No saber cómo terminar una relación puede ser un problema grave, sobre todo cuando no queremos aceptar quedarnos atrás. ¿Es buena idea forzar una relación? ¿Por qué nos cuesta aceptar que nos dejen atrás?
Última actualización: 19 de febrero de 2022
Terminar una relación sentimental es una de las experiencias más temidas por muchas personas. En general es un momento complicado tanto para los que deciden poner un punto como para los que se quedan. Parece que decir adiós no nos viene a la perfección.
Por otro lado, es un lugar común pensar que irse es más fácil. Quedarse tampoco es precisamente agradable. Así que cuando combinamos el no saber partir con el no querer que nos dejen, entramos en un túnel que puede cobrar víctimas. No saber cómo terminar una relación puede perjudicar nuestra salud psicológica.
Estar inmersos en una relación que ya no nos satisface puede hacernos sentir estrés, ansiedad, tristeza, desánimo, etc. Además, este camino no siempre es todo rosas y flores. En algunos casos, cuando finalmente estamos dispuestos a ponerle fin, la pareja suplica con un “no me dejes”, y la situación se puede volver a complicar.
Para algunas personas, terminar una relación no deja lugar a dudas: cuando se acaba, se acaba. Para otros, sin embargo, es un calvario. ¿Por qué insistimos en que no nos dejen?
¿Estamos forzando una relación que ya está llegando a su fin? ¿Hasta qué punto es bueno impedir que el otro termine la relación? Profundicemos en el asunto.
no se como dejar a mi pareja
Muchas personas reportan tener grandes dificultades para dejar a su pareja. Ya no son felices, ya no se sienten involucrados, pero son incapaces de terminar la relación.
Muchas veces detrás de esta incapacidad se esconde el miedo a hacer daño. Cuando dejar a alguien es motivo de dolor para los que quedan (o eso se piensa), muchos son incapaces de dar este paso. Saber que son responsables de tal sufrimiento por la otra persona los paraliza. Pero, ¿son realmente responsables?
Lo mismo sucede cuando decides terminar la relación y no quieres escuchar razones. Uno tiene la sensación de que el sufrimiento del ex es responsabilidad de uno. En este punto debemos preguntarnos si realmente hay una culpa o una responsabilidad en lastimar. Claro, la ruptura puede causar dolor, pero ¿no nos hacemos más daño viviendo en una mentira?
Cada uno de nosotros debe aprender a vivir con emociones etiquetadas como dañinas como las que podemos vivir en el trabajo, con la muerte de un familiar o con el final de una relación.
“No me dejes” cuando es hora de terminar la relación
Otra dificultad con la que nos encontramos cuando termina una relación es no aceptar que nos dejen. ¿Cuántas parejas insisten en mantener la relación porque uno de ellos se niega a ponerle fin?
¿Cuántos se quedan con la pareja por dolor o por pena? “No quiero hacerte daño, a ver si podemos reavivar la llama”, piensan muchos.
Aprender a separarse es fundamental para que la ruptura sea lo menos dolorosa posible. Darle una oportunidad a la relación no es una mala idea, pero cuando el compañero expresa su descontento en varias ocasiones, ¿por qué forzar la situación? ¿Por qué quedarse con alguien que no quiere estar con nosotros?
La psicóloga Ana Doménech (1994) afirma que el final de una relación es “un factor de estrés que afecta al bienestar de la persona, especialmente si se niega a separarse de su pareja. Pero, ¿qué esconden los que no quieren quedarse?”.
Obstruir el final de la relación puede ser síntoma de un apego enfermizo. Si ponemos nuestra felicidad en manos de nuestra pareja, nos aterrará perderla. Sin embargo, afortunadamente, nuestra felicidad depende más de nosotros mismos que de nuestra pareja, aunque a veces no seamos conscientes de ello.
El apego engendra sufrimiento; del apego surge el miedo. Para quien es libre no hay sufrimiento ni miedo".
-Buda-
Alzugaray y García (2015) argumentan que “rara vez ambos miembros de la pareja están de acuerdo en el final de la relación; en principio, uno de los dos sigue enamorado, mientras que el otro no, por lo que hay que tener en cuenta los mecanismos emocionales que siguen a una ruptura como un verdadero duelo".
Fase de aceptación y aprender a estar solo
No saber cómo terminar la relación puede querer representar un fuerte apego a la otra persona. Puede también indicar que no sabemos estar con nosotros mismos, y esto puede ser el resultado de un miedo profundo a estar solo. Pero, ¿cómo afrontar el momento en que nos dicen que ya no quieren estar con nosotros?
Tratar de luchar por la relación puede funcionar en algunos casos, pero cuando la otra persona lo hace no quiere seguir, hay que aceptar la situación y aprender a estar solo. Es hora de aprovechar ese punto y volver a empezar de nuevo con nosotros mismos.
Si miramos el objeto de nuestro apego con una nueva sencillez, comprenderemos que no es el objeto de deseo lo que nos hace sufrir, sino la forma en que nos apegamos a él.
-Matthieu Ricard-
La aceptación es un proceso activo y tiene como objetivo integrar todo lo que sucede y, en base a ello, tomar decisiones. Hay eventos que podremos controlar y otros que escaparán a nuestro control.
Cuando nuestra pareja expresa su intención de terminar la relación y no hay nada que podamos hacer al respecto, la situación ya no está bajo nuestro control. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es aceptarlo.
Por muy desesperados que estemos, suplicar que no se rompa es una opción a evitar. Forzar una relación implica malestar, por lo que además de aceptar su final, también debemos aprender a estar solos. Nadie nos pertenece.
Por mucho que pensemos que nuestra pareja es "nuestra", en realidad es una persona libre, quien voluntariamente eligió quedarse con nosotros. Y aquí, así como llegó por libre elección, puede elegir irse igualmente libremente.