Última actualización: 01 marzo, 2015
Solemos pensar que son los demás los que despiertan en nosotros emociones negativas, como la ira, el odio, la frustración y el dolor, pero en realidad lo que muchas veces nos hace daño somos nosotros mismos.
Cuando algo te molesta, significa que hay algo que mejorar dentro de ti. Deténgase y piense cuando se sienta mal y piense que fue otra persona quien lo provocó. Analiza tu opinión sobre lo que te han dicho y probablemente verás lo crítico que eres contigo mismo.
Por ejemplo, piensa qué partes de tu cara o cuerpo te gustan; si alguien te hace comentarios negativos sobre una de estas partes, no habrá reacción negativa. Es obvio, porque estas partes te gustan y le das más crédito a tu opinión que a la de los demás.
Por el contrario, si te dicen algo negativo sobre una parte de tu cuerpo que no te gusta, seguro que tienes una reacción negativa. Por lo tanto, no son los demás los que te hacen daño, sino que eres tú quien, al no tener una opinión positiva sobre estas partes del cuerpo, te dejas molestar por el hecho de que la idea de otra persona coincida con la tuya..
En realidad, si hay algo que te molesta es que alguien haya expresado esas opiniones negativas que tienes sobre ti mismo y que quizás hayas mantenido ocultas para evitarlas, pero que si las expresan los demás te hacen sentir mal.
Acéptate tal y como eres, sé consciente tanto del lado positivo como del negativo
Mucha gente cree que centrarse en los puntos buenos y olvidar los defectos mejora su autoestima. Esto no es cierto, pero es solo una forma de evitar lo negativo. Lo que se evita no se analiza ni se acepta, sino que queda oculto en nosotros mismos, con el riesgo de que algún día alguien nos ataque precisamente por esa debilidad nuestra que no hemos aceptado.
Está bien potenciar nuestras cualidades y dejar de lado los defectos, pero eso no significa olvidarlos por completo y enterrarlos. Tenemos que aceptar nuestros lados negativos, de lo contrario seremos emocionalmente débiles.
Lo mejor es dejarlas de lado, pero aceptarlas para que no nos haga daño lo que nos digan porque tendremos una opinión tan elaborada sobre nosotros mismos que prevalecerá sobre la de los demás.
La aceptación personal en todos los ámbitos es vital para la paz interior. Casi todos los problemas emocionales y de autoestima se deben a la falta de aceptación personal.
Todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades
Una creencia equivocada es creer que todo debe ser una virtud. Todos tenemos fortalezas y debilidades, nadie está exento. No somos perfectos, pero cada uno muestra lo que más le gusta.
Si aprendes a aceptarlo, no te culparás por tus faltas. Acéptalas como algo que todos tenemos y aprovecha tus cualidades.
La próxima vez que alguien te haga sentir mal recuerda que eres tú quien produce estas emociones negativas a través de tus pensamientos, así que reflexiona y comprende que si algo te está molestando lo más probable es que haya un elemento a cambiar o aceptar.
¿Te hacen daño las críticas?
Cambiando de ejemplo, imagina que tienes 40 años y sigues viviendo con tus padres. Te gustaría ser independiente, pero estás en una mala situación económica y no ves cómo puedes hacerlo. Si tus padres te dicen que no vas a salir adelante, sobre todo con la crisis actual que dificulta que todo el mundo encuentre trabajo, y te das cuenta de que eso te molesta y que este comentario te pesa especialmente, te enfada y te hace sentir emociones negativo, esto se debe a que La opinión interna que tienes sobre esta situación es la misma que la de tus padres..
En realidad, nadie te ha atacado criticándote, pero son ustedes mismos los que se hacen daño con sus opiniones.
Imagina que has recibido esta observación de tus padres, pero que por tu parte estás seguro de encontrar trabajo y poder moverte en poco tiempo. ¿Este comentario te haría enojar y sentirte tan mal? Probablemente no, porque por dentro no compartes el punto de vista de tus padres, por lo que su juicio te entra por un oído y te sale por el otro.
Si somos capaces de comprender esto, nuestra vida tendrá un punto de inflexión. Nadie nos hace daño, nadie nos hace enojar, somos nosotros mismos, todo está en nuestra mente y en nuestras opiniones personales.
Así que confía en ti mismo, en la vida, en la suerte y en tus habilidades. Ámate a ti mismo y, sobre todo, acepta tanto tus virtudes como tus defectos.
Imagen cortesía de: Daniel Rocal