Uno de los primeros pensamientos que surgen después de una ruptura es "¿y si le doy otra oportunidad?". Sin embargo, hay que pensar muy bien esta decisión, te explicamos el por qué en este artículo.
Última actualización: 21 de abril de 2022
Todos conocemos a una o más parejas que se separaron y se reconciliaron más de una vez. Lo intentan, pero al final, dar una segunda oportunidad no parece funcionar. Tanto es así que se convierte en una tercera, cuarta, quinta oportunidad hasta que te rindes.
Dar una segunda oportunidad no es una alternativa viable para todas las parejas, ya que en algunos casos hay un fuerte resentimiento. Esto ocurre cuando no puede superar problemas no resueltos o ciertas circunstancias.
Si te comprometes a cambiar, dar una segunda oportunidad puede funcionar.
Muchas veces dar una segunda oportunidad incluso mejora la relación, porque las dos personas pudieron aprovechar al máximo el tiempo que pasaron separados.
Sin embargo, esto no es cierto para todas las parejas, por lo que el escenario más común es no poder continuar con la relación.
Dar una segunda oportunidad no suele funcionar
¿Por qué no suele funcionar dar una segunda oportunidad? Por una sencilla razón: volvemos a estar juntos por las razones equivocadas. Estos pueden ir desde la necesidad hasta la sensación de vacío después de una relación a largo plazo.
Todo esto puede significar que están sufriendo una adicción emocional, un problema que afecta a muchas personas en la actualidad.
Si volvemos a nuestra pareja por las razones equivocadas, es imposible que la relación continúe. En estos casos, se da otra oportunidad para combatir la sensación de soledad., porque son incapaces de seguir con su vida, de tolerar la tristeza o de superar la ruptura.
Extrañas a la ex pareja porque no puedes estar solo y esto definitivamente es negativo. Los problemas que llevaron a la ruptura seguirán ahí, volverán a aparecer y volverán a caer en una relación tóxica que sólo les causará sufrimiento.
En estos casos necesitamos una pareja porque tememos la soledad y la sensación de vacío que surge cuando estiramos los brazos en la cama y no tocamos a nadie, cuando no hay nadie que nos ayude a llevar las bolsas de la compra o nos abrace y bese. a nosotros.
“La dependencia de la persona que se ama es una forma de enterrarse en la vida, un acto de automutilación psicológica en el que se ofrece y se regala irracionalmente el amor propio, el respeto propio y la esencia de uno mismo”.
-Walter Rice-
Quizás has cometido el gran error de poner tu felicidad en manos de tu pareja y eso eventualmente toma el control. Uno es incapaz de vivir solo, de ver más allá de la relación.
Es común pensar que sin esa persona la vida no tiene futuro ni sentido. Lo que no se sabe en estos casos es que podemos ser felices incluso solos, es más, que es sumamente útil pasar un rato a solas con nosotros mismos.
Aprovechando el tiempo de soltería, podemos analizar y ver la relacion en otro mohacer, desde diferentes perspectivas.
Esto nos permitirá ver si hemos acertado, si merece la pena darle una segunda oportunidad a la relación o si la ruptura es la opción más sensata para los dos.
El alma gemela no existe
Dar una segunda oportunidad está bien cuando has aprovechado el tiempo a solas. En otras palabras, cuando lo pensaron, vieron todo desde otro ángulo antes de tomar una mala decisión.
Saben que son compañeros de vida, pero también seres individuales y que su felicidad no depende de la pareja. sino de sí mismos, por lo que no tienen miedo de estar solos. Eligen compartir su vida con la otra persona, no lo ven como el aliento de su vida.
Muchos, sin embargo, todavía están convencidos de que existe un alma gemela y esta idea lleva al deseo de estar en una relación. Pero cuidado, las ganas se alimentan tener una relación, no enamorarse.
Estas son dos cosas muy diferentes que pueden llevarte a creer que estás enamorado cuando en realidad solo quieres a alguien a tu lado.
"¿Alguna vez has confundido la necesidad de amor?"
-Robert Fisher-
Dar una segunda oportunidad: a veces sí, a veces no
Elige darle una segunda oportunidad también depende de los problemas que llevaron a la ruptura. Tomemos el caso de una traición: si la persona no logra superar esta terrible decepción, volver a intentarlo sería una pérdida de tiempo.
Sin querer, le recriminaría ciertos hechos a su pareja, desconfiaría de él/ella y dudaría de todo. Tal dinámica no sería buena para ninguno de los dos.
A la luz de lo anterior, antes de darle una segunda oportunidad a la relación, es importante aclarar y resolver problemas.
De esta forma se podrá retomar la relación sin rencores y conscientes de ser individuos independientes que no están juntos porque no pueden estar solos. Solo así las segundas oportunidades tendrán éxito.