Última actualización: 12 de febrero de 2015
Es común que a las personas les resulte relativamente fácil juzgar las actitudes y comportamientos de quienes les rodean. Por eso, cuando vemos a alguien haciendo algo que no nos gusta o consideramos incorrecto, inmediatamente nos damos cuenta de su error. Esto implica que muchas veces creamos un juicio bastante agudo sobre esta persona. Esto también puede suceder con una sola mirada. ¿A menudo juzgamos demasiado a la ligera? ¿Por qué nos resulta tan fácil encontrar los defectos de los demás? ¿Podemos ver los nuestros con la misma disposición?
La dificultad de ver los propios errores.
Si pudiéramos ver en nosotros todos los defectos que somos capaces de ver en los demás, nos sería mucho más fácil realizarnos como personas y controlar nuestras actitudes. Sin embargo, conocerte a ti mismo no es una tarea fácil. Es complicado y también necesario para sentirnos cómodos con nosotros mismos y no cometer errores.
Sin duda, es difícil tratar de separarnos de nuestro cuerpo mientras conversamos o realizamos una actividad para poder vernos desde afuera y poder juzgarnos objetivamente. Si bien podemos intentarlo, existen otras formas más sencillas de analizar nuestro comportamiento.
Todos somos seres humanos. Esta afirmación nos equipara en el mismo nivel y nos define como un ser no perfecto que, por tanto, se equivoca y se equivoca. Es por eso los errores que cometen nuestros semejantes son los mismos que cometemos nosotros también. Entonces, ¿qué mejor forma de conocernos a nosotros mismos que observando a las personas que nos rodean?
Observando a los demás nos reflejaremos en un espejo
Veamos un caso práctico: en la calle o en la oficina nos encontramos con una persona que conocemos y que nos saluda con frialdad. Esto nos molesta. La reacción normal es juzgar negativamente a esa persona. Si este comportamiento nos ha molestado tanto y como todos somos iguales, significa que si lo hacemos, otras personas pueden sentirse ofendidas. Entonces, ¿por qué no hacemos nuestro objetivo saludarte siempre con calidez y con una sonrisa? A la misma conclusión se podría llegar si pensáramos que una persona es egoísta, orgullosa o narcisista.
Necesitamos extrapolar cada una de estas actitudes negativas e interiorizarlas como norma a seguir. Si hacemos esto, además de descubrirnos como seres humanos, podremos llegar a ser mejores personas, lo que llevará a que los demás sientan respeto y cariño por nosotros, y en consecuencia a una mayor aceptación social.
Por tanto, podemos decir que el mejor espejo que podemos utilizar para conocernos son las personas.