Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 14 de diciembre de 2021
Sigmund Freud dijo que las razones que nos llevan a amar a un animal con tanta intensidad se entienden cuando consideramos que el suyo es un amor desprovisto de ambivalencia.
La relación que tenemos con los animales está libre de los insoportables conflictos de la cultura. Freud continuó: “Los perros no tienen una personalidad dividida, la maldad del hombre civilizado o la venganza del ser humano contra la sociedad por las restricciones que esta impone”.
No en vano, el fundador del psicoanálisis dijo que el perro posee la belleza de una existencia completa en sí mismo, y que a pesar de todas las divergencias en cuanto al desarrollo físico, existe una afinidad íntima, una solidaridad indiscutible.
Mucho más agradables son las emociones simples y directas de los perros, cuando mueven la cola de satisfacción o ladran para expresar disgusto. Nos recuerdan a los héroes de la historia, y será por ello que a muchos perros se les dé el nombre de uno de ellos.
-Sigmund Freud-
Es broma que un perro viva una media de 12 años
Cualquiera dirá que es una pena que la vida de un perro o un gato dure tan solo 12 años de media. El intenso dolor nos empuja a decirlo, cuando perdemos la oportunidad de compartir la vida con nuestro amigo de cuatro patas.
El tiempo que pasamos en su compañía, el amor que compartimos parece muy poco. Si nos detenemos a mirar los años que pasamos juntos, con ojos de ternura y amor, nos damos cuenta de que el tiempo vuela.
Es esa sensación de tempus fugit que sentimos cuando en una caricia sentimos su corazón latir en el nuestro. Y, extraño contraste cuando, cada vez que lo saludamos y compartimos tiempo con él, sentimos que ese amor es infinito.
Sus superpoderes, "arma de bondad masiva"
Pensamos, con ternura, que nuestros animales del corazón tienen una infinidad de superpoderes que los hacen especiales y que nos llenan de motivos para amarlos con mucha intensidad. Si hacemos una lista de todas las formas en que nos sorprenden, nunca dejaremos de sonreír.
Amar a un animal significa dejarnos maravillar, por ejemplo, por su capacidad de predecir el futuro o de sentir que estamos llegando a casa; de su “visión de rayos X” con la que consigue todo lo que quiere, de su empatía, de su capacidad para sintonizar con nuestro estado emocional y ofrecernos consuelo y energía.
Las personas que comparten su vida con un animal siempre hablan con orgullo de su destreza y su capacidad para expresar adoración.
La verdad es que pocas cosas se comparan con el dolor de dejarlos solos en casa cuando vamos a trabajar. Sus ojos suplicantes nos llenan de dolor, pero su alegría al regresar nos inunda de felicidad.
Los animales son sin duda los mejores terapeutas para muchos de nosotros. Su nobleza y bondad no tienen límites. Se podría decir que mientras no ames a un animal, una parte del alma está dormida. Hay, en nuestra alma, una parte reservada para amar a un animal, para la posibilidad de disfrutar de su amor incondicional y de sus lecciones.
Ama a un animal y sé amado
Cuando tienes un perro o un gato, la afirmación de que "nadie te amará más de lo que te amas a ti mismo" se vuelve irreal y sin sentido. Porque los animales son verdaderos maestros del amor y porque cada segundo a su lado es un regalo invaluable. Amar a un animal es una de las experiencias más maravillosas del mundo. Cualquiera que lo haya probado lo sabe.