Última actualización: 08 octubre, 2015
Dedicado a todas las personas que han sufrido por amor hasta llegar a límites que nunca se deben traspasar.
Hay muchos momentos en la vida en los que tenemos que decidir si continuar o romper. El amor es probablemente una de las áreas más complicadas para tomar decisiones. Nos sentimos divididos entre lo que nos dice nuestro corazón, con sus incesantes latidos incontrolables para nosotros, y lo que nos dice nuestra cabeza..
Cuando el corazón late rápido, pero al mismo tiempo sangra, llora y sufre, mejor despídete de ese amor. Somos como un barco a la deriva si no nos privilegiamos. Si perdemos la autoestima, por el trato que recibimos de una persona que creíamos que nos amaba, acabamos en mar abierto, sin poder ver tierra. No podemos permitirnos tal cosa.
En realidad, nadie puede hacernos daño si no se lo permitimos, porque somos el verdadero amor de nuestra vida. Muchas veces hay que despedirse de ciertos amores...
Hay momentos en que ese amor hiere, estrangula nuestras almas, nos hace infelices, no nos respeta y no nos comprende.
Hay veces que ese amor no sabe estar cerca de nosotros en los malos momentos, nos confunde y desorienta. En estos casos está bien deshacerse de esa persona, aunque nos rompa el corazón.
El amor no siempre se puede explicar con palabras, solo quien lo ha vivido al menos una vez en la vida sabe sentirlo y comprenderlo. Probablemente, su significado solo puede esbozarse tentativamente con palabras. El amor viene como un tornado llena de esperanzas, emociones y sentimientos que nos hacen felices, vivos, enérgicos,...
Es hielo hirviendo, fuego helado,
es herida que duele pero no siente,
es un sueño, una pesadilla,
es un descanso corto muy cansado.
Es un descuido que nos llena de cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un paseo solitario entre la gente,
un ser amoroso y sólo amado.
Es una libertad prisionera,
lo que viene a ser paroxismo:
enfermedad que crece cuando se trata.
Este es el hijo del Amor, este es su abismo.
A ver que amistades conseguirá con nada
¡Él que es todo lo contrario de sí mismo!
(Francisco de Quevedo)
Si ni siquiera nos entendemos a nosotros mismos, si estamos llenos de contradicciones, a tientas coordinar con un compañero puede ser un objetivo muy difícil. Cuando este amor comienza a trastornar nuestra estabilidad y nuestra paz interior, entonces es hora de decir adiós.
Porque me amo, porque me respeto, porque me respeto y necesito el respeto de los demas. Porque estoy seguro de lo que quiero y, sobre todo, de lo que no quiero. Por esto me despido. Como en todos los momentos de la vida, todo tiene un final, todo pasa...
La experiencia y la lección aprendida permanecerán en mi corazón, pero el dolor pasará. Porque el tiempo cura toda herida y porque me conviene ser feliz. Aunque el dicho "mejor solo que mal acompañado“Es increíblemente cierto.
Aprender a amarnos a nosotros mismos es el primer paso para no perder de vista el camino correcto, para que en el amor no nos traten como marionetas. No rompas tu corazón, alma y mente por un amor que no es puro ni saludable. Ámate a ti mismo.