Seguro que a ti también te ha pasado que te sientes atrapado en una relación en la que sientes que estás perdiendo el tiempo. En este artículo hablaremos sobre este doloroso proceso y las señales que nos ayudan a terminar una relación que no nos hace sentir bien.
Última actualización: 20 agosto 2022
Hay personas y relaciones que nos hacen perder el tiempo, momentos de una vida preciosa cuya importancia se hace patente sólo en los momentos críticos. Perder el tiempo significa dejar ir algo que nunca volverá. Cada uno de nosotros, en promedio, vive unos 27.000 días, sin contar el tiempo que dedicamos a dormir y los primeros años de vida que no recordamos.
¿Por qué nos involucramos en relaciones que nos hacen perder el tiempo? ¿Por qué compartimos minutos, días o años con personas que no nos dan nada? Encontrar la respuesta a estas preguntas es complejo, y hacerlo es necesario analizar la historia personal de cada uno y su significado.
Aún así, no entramos en relaciones insípidas o relaciones que nos hacen perder el tiempo por el gusto de hacerlo. No se trata de ser personas egoístas, sino sanas en los comportamientos y en la relación con los demás. No perdemos la oportunidad de dar amor y recibirlo de alguien que realmente nos importa.
Las relaciones que nos hacen perder el tiempo son fuente de sufrimiento
Hay personas que alguna vez nos llenaron de alegría pero ahora están consumiendo nuestro tiempo innecesariamente. Sabemos que la vida cambia y que es un camino cíclico, que como tal hay que aceptarlo y vivirlo. Debemos poner fin a las agonías innecesarias antes de tocar fondo.
Aunque nos gustaría mantener la apariencia, los sentimientos no engañan. La frustración y las decepciones acumuladas se convierten en un estado de ánimo negativo hacia la otra persona. Nos hacen incapaces de dar caricias o abrazos, de hacer un cumplido o de recibirlo, a veces incluso de fingir sonrisas que, espontáneamente, no llegarían.
Las relaciones necesitan ser curadas, pero hay una gran diferencia entre mantener una buena relación y tratar de forzar una mala y sin sentido. Cuando te vuelves incompatible con una persona, mantener la relación es una grave pérdida de tiempo.
Cada relación que vivimos tiene un propósito muy específico: algunas sirven para sacar lo mejor de nosotros, otras lo peor. La mayoría, nos dejan indiferentes. Lo importante es no dejar que nadie influya en el ideal que tenemos sobre las relaciones o aprisione nuestro corazón.
Una relación que no nos hizo perder el tiempo de inmediato.
Uno de los aspectos más difíciles de las relaciones humanas es entender cuándo dar un paso atrás, cuándo alejarse de una empresa, entendiendo que es mejor estar solo que tener una relación cómoda.
Pero haber perdido el tiempo no significa que no puedas recuperarlo. El futuro nos depara a las personas que nos hará recuperar todo el tiempo pasado hecho de reproches, inseguridades y desconfianza.
Algunas personas aparecen en nuestra vida para compensar el tiempo que hemos estado perdiendo durante mucho tiempo.
Es hora de dejar de pasar minutos, días y años en una relación que hace que nuestra existencia carezca de sentido. Ha llegado el momento de despedirse cuando ya no se les echa de menos, cuando los buenos momentos pasados juntos se ven empañados por un sentimiento de fracaso y decepción. Perder el tiempo significa compartir la vida con alguien a quien no apreciamos.
Señales que indican el principio del fin
Entender que una relación está rota no es difícil; la parte difícil es lidiar con esta conciencia. Cuantas veces nos hemos visto obligados a ir a una cita sin querer, a asistir a una reunión con la cabeza en otra parte, a emprender un viaje solo deseando que termine. Estas son señales claras de que algo anda mal.
¿Cómo distanciarse sin hacerse daño, sin destruir gravemente cada residuo de la relación construida juntos? Es difícil, pero necesario. A veces, solo pensar en ello nos hace sentir un sentimiento de culpa inmediato.
Señalas que algo anda mal
Existen indicadores objetivos que pueden hacerte pensar y empujarnos a tomar una decisión. Algunas de las más claras y dolorosas son:
- Tu presencia parece molestar a la otra persona. La forma en que te expresas, dices o incluso comes es molesta. Ya no estás a gusto sino siempre alerta.
- Te interroga en presencia de los demás. Saque argumentos personales de la nada, enfocando en usted la atención de personas que no deberían involucrarse en conversaciones personales, íntimas y personales.
- Cuando no estás con tu pareja no te sientes cómoda, temes que pueda hablar de ti con los demás y no en términos positivos.
- No te aconseja, no te consuela: te evalúa, te ridiculiza o incluso te "regaña" por cualquier cosa.
- Ningún programa propuesto por usted le parece bueno.
- Incluso sin discutir o enfadarse abiertamente, el aire a tu alrededor se carga hasta el punto de que parece explotar.
- Su mirada ya no es dulce, cercana, tranquilizadora. Ahora te mira como si esperara quién sabe qué de ti. Su mirada se ha convertido en una mirada inexpresiva y acusatoria. No expresa nada con los ojos.
- En resumen: su relación ya no es clara pero lleno de arroyos turbios que te agobian, haciéndote sentir agresivo, triste, tenso y traicionado.
Todos estos aspectos no son más que una demostración de que tu relación te está haciendo perder el tiempo. Ya sean amigas, primas, hermanas, parejas o madres, el distanciamiento emocional seguirá siendo doloroso.
Pero no olvides que por mucho que te duela interrumpir la relación, volverás a respirar libremente en el futuro. Cuanto más postergas ese momento, peor es.
Alguien vendrá a tomar ese lugar
Una vez superado el sufrimiento inicial, un día llegará a tu vida la persona adecuada, aquella que te hará renacer y en quien encontrarás el verdadero apoyo, sin segundas intenciones. Esa persona que te dará luz y a la que puedes llamar amigo, colega o compañero.
Luego, cuando finalmente seas libre de ser tú mismo, sabrás que no estás perdiendo el tiempo. Cuando tu rostro se pierda en sonrisas y puedas discutir libremente, sin rencores.
No renuncies a esta oportunidad. Todos tenemos derecho a esperar y vivir con la esperanza de encontrar a alguien realmente importante.
Si has “perdido el tiempo” con alguien, ya has ganado al poder cerrar esa historia. Ahora viene lo más bonito: recuperarlo, amándonos y amándonos a vosotros mismos. Y si vuelve a acabar mal, no te demores como la última vez, es el ciclo normal de la vida.