Última actualización: 14 marzo, 2017
Hay muchas formas de entender el amor, muchas formas de amar y sentirse amado, pero algunas de ellas son juzgadas negativamente por quienes no pueden comprenderlas. Una de estas peculiares formas de experimentar el amor es amar a distancia por elección.
No hablamos de aquellas parejas que se ven obligadas por las circunstancias a vivir separadas, por motivos laborales o familiares por ejemplo, sino de aquellas que voluntariamente deciden no vivir bajo el mismo techo.
Amar a distancia es, en definitiva, ser pareja, pero sin vivir en pareja. Es como un compromiso permanente en el que se rechaza la parte de intimidad de poder vivir juntos. Las demás actividades se realizan como cualquier otra pareja, pero la idea de vivir juntos simplemente no se toma en consideración.
Esta forma de entender el amor es vista con sorpresa y reticencia por el resto de la sociedad, especialmente por aquellas parejas que desean la convivencia, pero no pueden lograrla. No logran comprender cómo puede existir un amor en el que se renuncia explícitamente a compartir la intimidad que ofrece la vida bajo un mismo techo. Están convencidos de que detrás de esta decisión hay un profundo miedo al compromiso.
Según la Teoría Triangular de Sternberg, para que puedas hablar de un amor maduro y completo, debe haber tres pilares fundamentales: