Última actualización: 21 de diciembre de 2017
Saber cómo nos sentimos y cómo no es tarea fácil. El universo emocional aún nos es desconocido a todos, en mayor o menor medida. En este contexto, la alfabetización emocional surge como una posibilidad de llenar todos los vacíos emocionales que aún nos acechan.
Nadie nos ha enseñado qué son las emociones, qué roles juegan o cómo podemos identificarlas. En la escuela no teníamos ninguna asignatura relacionada con este tema y ni siquiera se consideraba importante para nuestra educación. Asi que, las emociones pasaron desapercibidas durante años hasta que, poco a poco, fueron ganando el protagonismo que se merecen.
Hoy sabemos que somos seres emocionales, además de sociales, y que podemos encontrarnos en función de cómo manejemos este chispeante diálogo interior. Indudablemente las emociones han ganado terreno y hoy queremos que la educación dé un paso adelante en este sentido. Echemos un vistazo más profundo a la alfabetización emocional.
“El aprendizaje socioemocional ayuda a los niños a desarrollar habilidades de comunicación e integración social”.
-Neva Milic Müller-
¿Qué es la alfabetización emocional?
La palabra "alfabetizar" se asocia comúnmente con el proceso de enseñar a leer o escribir. Habilidades básicas en educación. Sin embargo, parece que este concepto se ha ido asociando progresivamente a distintos campos en función del contenido de la enseñanza. Algunos ejemplos son expresiones como alfabetización informática, científica o tecnológica.
Teniendo en cuenta estos avances, no podemos dejar de pensar que la educación parece enfrentarse a nuevos retos. Entre estos, uno de los más difundidos e interesantes para nuestro bienestar es la alfabetización emocional: el proceso de educar las emociones, a partir del ámbito escolar.
La alfabetización emocional consiste en enseñar qué son las emociones, para qué sirven y cómo se expresan. Es enseñar a comprenderse a uno mismo y a los demás a nivel emocional. Un reto educativo al que cada vez más escuelas y jardines de infancia se enfrentan a través de programas en los que se ha integrado la educación emocional.
Tenga en cuenta que los conceptos de alfabetización emocional y educación emocional se usan indistintamente para referirse a lo mismo. Un tren con diferente nombre y con el mismo itinerario.
“La educación emocional es el proceso educativo continuo y permanente que tiene como objetivo promover el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, ya que ambos representan dos elementos esenciales del desarrollo completo de la personalidad”.
-Rafael Bisquerra-
Autores como Daniel Goleman y Rafael Bisquerra han mostrado un gran interés por este concepto y más aún por su desarrollo.. Goleman señala que la educación del carácter particular, el desarrollo moral y la civilización de un individuo van de la mano con la alfabetización emocional y la educación de la inteligencia emocional.
De esta forma, la alfabetización emocional surge como una oportunidad para hacer frente a conductas perturbadoras, agresiones o conflictos en las relaciones interpersonales. Ya que la ausencia de habilidades emocionales suele estar ligada a estos problemas. Si te educas sobre las emociones, este tipo de situaciones probablemente disminuirán.
Objetivos de la alfabetización emocional
Además de profundizar en el conocimiento del universo emocional en el que estamos inmersos, la alfabetización emocional tiene una serie de objetivos (Carpena, 2001; Vallés, 2000; Bisquerra, 2000) entre los que destacan:
- Identificar casos de bajo compromiso emocional.
- Saber qué son las emociones y cómo reconocerlas en los demás.
- Aprende a clasificar las emociones.
- Modula y gestiona el nivel de emoción.
- Desarrollar tolerancia a las frustraciones de la vida cotidiana.
- Prevenir el abuso de sustancias adictivas y otros comportamientos de riesgo.
- Construyendo resiliencia.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Prevención de conflictos interpersonales.
AOtros autores han destacado objetivos adicionales, como el aprendizaje de la empatía, el autocontrol emocional y el retraso de la gratificación.. Comportamientos positivos que, de una forma u otra, afectan no solo al propio bienestar, sino también al de los demás.
Los frutos de la alfabetización emocional
La promoción del conocimiento de las emociones desde el aula, pretende aprender a ser inteligente para ser feliz. Una inteligencia enfocada en una perspectiva holística en la que no solo es importante la dimensión cognitiva, sino en la que también es necesario aprovechar las dimensiones emocional y conductual.
Con esto queremos decir que no solo es importante prestar atención a lo que sentimos y cómo debemos experimentarlo. También es importante cómo lo expresamos, junto con cómo tenemos que procesar la información que nos transmiten las emociones. Y, por último, la forma en que los manejamos afecta nuestro bienestar psicológico.
Este proceso de enseñanza y aprendizaje no sólo es bueno para los niños: también es bueno docentes y toda la comunidad educativa reciben parte del beneficio. Y de alguna manera los padres también por si quieren reforzar con sus hijos lo aprendido en clase.
La alfabetización emocional es ante todo un reto y como tal una oportunidad. Un puente que facilita el autoconocimiento y, en definitiva, las relaciones con los demás. Una dimensión que sin duda merece la pena investigar.