Dar amor con sinceridad, pasión y cariño nos ennoblece. No ocurre lo mismo con quien no sabe recibir ni cuidar este inmenso regalo.
Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 22 de diciembre de 2022
Dar amor con sinceridad, pasión y cariño nos ennoblece. No ocurre lo mismo con quien no sabe recibir ni cuidar este inmenso regalo. Nunca debemos arrepentirnos de haber amado y perdido, porque lo peor es no saber amar.
La neurociencia nos ofrece día a día información reveladora que explica la conducta humana en la agonía del amor. Lo primero que hay que recordar es que el cerebro humano no está preparado para la pérdida, esto nos inmoviliza y nos encierra por un tiempo en el palacio del sufrimiento.
"El amor no tiene cura, pero es la cura de todos los males"
-Leonard Cohen-
El amor y la evolución humana
Estamos genéticamente programados para conectarnos unos con otros y construir lazos emocionales. con el que sentirse seguro, con el que construir un proyecto.
Así sobrevivimos como especie, “conectando”, por lo que una pérdida, una separación e incluso un simple malentendido activan instantáneamente la señal de alarma en nuestro cerebro. Otro aspecto complejo en cuanto a las relaciones afectivas es la forma en que afrontamos esta separación, llamada ruptura.
Desde un punto de vista neurológico, se puede decir que las hormonas del estrés comienzan a liberarse instantáneamente formando en muchos casos lo que se conoce como síndrome del corazón roto.
Desde un punto de vista emocional y psicológico, la realidad es muy diferente. No solo sufres por la falta de un ser querido, también hay una pérdida de energía, de soplo vital.
Es como si todo el amor dado, todas las esperanzas y los afectos dedicados a esa persona se hubieran desvanecido, quedando vacíos, estériles, marchitos. ¿Cómo volver a amar si en nosotros sólo vive el polvo de un mal recuerdo? Tenemos que afrontar estos momentos de otra manera.
Dar amor o evitar volver a amar
Todos somos un compendio delicado y caótico de historias pasadas, emociones vividas, amarguras enterradas y miedos camuflados.
A la hora de iniciar una nueva relación se tienen en cuenta las experiencias pasadas. Nadie comienza con "0". La forma en que hemos gestionado nuestro pasado nos hará vivir un presente afectivo y emocional con mayor madurez, con mayor plenitud.
“Es mejor haber amado y perdido
que nunca haber amado en absoluto"
-Alfred Lord Tennyson-
Habiendo vivido una amarga traición o, simplemente, percibir que el amor se ha desvanecido en el corazón de la pareja cambia mucho la forma de ver las cosas.
Dar amor con intensidad por un tiempo determinado y luego quedarse vacío y encerrado en la habitación de los recuerdos y las ilusiones perdidas cambia muchas veces la arquitectura de nuestra personalidad.
No faltan los que se vuelven desconfiados y también los que desarrollan poco a poco la fría y férrea armadura del aislamiento en la que interiorizar el clásico mantra de “mejor no amar para no sufrir”. Sin embargo, es necesario desmenuzar una idea subyacente en estos procesos de lenta “autodestrucción”.
Nunca debemos arrepentirnos de haber amado, arriesgando todo o nada por la otra persona. Son aquellos actos que nos ennoblecen, que nos hacen humanos y maravillosos a la vez.
Vivir es amar y amar es dar sentido a nuestra vida a través de todo lo que hacemos: nuestro trabajo, nuestras aficiones, nuestras relaciones personales y afectivas. Si renunciamos al amor o nos arrepentimos de ofrecerlo, también renunciamos a lo mejor de nosotros mismos.
Curación del amor perdido
Según un estudio realizado en el University College London, Hay algunas diferencias entre hombres y mujeres cuando se trata de lidiar con un colapso emocional.
La respuesta emocional parece ser muy diferente. Las mujeres sienten mucho más el impacto de la separación, sin embargo, generalmente se recuperan antes que los hombres.
Estos últimos, por su parte, parecen estar bien, llevan la máscara de la fuerza, se refugian en sus ocupaciones y responsabilidades. Sin embargo, no siempre logran superar ese descanso o tardan años en hacerlo. ¿La razón?
Las mujeres suelen ser más capaces de manejar su propio mundo emocional.. Encontrar alivio, buscar apoyo y lidiar con lo que sucedió desde una perspectiva de perdón y seguir adelante a menudo facilita las cosas.
Sea como fuere, y sin importar el género o el motivo que provocó esta ruptura, ciertas ideas deben ser inyectadas en nuestro corazón como una vacuna.
Ninguna mala historia debe impedirnos volver a ser felices. Decimos "no" a ser esclavos del pasado y eternos prisioneros del sufrimiento.
Dar amor es bueno
Es bueno recordar que dar amor no es sinónimo de sufrir. Sin embargo, no hay que alimentar esperanzas ni estirar el “chicle” de una relación que tiene fecha de caducidad anticipada.
Un retiro puntual salva corazones y una despedida valiente cierra una puerta para abrir otra, aquel donde el amor siempre se conjuga con la palabra FELICIDAD.
Imagen principal cortesía de Amanda Cass