. La fácil accesibilidad, la comodidad y el anonimato han favorecido un aumento exponencial de su consumo, consecuentemente también la dependencia del mismo.
Última actualización: 29 de enero de 2022
La mayoría de nosotros usamos Internet de manera rutinaria como fuente principal de información, así como también como medio de comunicación y socialización. Durante la última década, el uso de la pornografía en Internet se ha convertido en un fenómeno popular (Mayer, 2011), hasta el punto de que hablan en algunos casos de adicción a la pornografía.
La mayoría de la gente usa la pornografía para divertirse, sin embargo, para algunos se convierte en un hábito que genera adicción y comportamientos descontrolados (Gola, 2016), lo que puede acabar generando una adicción a la pornografía.
Hablamos de pornografía en referencia a material audiovisual que presenta explícitamente actividades sexuales y genitales con el objetivo de excitar al espectador. La llegada de las nuevas tecnologías ha traído consigo un aumento en el visionado de este material y, en ocasiones, la consiguiente adicción a los pornógrafosa, ya que acceder a ella es mucho más fácil, rápido y aparentemente anónimo.
Según Joyce (2008), regular el acceso a la pornografía web ha demostrado ser una tarea particularmente difícil para los legisladores de las comunidades internacionales. Esto se debe en gran parte a su naturaleza voluble y al medio electrónico en el que reside, que cambia constantemente.
“Cuenta la leyenda que cada nueva tecnología se utilizó por primera vez por motivos relacionados con el sexo o la pornografía. Este parece ser el camino de la humanidad".
-Tim Berners-Lee-
Exploremos el tema de la pornografía.
Peter y Valkenbur (2010) definen la pornografía como material sexualmente explícito producido profesionalmente cuyo objetivo es excitar sexualmente al espectador.
Las personas con adicción a la pornografía pueden pasar largos períodos viendo imágenes, videos y otro material pornográfico, que es lo que puede generar un estado de aislamiento social, así como causar depresión profunda, neurosis y cambios de humor impredecibles.
El consumo de pornografía online está tan extendido en la sociedad occidental que muchos niños empiezan a usarlo alrededor de los 10 años. Si bien no parece ser un gran problema, se ha demostrado que el abuso puede causar efectos dañinos al cerebro.
No existe un perfil del usuario típico; es una costumbre muy extendida que puede tener un aspecto positivo (para determinadas comunidades, para personas con habilidades sociales reducidas, para completar la vida sexual) y un aspecto negativo (adicciones, pérdida de control, problemas de pareja y familiares). Aparentemente las complicaciones son pocas.
La pornografía en Internet permite el voyeurismo, el visionado de cualquier práctica, el uso de modelos reales no profesionales y el espionaje de nuestros hábitos a través de códigos IP. Estas actividades sexuales en línea parecen estar impulsadas por la alta accesibilidad y el anonimato.
"Los vicios llegan como pasajeros, nos visitan como invitados y quedan como amos"
-Confucio-
¿Cuándo podemos hablar de adicción a la pornografía?
La persona adicta a la pornografía poco a poco degenera y trata de practicar todo lo que ve, como en el caso de Teb Bundy (Michaud y Aynesworth, 2022); las personas adictas que no tienen pareja pueden tener dificultades para relacionarse con personas del sexo opuesto; pueden presentarse con depresión aguda, culpa y aislamiento social.
Por lo general es muy difícil reconocer la propia adicción, hasta el punto de justificar y ocultar el propio comportamiento, haciendo más difícil obtener ayuda de un profesional.
Cuando se da cuenta de que la pareja no adopta las mismas actitudes que los actores en escena, la persona adicta a la pornografía puede sentirse tan decepcionada que ya no siente satisfacción en la relación íntima.
De acuerdo a la investigación realizada por Velasco, A. y Gil, V (2017), se concluyó que la adicción a la pornografía puede causar problemas físicos y psicológicos equiparables a los derivados del consumo de cocaína, marihuana y otras sustancias psicoactivas.
¿Existe alguna estrategia para combatir esta adicción?
Aquí hay algunas técnicas que podrían ayudar a prevenir y combatir la adicción a la pornografía, especialmente en los adolescentes:
- Evite escuchar y visualizar contenidos sexualmente explícitos en medios audiovisuales (internet, radio, televisión, teléfono…).
- restringirlosacceso a Internet en interiores (instalación de programas antipornográficos en ordenadores y teléfonos móviles).
- Haz que lo hagan actividad deportiva o recreativa.
- Conserva uno activa vida social y espiritual.
- En casos extremos, buscar ayuda de un psicoterapeuta oa un especialista con experiencia en adicciones sexuales.
En cualquier caso, la primera medida recomendable para solucionar el problema de la adicción a la pornografía es buscar la ayuda de un profesional (psicólogo o psicoterapeuta). Este será el mejor método para una solución real al problema.