Última actualización: 10 de mayo de 2015
¿Alguna vez te has preguntado cuántos días de tu vida realmente disfrutaste de principio a fin? ¿Te gustaría que todos los días fueran como Navidad o como tu cumpleaños? ¿Te gustaría que la alegría nunca falte en tus días? Muchas veces tenemos la felicidad frente a nuestros ojos y no la notamos: en este artículo te desvelamos cómo descubrirla día tras día.
Muy a menudo nuestros días pasan automáticamente: nos despertamos, nos duchamos, luego desayunamos, vamos al trabajo, regresamos, cenamos y dormimos. Debido a esto sucede que llega por la noche con una sensación de vacío interior. Nos volvemos apáticos, como robots, y cuando nos vamos a dormir nos damos cuenta de que ha pasado un día más y no estamos satisfechos con nuestra vida. Si crees que un día nada cambia, te equivocas: no es simplemente "un día", es un "hoy“, Una posibilidad que te ha sido otorgada. La vida te ha permitido vivir ese día extra: es un regalo, es todo lo que tienes, aquí y ahora. Y la única forma de demostrar tu gratitud es disfrutar de ese regalo y vivirlo al máximo.
Nuestra mente desperdicia alrededor del 70% de su tiempo reproduciendo recuerdos y buscando "momentos perfectos", mientras que solo el 30% del tiempo nos enfocamos realmente en aquí estoy. Y el problema no es que el tiempo que dedicamos al presente sea tan pequeño, sino que hay mucha gente que ni siquiera puede vivirlo de verdad. Siempre pensamos: "seré feliz cuando finalmente me retire", "cuando logre alcanzar mis metas me sentiré satisfecho", "no veo la hora de tener algo de tiempo libre para relajarme, en ese momento seré feliz". ". Muchas personas atrapan su felicidad, y de esta manera la siguen postergando. Nunca debemos pensar que la felicidad es una meta a alcanzar: lo cierto es que muy bien puede estar presente a lo largo de nuestro camino. La felicidad como meta dura solo unos minutos y se agota rápidamente mientras la felicidad de viajar dura toda la vida.
El secreto para lograrlo es abrir los ojos y aprender a ver todo lo que sucede en nuestro presente, en el ahora. ¿Piensas que nunca te pasa nada interesante o positivo? Esto no es cierto en absoluto, porque no hay momento como el anterior. Fíjate bien y te darás cuenta de que cada día es único, nuevo y especial. Nada en la vida se repite, así que no debes preocuparte por los errores del pasado o las incertidumbres del futuro: estos momentos no existen, y de lo único que estamos seguros es de nuestro presente.
No hay pasado, no hay futuro
De lo único que estamos seguros es del día que estamos viviendo ahora. Aprende a prestar atención a lo que haces, instante tras instante. Disfrútalo, vive tus días de manera consciente, despierta y atenta. Da la debida importancia al gran regalo que se te ha hecho y aprende a vivir cada día como si fuera el primero y el último de tu vida.
Aquí hay cuatro actividades que te ayudarán a aprender a maravillarte con el presente:
• Comienza abriendo los ojos y tratando de experimentar la preguntarse por todo lo que ves, por cada color que te rodea y solo está ahí para que lo aprecies. Mira al cielo, se hace con demasiada poca frecuencia. Míralo y maravíllate con la forma en que cambia. Solemos pensar en el tiempo calificándolo de "bonito" o "feo", pero cada día vivimos inmersos en diferentes condiciones atmosféricas, que nunca se repiten de la misma manera. Mira las nubes: nunca verás otras que sean perfectamente iguales.
• Ve al parque o a algún otro lugar al aire libre que te guste. Apaga tu celular, siéntate cómodamente y trata de sentir el aire a tu alrededor. ¿Cómo? ¿Frío, caliente, tibio? Presta atención a cada olor que percibas, escucha cada sonido cerca de ti, mira a tu alrededor y piensa en cómo te sientes.
• Date un buen baño relajante, cuídate mucho. Imagina que acabas de venir al mundo y que es la primera vez que te bañas: siente la humedad en tu piel, el olor a jabón, la temperatura del agua, el sonido que hace al correr, todo. Aprovecha para relajarte y desconectar de todo, centrándote en ti.
• Mira a los ojos de las personas que conoces: cada uno de ellos es único, tiene una vida única y, en medio de millones de personas, se ha cruzado en tu camino. Abre tu corazón y aprende a apreciar siempre a los que te rodean, aunque sea a través de una sonrisa o un saludo amable.
En momentos de relax, perderse en pensamientos que nada tienen que ver con el presente es perfectamente normal: no te preocupes, llama la atención y concéntrate en tu respiración, en lo que te rodea y en cómo te sientes. Mantente concentrado el mayor tiempo posible, disfruta de ese momento y, sobre todo, sonríe. Recuerda que, en algún rincón del mundo, alguien está luchando ahora mismo por tener todo lo que tú ya tienes. Agradece los regalos que la vida te ha dado y disfrútalos hoy, abre tu corazón a todas esas bendiciones y deja que la felicidad fluya por tu vida.. El simple hecho de poder ver, sonreír, tocar, correr… El simple hecho de estar vivo hace de este día el mejor de tu vida.