Última actualización: 23 2017 noviembre
¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo reaccionas cuando te sientes mal? ¿Esos comportamientos realmente te ayudan a reducir la sensación de incomodidad? El caso es que a veces no sabemos gestionar las emociones negativas de forma eficaz, a pesar de ello, notamos una mejoría.
Pongamos un ejemplo: ¿quién de vosotros no conoce a alguien que, tras romper con una pareja, recurrió al alcohol ya las fiestas para superar la ira y la tristeza? ¿Quizás al principio esta persona logró distraerse, pero a la larga resolvió algo? En cambio, ¿ha recuperado su bienestar poniendo en práctica otro tipo de estrategia?
La persona emocionalmente inteligente tiene cuatro tipos de habilidades: identificar emociones, usar emociones, comprender emociones y regular emociones.
John Mayer
Clasificación de las diferentes emociones negativas
La regulación emocional engloba un conjunto de procesos mediante los cuales ejercemos una influencia sobre nuestras emociones, especialmente cuando los sentimos, y cómo los experimentamos o expresamos. La regulación puede ser adaptativa (ventajosa o funcional) o desadaptativa (disfuncional). ¿Qué forma es más útil y cuál no?
Antes de responder a esta pregunta, intentemos identificar las diferentes formas en las que se acostumbra gestionar las emociones negativas. Por un lado, podemos utilizar estrategias activas, como la reevaluación positiva de la situación, la planificación de lo que tenemos que hacer, buscando el desarrollo personal, la resolución del problema o la exteriorización de lo que sentimos.
Por otro lado, podemos utilizar estrategias más pasivas, como la adaptación a la situación, una reacción depresiva o de inercia, dejando las cosas como están sin ponerles remedio. Al final, existen estrategias de evitación con las que tratamos de negar lo que pasa o ha pasado, aléjate de ella o desconecta mentalmente, adoptando también respuestas paliativas que ataquen la ansiedad y no la causa (como comer o beber para sentirse mejor).
¿Qué formas de lidiar con las emociones negativas no funcionan?
Las estrategias disfuncionales de regulación emocional nos vuelven emocionalmente inestables, además de hacer que las emociones negativas sean protagonistas en nuestra vida. Los resultados de esta deficiente regulación son diversos, pero ninguno debe considerarse positivo. Estamos hablando de problemas que contienen ira, ansiedad o depresión.
También te aconsejamos que leas: Los perros entienden nuestras emociones mirándonos a los ojos
Como hemos adelantado, dentro del cofre de las malas estrategias están las de evitación y las pasivas.. Cuando nos sentimos mal, es contraproducente negar lo que ha pasado o está pasando. Hay una excepción, sin embargo, que es cuando una noticia es fuente de un impacto emocional muy fuerte: en este caso la negación puede servir inicialmente como muro de contención emocional. Sin embargo, incluso en estos casos es necesario abandonar esta estrategia y preferir otra.
Tampoco ayuda darle vueltas al tema, centrándonos principalmente en lo malos que somos o el ritmo propio. La conciencia de nuestro estado de ánimo, cuando es negativo, nos da la información que necesitamos para actuar; sin embargo, se convierte en un peligro para nosotros cuando caemos en la tentación de no actuar.
Lo mismo ocurre si tratamos de alejarnos de lo que nos está pasando abusando del alcohol, las drogas o la comida. Todas estas estrategias disipan la sensación de incomodidad, pero solo temporalmente. Se agotarán rápidamente, por lo que necesitaremos más. La realidad es que ninguna de estas formas de regulación emocional es efectiva, es más, a la larga mantienen e intensifican las emociones negativas.
¿Qué formas de lidiar con las emociones negativas son útiles?
Si este repertorio de estrategias no sirve para hacer frente a las emociones negativas, ¿cuáles son las más adecuadas? Aquellos que implican una actitud activa, es decir, aquellos que te obligan a enfrentarte a situaciones problemáticas. Entre estos, la capacidad de reinterpretar la situación de manera positiva es una de las más importantes, así como buscar una solución y ponerla en práctica. Son estrategias que nos obligan a pararnos a pensar, pero que no nos paralizan en la inacción.
Es igualmente útil encontrar fuentes de emociones positivas para restaurar un equilibrio roto. Por otra parte, es importante aprender a expresar nuestras emociones y buscar apoyo social, con el conocimiento de que la responsabilidad de la decisión final recae en nosotros.
Poner en práctica estas estrategias de regulación emocional puede requerir un esfuerzo extra al principio, de hecho involucran el papel activo del adoptante, pero son necesarias para evitar que las emociones negativas se vuelvan crónicas. ¡Aprende a regular tus emociones negativas de manera efectiva!
Imágenes cortesía de Cristopher Windus, Daniel Páscoa y Matthew Henry.