Cómo gestionar los conflictos con humor

Cómo gestionar los conflictos con humor

Cómo gestionar los conflictos con humor

Última actualización: 14 septiembre, 2022

Intentar restar importancia es una estrategia eficaz con la que afrontar un conflicto, sin menospreciar las cosas. Manejar los conflictos tomándose la vida con humor no solo permite resolver discordias, sino también fortalecer vínculos.

Varios estudios demuestran que es posible superar la adversidad si se puede ser feliz. La gestión de conflictos no es una excepción, ya que el humor juega un papel similar cuando se trata de uno.



De esta forma, se pueden evitar muchos enfrentamientos y resolver disputas y desacuerdos, ya que la el buen humor puede ayudarte a decir ciertas cosas que de otro modo serían difíciles de expresar sin ofender a alguien. Sin embargo, es importante reírse con la otra persona, lo cual es diferente a reírse de ella.

Cuando el humor y el juego se utilizan para reducir la tensión y la ira, para resolver problemas y para ver la situación en la perspectiva correcta, el conflicto puede convertirse en una oportunidad para una mayor conexión e intimidad.

El humor es una herramienta eficaz para la gestión de conflictos

Reír es la mejor medicina: alivia el estrés, mejora el estado de ánimo, aumenta la creatividad y nos hace más resistentes. No solo es bueno para la salud emocional y física, sino también para las relaciones con los demás. La risa une a las personas y crea intimidad.. Reír es una excelente manera de manejar el conflicto y reducir la tensión cuando tienes los nervios de punta.

En general, el humor juega un papel importante en cualquier relación. En los nuevos, puede resultar una herramienta eficaz no sólo para atraer a la otra persona, sino también para vencer la timidez o la vergüenza de los primeros encuentros. En relaciones ya duraderas, sin embargo, con el humor es posible mantenerlas frescas y vivas, además de ayudar a no acumular ira o tensión derivadas de cuestiones que no se resuelven satisfactoriamente.



Compartir el placer del humor crea un sentimiento de intimidad y conexión entre las personas, cualidad propia de las relaciones sólidas y serenas.. Al reírse con la otra persona se genera un vínculo positivo. Esta unión permite aminorar el estrés, los desacuerdos, las decepciones y los problemas que se acumulan con el paso del tiempo.

El poder del humor en las relaciones.

El conflicto es inevitable en cualquier relación.. Por pequeño que parezca en un principio, cualquier enfrentamiento puede agravarse si nos dejamos llevar por las emociones o si acumulamos recuerdos negativos por una mala gestión de conflictos pasados.

Cuando surge la fricción, el humor y el juego pueden ayudar a aclarar las cosas y renovar la conexión.. Cuando se usa con destreza y respeto, un poco de humor puede convertir el conflicto y la tensión en una oportunidad para divertirse juntos y generar intimidad. Esto también te permite manejar mejor la situación, expresar tu opinión y formular una solución sin herir los sentimientos del otro.

Aunque el humor ciertamente no puede considerarse una cura milagrosa para todos los conflictos, ciertamente puede ser una herramienta importante para ayudar a superar los momentos difíciles. que ocasionalmente ocurren en todas las relaciones. El humor corta esa carrera por el poder en la que muchas veces se convierte una pelea, ya que elimina las tensiones al instante, lo que te permite volver al diálogo, recuperando la perspectiva correcta.

La risa y el juego compartido también ayudan a liberarse de la rigidez de pensamiento y comportamiento.. Esto le permite ver el problema de una manera nueva, quizás encontrando una solución creativa. El uso del humor nos libera de inhibiciones, permitiéndonos expresar lo que realmente sentimos y dejando aflorar nuestras emociones más genuinas.


Cómo utilizar el humor para mitigar y gestionar conflictos

Para gestionar los conflictos con humor no basta con reírse de todos, empezando por uno mismo. No todas las personas tienen el mismo sentido del humor o la capacidad de ponerse en "modo de broma" tan rápido. También puede suceder que tu humor no sea entendido por todos.


A continuación presentamos algunos factores a considerar para que esta estrategia sea efectiva:

1 - Asegúrate de que todos estén dispuestos a bromear y a comprender tu humor

Hacer comentarios punzantes, sarcásticos o criticar a la otra persona por no ser capaz de aceptar una broma creará aún más problemas, incluso dañando la relación. El humor solo puede ayudar a superar el conflicto cuando ambos lados son juguetones y están en sintonía con un sentido del humor similar..


Es importante mantener cierta sensibilidad hacia la otra persona. Cuando las bromas son unilaterales en lugar de recíprocas, solo terminan dañando la confianza y la paciencia del otro. Por esta razón, el humor debe ser igualmente entretenido y agradable para todos los involucrados en la situación.

2 - No utilices el humor para ocultar otras emociones

El humor nos ayuda a resistir los desafíos de la vida. Sin embargo, hay algunos momentos en los que no es buena idea usarlo, por ejemplo, cuando se usa para ocultar o evitar otras emociones que no prefieres no enfrentar. La risa puede enmascarar sentimientos de dolor, miedo, ira y decepción cuando la persona desea evitarlos o no sabe cómo expresarlos.

Si bien el humor siempre nos da la oportunidad de divertirnos, ocultar la verdad no es agradable en absoluto. Cuando el humor y el juego se usan para enmascarar otras emociones, se genera confusión y desconfianza en la relación..

3 - Desarrollar un sentido del humor más inteligente

Algunas personas encuentran más fácil que otras recurrir al humor, especialmente en situaciones tensas.. Esto hace necesario desarrollar un sentido del humor que sea capaz de adaptarse a diversas circunstancias. Para ello, es importante aprender a comprender las señales de la otra persona, aquellas que indican una apreciación de su compromiso de restarle importancia al tema, además con humor.


También es importante utilizar un humor libre de sarcasmo., ya que éste sólo tiene por objeto dañar a la otra persona o emplear medios que puedan ofender a alguien, aunque esa no sea la intención. Es mucho más efectivo empezar a reírse de uno mismo.

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