Última actualización: 12 de abril de 2016
En muchos momentos nos encanta recalcar la importancia de la soledad, desde nuestra sociedad aún no comprendida con su auténtico significado lleno de amor por la vida. Por ello, se acostumbra pensar que quienes prefieren tenerla como mejor amiga son personas frías.
Es lo opuesto. Como seres humanos, nos caracterizamos por ser vulnerables a los prejuicios, por lo que no logramos ver la verdadera esencia, rica en belleza, de quienes nos rodean.
Nos dejamos llevar demasiado por las etiquetas, por el qué dirá la gente, sin tener en cuenta la verdad o al menos la realidad. Una realidad que todos tienen el poder de captar y percibir a voluntad.
En este caso, la soledad se llena de nombres que nos llevan a evitarla a toda costa, tratando de distanciarnos de quienes lo practican. En realidad no le damos el valor correcto al mensaje implícito.
Apreciar estar solo y en compañía es en sí mismo un signo de madurez., de inteligencia emocional y un alto nivel de amor por nuestra persona, que es la misión de vida a la que todos aspiramos como seres humanos.
Estar solo significa estar contigo mismo
Seamos sinceros, estar dispuesto a enfrentarse a uno mismo implica una gran valentía, ya que muchas veces este es el origen de todos nuestros miedos. Somos creadores y destinatarios de nuestros miedos y, dependiendo de cómo los gestionemos, podemos tener más o menos poder, ser mejores o peores "personas de luz".
Las personas que son capaces de vivir con su soledad y escuchar su corazón tienen un don especial: el de la libertad emocional personal. En nuestro siglo, ser emocionalmente libre es un tesoro; construir un entorno y una relación de estas características es un bien preciado.
Las personas con este don destacan porque ante todo se respetan a sí mismas, pero también a sus seres queridos. Valoran el silencio y saben qué decir y cuándo mantenerse al margen.
Todos, en un momento determinado de nuestra vida, deseamos tener una relación de pareja para vivirla en plenitud. Si tienes en cuenta lo comentado hasta ahora, seguro que estarás de acuerdo con nosotros en que los mejores amigos de la soledad pueden convertirse en compañeros perfectos.
¿Por qué amar la soledad nos hace mejores compañeros?
La soledad favorece el espacio apreciado por muchos y muy necesitado y solicitado por otros. Permitirse unos momentos alejados de nuestra pareja, solo en cuanto a tiempo y espacio, nunca de corazón, genera respeto mutuo. Tal condición proporciona los ingredientes perfectos para construir una relación llena de amor incondicional.
Quienes aman y necesitan pasar un tiempo a solas entienden que esta peculiaridad y característica les permite conocerse mejor y, en consecuencia, obtener las herramientas y la libertad necesarias para conocer a su pareja.
La soledad nos permite conectar con nuestra esencia
Probablemente de esta forma podamos acompañar a nuestro compañero de vida hacia un mismo objetivo: nuestra mejor versión. Por amor, motivación, sinergia… la soledad nos permite entender que hay prioridades y que no somos el centro del universo para ningún ser humano.
Estar solo nos permite entender y aceptar la vida para mejorar
La soledad nos permite comprender que nada es eterno, tanto en lo positivo como en lo negativo. Esto significa que estamos en constante movimiento y cambio. Como dice la doctrina budista, “somos el universo”. El silencio se convierte en nuestro mayor precursor para poder entender este pretexto.
Una persona que ama pasar tiempo consigo misma da espacio donde quiera que vaya
De esta forma, te conviertes en una mejor persona y el amor que sientes, tanto por ti mismo como por tu pareja, no deja de crecer. Florece la libertad, el deseo de encontrarse a uno mismo, fundiéndose en un solo corazón; y, lo que es más grandioso, se conceden sus propios espacios, verdadero fundamento del amor puro y divino de nuestra humanidad.
Llegados a este punto, no nos despedimos sin antes preguntaros: ¿creéis ahora que amar la soledad os hace mejores compañeros? Como dijo el gran Arthur Schopenhauer, "la soledad es el destino de todos los espíritus eminentes".
“El hombre que quiera contemplar plenamente la gloria de Dios en la tierra debe mirar esta gloria en la soledad”.
-Edgar Allan Poe-