Cuando las apariencias engañan

Cuando las apariencias engañan

Cuando las apariencias engañan

Última actualización: 07 agosto 2016

Casi siempre tendemos a juzgar a las personas por su apariencia, sin esperar a conocerlas mejor. Sin embargo, debemos saber que el juicio externo que formulamos sobre una persona después de verla no siempre se corresponde con la realidad.

La apariencia es la forma en que los demás nos ven y perciben: la ropa que usamos, la forma en que hablamos, nuestros gestos... Pero muchas veces esto no refleja realmente lo que nos gustaría expresar sobre nosotros.



Sin embargo, cuando conocemos realmente a una persona, compartimos nuestros pensamientos con ella y podemos descubrir cuál es su personalidad y qué la hace diferente de los demás.

Ir más allá de las apariencias

Cuando conocemos a una persona por primera vez, inmediatamente notamos su apariencia externa. Nos enfocamos en su ropa, su rostro, los accesorios que usa, y de ahí deducimos cuál es su carácter y personalidad. Con demasiada frecuencia, tendemos a juzgar sin saber.

Corresponde a cada uno de nosotros remediar este primer juicio ya que, sólo cuando entablamos una relación de amistad o de conocimiento más profundo con una persona, somos capaces de ver lo que realmente es.

Una caricatura que, desde temprana edad, nos invita a reflexionar sobre este tema es La Bella y la Bestia. Esta maravillosa historia nos enseña que no debemos juzgar a la bestia por su apariencia, sino profundizar para saber cómo es realmente.


A veces no podemos darnos cuenta de lo buena que es una persona hasta que la conocemos. Porque, si nos fijamos sólo en su apariencia, nos estamos olvidando de una profunda verdad: la apariencia engaña, no podemos confiar en ella.


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