Última actualización: 24 agosto 2020
Estamos rodeados de mucha gente diferente, tenemos que convivir con gente que nos cuesta entender o soportar. En estas ocasiones es "fácil" que surjan conflictos. Por supuesto, es mejor no discutir nunca, pero a veces no podemos evitarlo. Será de gran ayuda, por tanto, aprender a evitar los errores más frecuentes cuando se trata de nosotros. discutir con alguien.
Generalmente tenemos una tendencia a cometer todos los mismos errores en una discusión. Estos hacen que la conversación sea desagradable y más difícil llegar a un acuerdo. Entonces, en el artículo de hoy, veremos algunos de los errores más comunes cuando te encuentras discutiendo con alguien y algunas estrategias para evitarlos.
Discutir con alguien y errores frecuentes
Cada discusión es diferente., pero todos cometemos los mismos errores. Entre los más comunes encontramos:
- Identifícate con tus ideas.
- Adopta una mentalidad de confrontación.
- Simplifica demasiado el problema.
Analicémoslos.
1- Identifícate con tus ideas
Muchas veces las discusiones no son sobre situaciones, circunstancias o hechos en los que estamos directamente involucrados. Tan a menudo tendemos a enojarnos por temas controvertidos sobre los que podríamos intercambiar nuestro punto de vista con confianza. Algunos de los más frecuentes son la religión, la política o temas sociales como el feminismo o la homosexualidad.
Si lo pensamos con la cabeza fría, no tiene sentido chocar unos con otros solo porque hay opiniones diferentes. Sin embargo, esto es lo que sucede en la mayoría de los casos. La tentación de convencer a la otra persona de que su punto de vista es erróneo en lugar de obligarnos a perseguir nuestro objetivo nos enfada.
¿Por qué pasó esto? Según algunas corrientes psicológicas, debido a un ego no comprendido, tendemos a identificarnos con nuestras creencias. Esto significa que si alguien ataca una idea que es muy importante para nosotros, es como si nos atacara personalmente. Este es uno de los errores más frecuentes en una discusión que provoca malentendidos y tensiones innecesarias.
Para evitar esto, recuerde que si bien el desacuerdo es respetable, la falta de respeto no lo es. En este sentido, podemos usar la asertividad para mostrarle a la otra persona que tener opiniones diferentes no es necesariamente malo.
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida para que puedas decirlo".
-Evelyn Beatrice Hall-
2- Adoptar una mentalidad de confrontación
Otro error común cuando nos encontramos discutiendo con alguien es considerar los desacuerdos verbales como una batalla. Cuando entramos en esta mentalidad, vemos las situaciones como si fuéramos a salir victoriosos. Como si nuestras ideas fueran a ser "más fuertes" que las de nuestros rivales. De esta forma les obligamos a rendirse ante nuestra superioridad.
Esta forma de pensar puede causarte varios problemas. Por un lado, nuestra relación con la persona se deteriora; por otro lado, en la mayoría de los casos, solo hay dos opiniones. Incluso cuando realmente tenemos razón, se vuelve difícil convencer a la otra persona de esto.
Resulta mucho más productivo. tratar de entender por qué la opinión de la otra persona. Incluso cuando las ideas de otras personas nos parezcan ofensivas, podemos aprender mucho si solo escuchamos lo que tienen que decir. Esto claramente no significa que no debamos defender nuestras ideas, sino que no tiene sentido tratar de convencer a otros a costa de nuestro bienestar y nuestra tranquilidad.
3- Simplificar demasiado el problema
Discutir con alguien a menudo significa ver el mundo en blanco y negro. Todo el mundo cree que sus ideas son correctas y válidas, mientras que todas las demás opiniones están equivocadas.
Sin embargo, la otra persona también cree que sus ideas son las correctas. como puede ser esto posible? ¿Es completamente incapaz de ver la verdad o hay algo más? A menudo sucede que los temas que discutimos son bastante complejos. Por tanto, casi todas las opiniones tienen una parte de verdad, un pilar sólido sobre el que se asientan.
En la mayoría de los casos, bastará con recordar que no poseemos la verdad absoluta y la intensidad de las discusiones disminuirá. Evidentemente es correcto tener fe en las propias opiniones, recordando con humildad que no somos infalibles y que muchas veces nos equivocamos.
Estos tres errores en una discusión surgen de la necesidad de dominar a la otra persona. Hay muchas maneras de convertir un intercambio de puntos de vista en una batalla. Todos estos, sin embargo, encuentran una solución en el respeto de los demás. Tener una conversación sana con alguien es muy importante. La mejor forma de hacerlo es recordar que la otra persona no es nuestro enemigo.