Última actualización: 26 octubre, 2018
La maternidad es una experiencia única que te hace crecer y divertirte. Es un período lleno de emociones, una etapa vital de alegría, cansancio, cambios y expectativas que debemos aprender a controlar. Lidiando con la maternidad significa vivir una experiencia abrumadora y de enormes satisfacciones.
Cuando está esperando un bebé, a menudo siente los cambios que se avecinan y piensa que está preparada, pero la verdad es que a la mayoría de las mamás las toma por sorpresa. La llegada de un bebé genera emociones positivas como la felicidad y la esperanza, pero al mismo tiempo rompe muchas rutinas y prioridades. Es una fase disruptiva. Por eso, es muy importante saber cómo afrontar mejor la maternidad.
Sentirse desestabilizado por un cambio tan grande no significa necesariamente que no esté listo; inevitablemente nos molesta. Como todas las cosas importantes, se necesita tiempo para adaptarse a los cambios que están a punto de ocurrir.
Ser madre significa asumir un nuevo papel importante y encontrar el equilibrio puede parecer casi imposible, especialmente en los primeros meses. Pero no lo es. En primer lugar, debes tener claro cuál es tu papel para afrontar plenamente la maternidad.
Cómo afrontar la maternidad
No hay una única forma de afrontar la maternidad, de hecho hay tantas como madres. Sin embargo, hay algunas cuestiones a tener en cuenta, especialmente si no queremos que se apoderen de nosotros momentos de ansiedad y desesperación.
No te dejes abrumar por las opiniones de los demás.
La maternidad es una etapa llena de presiones y prejuicios, de estereotipos y críticas que perfilan lo bueno y lo malo. Lo que hace buena o mala a una madre. No caigas en este círculo... solo el pediatra puede decir lo que está bien y lo que no.
No te centres en cómo debería ser la maternidad, sino en lo que es para ti. Dale un sentido personal, no lo construyas con criterios externos, de lo contrario difícilmente podrás disfrutarlo y sentirte en paz. Recuerda que en la base de la maternidad está el amor, y el amor siempre es natural: sigue tu instinto y apóyate en criterios personales. Construya su definición de madre y encontrará la mejor madre para su hijo.
corresponsabilidad
Mamá y papá son figuras distintas, pero ambos son igualmente capaces, fundamentales y competentes. Si como madres sentimos que la pareja quiere lo mejor para el bebé, ¿por qué no podemos delegar nuestras tareas al padre y no confiar plenamente en él?
Suele suceder que la mujer asume todas las responsabilidades inherentes a la maternidad, no permitiendo que el padre se involucre con la misma intensidad en el crecimiento y cuidado de los hijos. Esto es injusto. ¿Por qué entonces nos quejamos de ello? Por el contrario, a veces no percibimos por parte de la pareja el deseo de asumir este compromiso.
Ambos escenarios no deberían suceder. Abandonamos la tranquilidad y la resignación. La responsabilidad y cuidado del bebé no es de una sola persona (en el caso de familias biparentales), y es fundamental repartir equitativamente las responsabilidades que se derivan de la maternidad.
Asertividad
Las personas que te rodean siempre están sugiriendo, repitiendo e insistiendo en cómo se deben hacer las cosas. No importa si los conoce desde hace cinco minutos o años, todos parecen saber qué es lo mejor para sus hijos. Incluso se toman la libertad de corregirte o criticarte.
Bueno, a menos que pueda establecer límites claros lo antes posible, la situación no cambiará. Los padres son los únicos responsables del bienestar físico y emocional del niño. Encuentre formas de expresar clara y cortésmente lo que le molesta y deje que los demás sepan que usted tiene que tomar las decisiones.
La maternidad hay que abordarla con respeto, y no dejar que los demás oculten su arrogancia tras consejos u opiniones.
Evitar la culpa
La culpa es una emoción que surge fácilmente entre las mujeres en su primer embarazo. Se sienten culpables porque no pueden amamantar, porque no pueden pagar la guardería, porque llegaron tarde, porque el bebé se enfermó, porque no pueden disfrutar el momento, porque se sienten tristes… Un sentimiento de culpa interminable.
La culpa puede convertirse en un callejón sin salida. No es constructivo, y difícilmente puede volverse positivo. Reemplázalo con responsabilidad y toma de decisiones. Si crees que estás equivocado, asegúrate de hacerlo mejor la próxima vez. Si no hay nada que pueda hacer para evitarlo, la responsabilidad no es suya y no tiene sentido sentirse culpable. Y si estás trillada, irritada o sientes que no estás disfrutando de la maternidad... Para. Analízate a ti mismo. Obtenga ayuda y comience de nuevo.
tiempo para ti
Ser una buena madre no significa estar las veinticuatro horas del día con el bebé. Muchas veces no nos permitimos separarnos del niño porque no lo consideramos necesario o porque pensamos que dejarlo en manos de otros hace malos padres.
Afrontar con éxito la maternidad también implica no renunciar a uno mismo como persona única e independiente. No tienes que renunciar a tu carrera profesional, amigos, pareja o tiempo libre. No y No. Basta con aprender a organizarse y adaptarse a los nuevos retos que se vislumbran en el horizonte.
Cuando te conviertes en madre, no dejas de ser mujer. No puedes rendirte y dejar de cuidarte. No puedes dejar de lado otras áreas importantes de tu vida. Para sentirte bien como madre, primero debes sentirte bien contigo misma.
Los padres felices criarán hijos felices. No os abandonéis, pues, porque por más bella e importante que pueda ser la maternidad, la vida va más allá del papel de madre.
Nada se compara
La maternidad se define como una experiencia maravillosa, única e irrepetible. Es la verdad. Lo que no todos dicen, sin embargo, es que también es una etapa muy dura donde todo cambia. Podemos sentirnos abrumadas, desconcertadas, hartas… Y a veces incluso solas y abandonadas en una espiral de emociones negativas, donde otras madres aparecen mucho más guapas, felices y contentas.
A veces no es oro todo lo que reluce. Pero aunque así fuera, recuerda que cada madre es única y cada situación diferente: en el campo de la maternidad y la educación no hay lugar para las comparaciones. Abordar la maternidad de forma saludable significa sentirse protagonistas de la propia experiencia y dar lo mejor de uno, dejando de lado lo demás. No tenemos que dejarnos condicionar por otras madres; la maternidad no es una competencia.
Hay varias maneras de ser una buena madre.
Hay infinitas maneras de lidiar con la maternidad. La mejor manera es hacerlo tuyo. Deshazte de toda presión innecesaria y disfrútalo a tu manera.
Una nueva persona está a punto de venir a este mundo para construir el suyo propio. Es importante entender que las inseguridades, las dudas y los malos días son parte de la maternidad y de la vida. También es importante aceptar que no todas las emociones que vamos a sentir en una fase tan intensa serán positivas. Sería extraño si ese fuera el caso.
La maternidad es una joya en bruto que nos toca a nosotras pulir día a día. No olvidemos que antes que madres, somos personas. Somos el eje central de nuestra vida, el pilar sobre el que nuestros hijos construirán la suya. A veces basta con ser generosa con una misma para afrontar la maternidad de forma sana.