Última actualización: 21 agosto 2020
Algunas personas piensan que es más fácil dejarlo atrás. Pero no siempre es así. Hay momentos en los que se vuelve casi imposible dejar a tu pareja, y uno de ellos es cuando empiezas a amar a otra persona. Son ocasiones en las que la culpa, el sentido del deber o las dudas emocionales (reales o imaginarias) forman un círculo del que es difícil salir.
La capacidad de dejar a tu pareja a veces se convierte en un callejón sin salida. Al darse cuenta de que el amor hacia él se acabó, entran en juego toda una serie de factores que le impiden dejarlo.
Esta situación nunca conduce a nada bueno. Si no se es consciente de ello y no se toman las medidas adecuadas, puede generar una gran confusión. capaz de afectar a todos los directamente implicados, impidiendo un cierre sano de la relación.
"Hay que aprender a levantarse de la mesa cuando ya no se necesita el amor".
-Nina Simone-
Factores que nos impiden dejar la pareja
La culpa es a menudo la razón principal por la que no puedes dejar a tu pareja, incluso si estás enamorado de otra persona.. Un sentimiento que surge de no querer causar daño a una persona con la que has compartido momentos muy importantes de tu vida. Eres consciente de que la ruptura dañará a la persona y no quieres poner ese peso sobre tus hombros.
Otro factor es la duda, que trae consigo una parálisis en la decisión final. En este caso, uno tiene miedo al futuro. No se sabe si, a pesar de que el amor por la pareja ha terminado, dejar el viejo camino por el nuevo es una opción segura o no. De esto surge uno profunda inseguridad. "¿Qué pasa si todo sale mal y decides volver con él/ella cuando ya es demasiado tarde?".
A veces se decide delegar la solución del problema al recién llegado. Se espera que sea el nuevo él o ella, con quien ya existe un vínculo amoroso, formal o no, quien presione e insista en encontrar la fuerza para dejar a la pareja. En la práctica, se quiere eludir la responsabilidad que implicaría tal decisión.
No dejes a tu pareja a tiempo...
El aspecto más problemático de no tomar tal decisión es que conduce a situaciones poco claras y nada fructíferas. Muchas veces, cuanto más esperas, más probable es que la situación se precipite y dé lugar a una serie de circunstancias que no te agradan en absoluto.
Las principales consecuencias de un retraso en dejar a la pareja son:
- Violencia psicologica. Sin darnos cuenta, el riesgo es culpar a la pareja por el simple hecho de existir, ya que nos impide iniciar nuestra nueva vida amorosa. Esto nos lleva a etiquetar todo lo que hace o dice como negativo. Las críticas y la sensación de molestia hacia sus actitudes y comportamientos aumentarán.
- La mentira y el engaño. La culpa, la indecisión o el miedo pueden generar a su vez una avalancha de mentiras. Le mientes a tu pareja y le mientes a tu nuevo amor. Esto no es para dejar brutalmente a tu pareja, sino también porque al mismo tiempo no quieres perder al recién llegado. Esta es una forma inmadura de posponer lo inevitable.
- Estrategias pasivo-agresivas. Incluyen comportamientos poco claros como la distancia emocional o acusaciones indirectas hacia la pareja. La molestia es obvia, pero no se expresa claramente. El verdadero conflicto está oculto.
- Deja pistas comprometedoras. Consiste en "ser descubierto". Es decir, dejar pistas sobre la existencia de la tercera persona y el interés que sientes por ella/él, para que la pareja descubra la nueva relación y sea él quien decida terminar la relación.
No actuar con madurez: consecuencias
Cuando una relación no termina a tiempo, el resultado será doloroso para todas las partes involucradas.. La pareja seguramente percibirá una ruptura inminente y por eso tratará de ver con claridad. Pero si no jugamos nuestras cartas boca arriba, solo le provocaremos angustia, dudas e incomodidad.
En estas condiciones, no sabrá qué hacer al no tener suficientes elementos para tomar una decisión. Esto causará sufrimiento ciego, ilusiones infundadas o expectativas fuera de lugar. Se corre el riesgo de hacer mucho más daño con estos juegos psicológicos que no expresar claramente de una vez por todas lo que realmente está pasando.
El recién llegado también se confundirá. No sabrá si esperar a que resolvamos la situación o dejarla pasar. Por lo tanto, podrá expresar inseguridad y desconfianza, ciertamente no las mejores emociones en las que basar una nueva relación.
Todo lo anterior demuestra que no dejar a tiempo a tu pareja es básicamente un gesto de egoísmo e indolencia. Quiere evitar sentirse mal, a costa de hacer sufrir a los demás. En última instancia, el riesgo es poner en peligro ambas relaciones. Los miedos, las indecisiones y la falta de compromiso con uno mismo pueden tener un alto precio.