"¡Yo no dije eso! ¿Estás seguro de que lo dije? No lo recuerdo ”. A veces, las personas con las que interactuamos olvidan cosas que son importantes para nosotros, lo que genera discusiones acaloradas o genera frustración. Cuando sucede sistemáticamente como parte de una relación, podemos sentirnos muy solos.
¿Qué es la amnesia relacional?
La amnesia relacional va más allá de olvidar el aniversario de bodas o el cumpleaños de la otra persona. Se refiere al olvido sistemático de detalles cotidianos o momentos especiales que, al menos para uno de los dos, son significativos.
Una persona se olvida de las experiencias compartidas o las distorsiona, hasta el punto de que su narrativa difiere mucho de los recuerdos de la otra. Como resultado, este olvido a menudo conduce a malentendidos que crean tensión en la relación.
¿Por qué mi pareja se olvida de todo?
El olvido puede ser un mecanismo de defensa. A veces, nuestra memoria suprime algunas experiencias porque son traumáticas o no tenemos los recursos psicológicos para lidiar con ellas sin poner nuestro mundo patas arriba. Entonces nuestro inconsciente decide "esconder" esas experiencias donde no las podemos encontrar.
Sin embargo, la amnesia relacional no es una entidad clínica sino un fenómeno normal en el que no hay déficit cognitivo, sino que se debe principalmente a motivos emocionales.
En las relaciones podemos olvidarnos de las cosas para no tener que lidiar con la ansiedad que nos generan. Por ejemplo, podemos olvidar lo que dijimos en una discusión porque ese tema es como un disparador emocional que nos molesta. También podemos olvidarnos de una promesa o un proyecto porque, después de todo, no nos gustan mucho.
En otros casos, la amnesia relacional es una expresión de una personalidad pasivo-agresiva. La persona usa el olvido para manipular y dañar a su pareja, consciente o inconscientemente. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Michigan indica que este perfil está ligado a rasgos como el narcisismo y / o la inestabilidad emocional. Estas personas pueden negar experiencias para invalidar al otro, evitar responsabilidades y manipularlas, incluso participando en un comportamiento de gaslighting.
De hecho, la amnesia relacional aporta algunos beneficios psicológicos a la persona olvidadiza:
• Prevención de conflictos. Si no recordamos nada, evitamos conflictos desviándonos del tema principal que generó ansiedad y tensión. Al menos en ese asunto seremos "inocentes", porque solo pueden culparnos del olvido, que actúa como factor atenuante.
• Evite la responsabilidad. En muchos casos, cuando se establece una dinámica de olvido, la otra persona reduce sus expectativas y demandas, lo que se traduce en menos responsabilidades para la persona olvidadiza.
• Libertad cognitiva. Olvidar es un mecanismo para liberar espacio en la mente. Si no nos dejamos abrumar por los muchos detalles, tendremos la mente despejada para pensar en otras cosas más atractivas o gratificantes.
En otros casos, la amnesia relacional es el resultado de hábitos rutinarios que se establecen en relaciones no presentes. Ocurre cuando dos personas comparten el mismo espacio-tiempo pero en realidad están emocionalmente distantes, ya sea por monotonía o porque han perdido interés en la relación.
Cuando las experiencias se viven descuidadamente, con la mente en otra parte, es fácil olvidarlas o mantener recuerdos distorsionados. En definitiva, las emociones actúan como un pegamento para la memoria, como demuestra un estudio realizado en la Universiti Teknologi Petronas. Si vivimos las cosas sin pasión, es probable que esas experiencias no sean significativas y acabemos olvidándolas.
En el peor de los casos, la amnesia relacional puede ser el resultado de una pérdida casi completa de interés en la pareja. Cuando no hay más amor, se pierde el interés por las experiencias compartidas, de modo que se vuelven irrelevantes y memorables.
Las consecuencias de la amnesia relacional: una narrativa única y peligrosa
Cuando se produce el olvido en una relación, se suele producir una dinámica poco saludable que a la larga genera desencanto. En general, se crean dos roles diferentes. La persona olvidadiza es vista como inmadura, arrogante, superficial o incapaz mientras que la persona que tiene que recordar constantemente comienza a cargar con el peso de la relación sobre sus hombros.
Esto quita el equilibrio de la relación porque uno invierte más energía y trabaja más duro. Poco a poco, el guardián de la memoria relacional deja de confiar en su pareja y deja de compartir cosas porque cree que es inútil. A la larga, deja de consultar al otro porque lo considera infantil e irresponsable.
El peso psicológico de la memoria relacional hace que esta persona se vuelva más rígida, irritable y amargada, alejándola cada vez más del olvidadizo. Esta dinámica acaba corroyendo los cimientos de la relación.
Si la relación no termina, generalmente se establece una narrativa relacional única. El guardián de la memoria reclama el derecho a construir la narrativa oficial de la relación, una historia con la que el otro debe estar de acuerdo. Si no está de acuerdo, las discusiones y las reprimendas están garantizadas.
El guardián de la memoria cree tener "la verdad" y termina ignorando al otro porque cree que no es confiable. El problema es que no solo ignora sus recuerdos sino también sus opiniones y emociones. De esta forma, uno de los dos acaba aislándose de la relación y, como resultado, ambos acaban sintiéndose incomprendidos y solos.
Una vida en común: diferentes historias con sentimientos similares
La sinceridad es la clave para lidiar con la amnesia relacional. Si el olvido sistemático se debe al desinterés y la falta de compromiso, será necesario reevaluar la relación y decidir si vale la pena seguir adelante o si existe la posibilidad de construir una relación que sea gratificante para ambos.
Sin embargo, debemos tener claro que siempre que dos personas se encuentran, habrá dos perspectivas diferentes y recuerdos de experiencias compartidas. Ser pareja o vivir algo juntos no significa vivirlo de la misma manera. Nuestras experiencias dependen en gran medida de nuestras expectativas, deseos o incluso de las emociones del momento.
No vivir y recordar las cosas de la misma manera no siempre significa que el amor se acabó o que no hay interés el uno por el otro. Tenemos que aceptar que cada persona construye su propia historia de lo sucedido, lo que puede hacer que presten más atención a unos detalles que a otros. Lo que importa es que ambos estén dispuestos a respetarse mutuamente y a comprometerse a compartir su visión de las cosas.