Cuando amas, cuidas a tu pareja y te preocupas por él/ella. Amar a alguien también significa asumir la responsabilidad de sus acciones, palabras y comportamientos para garantizar el bienestar de su ser querido. Descuidar este aspecto puede llevar a perderlo todo.
Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 15 2022 noviembre
El amor y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda.. La pareja, los hijos, la familia, los amigos e incluso uno mismo... El cariño por quienes forman parte de nuestra vida, pero también por nosotros mismos, implica actuar con responsabilidad, cuidando nuestros actos y el bienestar de quienes amamos. Es tan obvio que muchas veces terminamos descuidándolo.
Hacemos esto, por ejemplo, cuando culpamos a nuestra pareja de problemas o dificultades. Y muchas veces llevamos sobre sus hombros el peso de algunas situaciones desagradables sin poder ver que nosotros también participamos de la misma dinámica. Una relación, cualquiera que sea su naturaleza (de pareja, de amistad, etc.), es la interacción entre dos personas que se retroalimentan.
En este pequeño planeta todo tiene un peso: las palabras, los gestos, lo dicho y callado.. Y para que este precioso mundo siga brillando con el mismo brillo, debemos aprender a ser responsables, porque el amor también es responsabilidad. Por lo tanto, debemos aprender a entrenar este músculo psicológico con inteligencia y sensibilidad.
"Las responsabilidades comienzan en los sueños".
-WB Yeats-
Amor y responsabilidad: los pilares que sustentan las relaciones
El psicoterapeuta Albert Ellis solía decir que hay mucha gente que prefiere eludir sus responsabilidades. Es más fácil escabullirse o dejar que otros se encarguen de todo. Por eso, si de verdad queremos tener un papel activo en el escenario de la vida, el amor y la felicidad, debemos asumir la obligación de ser responsables.
En los últimos años este tema se ha convertido en un nuevo campo de estudio que recoge cada vez más trabajos de investigación. Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de Missouri nos recuerda que si somos libres para tomar nuestras propias decisiones, para ser independientes, para formar amistades, en pareja o para formar una familia, tenemos la obligación de desarrollar esta competencia. Además, la responsabilidad y la felicidad son dimensiones que siempre van juntas.
Las palabras y los hechos son importantes entre sí: ser responsable de su propia conducta
Nada de lo que hacemos (o dejamos de hacer) pasa desapercibido a los ojos de quienes nos aman. Este es un detalle que muchas veces pasamos por alto. Así como descuidamos el punto de vista de los demás enfocándonos solo en nosotros mismos.
No evaluamos el efecto de nuestros comportamientos ni de nuestras palabras pensando que quienes nos aman no tendrán en cuenta ni lo uno ni lo otro. Pero todo se procesa y se filtra a nivel emocional.
El amor y la responsabilidad van de la mano, llevándonos a medir más nuestros comportamientos para promover el bienestar de las personas que son importantes para nosotros.
La responsabilidad de admitir tus errores
La persona madura con adecuada competencia emocional es capaz de aceptar sus errores y corregirlos. Rara vez responsabilizará a otros por lo que sucedió. Y en ningún caso intentará proyectar culpabilidad sobre ellos.
Si nosotros mismos somos directa o indirectamente responsables del sufrimiento, es bueno dar un paso adelante y encontrar la forma de afrontar la situación.
Amor y responsabilidad: ser consciente de lo que está bien y lo que está mal
La responsabilidad y la conciencia son engranajes esenciales en una relación feliz.. La capacidad de ver la realidad de cada situación, reconocer lo que está pasando, saber qué está bien, qué está mal y actuar en consecuencia es un acto de salud emocional.
A menudo nos quejamos de las personas “que no son conscientes de ciertas dinámicas”, que actúan sin pensar en las consecuencias y nos asfixian con su egoísmo y su comportamiento infantil. Nada es más importante que desarrollar una buena dosis de conciencia para actuar mejor en cualquier situación.
Eres mi responsabilidad (y yo soy la tuya)
El amor y la responsabilidad son hilos que se entrelazan con la complicidad diaria, con el auténtico deseo de cuidar y proteger a los que amas. Entender que el otro es nuestra responsabilidad (y viceversa) significa, ante todo, que ambos debemos esforzarnos por promover el bienestar del otro para convertirnos en una ayuda y no en un obstáculo, para dar impulso a tomar vuelo y no imponer resistencias o cadenas.
Conoce lo que necesitas y comunica tus necesidades
Ofrecer al otro lo que necesita es otro principio de responsabilidad en los vínculos afectivos. En la mayoría de los casos sabemos cómo comportarnos en estas situaciones: todos necesitamos sentirnos amados, respetados, valorados y apoyados en todas las circunstancias.
Al mismo tiempo, es importante comunicar al otro nuestros deseos, los límites a no superar y lo que nos falta. Tenemos la responsabilidad de expresarnos y quejarnos sin esperar a que los demás adivinen lo que queremos.
amor y responsabilidad
Una relación, ya sea de amistad, amor o familia, nos da sentido y también un propósito. Siempre debemos tener esto en cuenta, en todo momento. Todo esto nos obliga a responsabilizarnos de muchos aspectos, y no sólo aquellos centrados únicamente en el otro.
Ser responsable también significa invertir en el amor porque nada es tan gratificante como este noble sentimiento. Nos ayuda a crecer, nos nutre, nos da un sentido existencial. Cuidar a quien amas es cuidar lo que nos da sentido y felicidad.