Aprende a resolver los 7 conflictos más comunes

Aprende a resolver los 7 conflictos más comunes

Aprende a resolver los 7 conflictos más comunes

Última actualización: 14 septiembre, 2022

Resolver conflictos habituales es una de las habilidades que más nos ayuda a despejarnos de preocupaciones. Donde hay dos seres humanos, al menos surge un conflicto. Esto no depende de si las personas son malas o están dispuestas a causar problemas. Simplemente ocurre porque dos personas nunca piensan exactamente de la misma manera.

Las relaciones sanas son aquellas libres de conflicto. Sin embargo, no se trata de evitar las contradicciones, sino de saber resolverlas. En esto reside el verdadero secreto de una buena convivencia y no es tan difícil si lo volvemos a proponer. Basta tener voluntad, paciencia, comprensión y estar dispuesto a no estancarse en las diferencias, para no darle vueltas.



“Primero, escucha. Dale al oponente la oportunidad de hablar. Deja que termine. No te resistas, no acuses y no discutas. Esto solo levanta barreras. En cambio, trata de construir puentes de entendimiento”.

-Dale Carnegie-

Algunos conflictos son más frecuentes que otros. A continuación presentamos un inventario de estos problemas habituales que vale la pena aprender a resolver para una vida más tranquila y unas relaciones más sanas y fluidas.

1. Resolver conflictos causados ​​por malentendidos o percepciones erróneas

Estos son conflictos muy comunes. Se producen cuando hay un error de comunicación. Los participantes no cuentan con toda la información o ésta es tergiversada o mal interpretada. Esto causa parcialidad, molestia o rencor.

Para resolver estas situaciones, lo mejor es optar por un diálogo franco y directo.. Si notas que alguien de repente es hostil y no sabes por qué, lo mejor es preguntarle directamente. Lo mismo es cierto en el caso contrario. Si algo te molesta, debes expresarlo abiertamente y con respeto. Muchos grandes problemas se pueden evitar mediante una comunicación asertiva.



2. Resolver los conflictos causados ​​por un acuerdo no alcanzado

A veces la hostilidad entre dos personas es constante e insidiosa. Tal vez uno critica al otro en todo lo que hace o dice o siempre se muestra en contra o molesto. De esta manera, ambos sienten un malestar constante.

Lo más probable es que en estos casos haya un conflicto subyacente no reconocido. Este gran problema se traduce en pequeñas peleas diarias y persistentes. Si quieres solucionar una situación así, lo primero que tienes que hacer es identificar qué hay detrás. Posteriormente, es necesario afrontar esta dificultad con la otra persona sin olvidar la sinceridad y el respeto.

3. Resolver los conflictos originados por conflictos de intereses

Es lo que comúnmente se denomina un “conflicto de intereses”. Ocurre cuando las necesidades de una persona se oponen a las de otra.. Por ejemplo, cuando hay que hacer unas tareas de la casa y los que se supone que deben hacerlas quieren descansar en lugar de hacerlas.

En estos casos, el problema solo puede resolverse si se inicia la negociación adecuada. Esto significa que ambos tienen que darse por vencidos. Sin embargo, ambos también deben obtener un beneficio. No es tan difícil hacerlo si las personas involucradas aceptan que "es mejor un acuerdo exiguo que una sentencia gorda".

4. Resolver conflictos provocados por diferentes valores o creencias

Estos conflictos también entran en el grupo de los más comunes. En realidad, no ocurren porque dos personas piensen diferente. Tener ideas diferentes se convierte en un problema cuando una o ambas personas quieren imponer sus creencias a la otra y/o menospreciar su punto de vista.


En general, suele ocurrir con creencias religiosas o políticas. En ambos casos suele haber afán de proselitismo, o interés por "reclutar" al otro en el propio partido o grupo. Para resolver conflictos de este tipo, basta admitir que respetar la libertad de pensamiento del otro implica la garantía de que los demás también respeten lo que yo pienso.


5. Resolver conflictos de poder

El poder es una fuente permanente de conflicto.. Quien lo ostenta es objeto de todo tipo de críticas, algunas bien intencionadas y otras menos. Quienes no la poseen, en cambio, sufren los efectos y, muchas veces, sienten que no obtienen ninguna ventaja de ella. En el ámbito del poder siempre hay tensión.

Para resolver los conflictos de poder, lo ideal es proponer mecanismos de resolución horizontales. Significa generar espacios para escuchar y encontrar a quienes no lo tienen. Esto no solo se aplica a quienes ejercen el poder en las esferas sociales, sino también a quienes lo tienen en la familia, en la escuela, en el trabajo, etc.


6. Resolver conflictos provocados por dificultades personales

Las dificultades personales son aquellas que se refieren a conflictos que se dan en la mente de un individuo. Esto significa que, en realidad, no hay ningún problema externo. Es la persona que lo ve de esa manera. Ocurre cuando, por ejemplo, un individuo ansioso no tolera que los demás hagan algo lentamente.

Quienes rodean a una persona afectada por un conflicto personal, por desgracia, deben concienciarla de la situación. La mayoría de las veces no es consciente de ello. A veces es solo cuestión de dejar claro que no hay un conflicto real. Si lo hace de una manera tranquila y respetuosa, probablemente tendrá un gran efecto.

7. Resolver conflictos causados ​​por incompatibilidades de personajes

Son aquellos conflictos que simplemente se originan por una “falta de química”. Por una u otra razón, una persona no puede aceptar a otra. Es una especie de antipatía genérica que no obedece a un elemento particular. En estos casos, podemos caer en la tentación de expresar esta tensión a través de continuos gestos de rechazo.

Si bien es cierto que no todo el mundo tiene que ser amable con nosotros, también es cierto que no tenemos derecho a rechazar a alguien tal como es. Quizás sus características sean complementarias a las nuestras y no lo notemos. Quizás simplemente necesitemos tomar una distancia prudente y tratar al otro con la consideración que se merece.


Los conflictos, en general, siempre se pueden resolver a través de una comunicación asertiva. Esto no significa comunicación engañosa o falsamente cortés. Más bien, se trata de enfrentar el problema directamente, con tranquilidad y con respeto por el otro. Si sabes comunicarte correctamente, incluso antes de resolver un conflicto, seguro que sabrás prevenirlo.

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