Amigos, socios, familiares, compañeros de trabajo… Siempre hay alguien intentando controlarnos. ¿Cómo puedes evitarlo? ¿Cómo defendernos y poner límites claros?
Última actualización: 18 de marzo de 2022
Cuando alguien trata de controlarnos, es normal sentirse atacado. Quienes intentan dominar nuestra voluntad no solo no nos respetan, sino que atentan contra nuestros derechos, valores y decisiones. Esto, por desgracia, sucede todos los días en diferentes entornos y es importante protegerse contra la manipulación.
Estamos hablando de dinámicas tan complejas y en ocasiones imperceptibles, por lo que es difícil identificar a alguien que consideramos nuestro amigo como manipulador. Cuando apreciamos a alguien, somos más tolerantes.
Cedemos a ciertas pretensiones, aceptamos ciertos favores y también podemos incurrir en comportamientos tan ilógicos como dañinos. Hasta que un día abrimos los ojos y nos damos cuenta de que quiere controlar nuestra voluntad como si fuéramos una marioneta.
Hay quienes recurren al miedo, pero otros se aprovechan de la cercanía y el supuesto cariño que sienten por nosotros. Quien trata de controlar a otra persona no lo mueve el amor, sino que solo quiere lograr sus propios objetivos.
Puede sonar extraño, pero no es tan fácil darse cuenta de que alguien está tratando de controlarnos. Lleva tiempo porque nos cuesta creer que esto sea realmente así.
Estrategias para defenderse de la manipulación
Patricia Evans es una de las mejores especialistas en comunicación interpersonal. También es autora de numerosos bestsellers, como Abuso verbal en las relaciones (1992) o Cómo reconocer, comprender y tratar con personas que intentan controlarte (2003).
Quienes intentan dominarnos intentan alterar nuestra realidad y por lo tanto distorsionarla, haciéndonos dudar de nosotros mismos. En sus libros, Evans señala que lidiar con estas figuras es casi como romper un hechizo.
Darse cuenta de lo que nos están haciendo, luego dejar claro que no les jugaremos el juego, que no nos dejaremos vencer por sus maquiavélicas artimañas. Veamos las estrategias de "rompehechizos" que nos pueden ayudar en estos casos.
Las confrontaciones directas con la persona manipuladora no son de mucha ayuda. En cambio, una estrategia adecuada es dejar de prestarle atención para demostrar que su importancia en nuestra vida es cada vez menor.
Reconocer al manipulador: puede estar muy cerca y no lo sabemos
Insistimos en lo anterior: no siempre reconocemos a la persona manipuladora. ¿La razón? Porque aplica estrategias solapadas, crípticas y enmascaradas de buenas intenciones, falsa camaradería e incluso cariño.
Casi sin darnos cuenta, estas acciones terminan por apoderarse de nosotros como las raíces de un árbol bajo tierra. El primer paso, por tanto, es darse cuenta de la realidad de los hechos. A tal efecto, conviene señalar lo siguiente:
- La persona nos pide favores y nos exige un “Sí” por nuestra relación.
- Nos hará creer que estamos entre las personas más importantes de su vida, porque él se preocupa por nosotros y yo solo quiero lo mejor. Un estudio de la Universidad Federal del Sur, Rusia, indica que detrás de una personalidad manipuladora, hay una figura que depende de nosotros.
- La persona critica lo que hacemos, decimos o queremos. Lo hace de una manera amable y condescendiente.
- Ella reacciona dramáticamente cuando le negamos algo.
- Tratar de hacernos sentir culpables por aspectos insignificantes. Como no responder a los mensajes de inmediato, no prestar suficiente atención, etc.
- Su pensamiento es inflexible y dicotómico. O estamos con ella o contra ella, nunca hay medias tintas ni se aceptan puntos de vista distintos al suyo.
- Cambia constantemente de humor. Es increíblemente amigable a veces y pronto se vuelve distante. Al hacerlo, nos hace creer que él es la causa de su bienestar o malestar.
- Mente. Cuando alguien intente controlarnos, la mentira será su mejor baza.
responder indirectamente
La persona experta en técnicas de manipulación suele ser también experta en enfrentamientos directos. No servirá de mucho si le decimos "Quiero que dejes de controlarme, no tienes derecho a hacer esto".
Seguro que perderemos en un enfrentamiento cara a cara con el manipulador.. Entonces, ¿qué podemos hacer? La mejor manera de defenderse de la manipulación es la acción indirecta, la que el manipulador no espera:
- Ignorar y adoptar el silencio como escudo. No prestar atención significa no validar a aquellos que quieren hacernos daño. Evitar, escabullirse, no responder, limitar su presencia en nuestro día a día es la mejor estrategia.
- Técnicas de distracción. Los manipuladores son maestros de la palabra, de esos discursos con los que nos recuerdan lo mal que hacemos esto o aquello. En estos casos es mejor cambiar de tema, hablar de otra cosa.
- Asertividad indirecta. A menudo, no tiene mucho sentido expresar límites claros a la persona manipuladora, que terminará por violarlos. Cuando protestas por nuestra indiferencia hacia él, recurrimos a la asertividad recordando a cuáles de nuestras banderas rojas (a las que no prestaron atención).
Hacer preguntas que sirvan de estímulo para defenderse de la manipulación.
Cuando alguien trata de controlarnos, no debemos recurrir a la ira o la protesta, sino a hacer preguntas. El propósito de esta estrategia es acercar al manipulador y cuestionarse a sí mismo, para que entienda que sabemos cuál es su propósito y que no estamos dispuestos a seguir por ese camino.
Las preguntas deben ser directas, concisas e incluir ejemplos concretos de su comportamiento.. “¿Por qué das por sentado que te haré el favor que me pediste? ¿Qué te hace pensar que tengo que estar de acuerdo con todo lo que me pidas?”.
En la vida, necesitas saber cuándo dejar atrás algo que duele. Quienes tratan de controlarnos no quieren nuestro bienestar ni nuestra felicidad.
Libérate de la culpa, rompe los lazos que duelen
El sistema educativo y la sociedad nos trasladan el peso de la culpa. Culpa por no ser y actuar como los demás quieren; culpa por habernos priorizado a nosotros mismos y no tener en cuenta las necesidades de los demás. No cuidar de parientes, amigos o parejas.
Para asegurar tu bienestar psicológico, necesitas rodearte de personas que te traten bien; si no, es mejor dejarlos ir, alejarse de ellos, romper los lazos. Para defenderse de la manipulación, por lo tanto, la relación debe ser analizada y la necesidad real de mantenerlo en pie.
Si por alguna razón no puede excluir a la persona manipuladora de su vida, tratamos de mantener un contacto mínimo. Hagámoslo sin culpa y orgullosos de nosotros mismos.