Última actualización: 05 de abril de 2020
El amor es y seguirá siendo un misterio que nunca podremos descifrar del todo. Sin embargo, es posible comprender algunos aspectos. Los budistas, por ejemplo, nos hablan de los elementos esenciales para amar y disfrutar este sentimiento.
Según los budistas, para amar basta aplicar el sentido común. Su enfoque enfatiza la capacidad de amar y no la capacidad de despertar el amor en los demás..
La realidad nos enseña que todo lo que se siembra es también lo que luego se cosecha. Debido a esto, si desarrollamos nuestra capacidad de amar, también seremos amados. Lo que recibimos debe dejar de ser importante y lo que podemos dar debe comenzar a tomar relevancia. Descubre el amor según el budismo y tenlo en cuenta.
"No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti".
-Buda-
El amor según el budismo
1. Comprensión
La palabra "comprensión", en el amor, va más allá de un simple hecho intelectual. También abarca aspectos racionales, pero se extiende mucho más allá. Significa entender con la cabeza, pero principalmente con la corazón. Desarrollar la sensibilidad suficiente para percibir las necesidades físicas y emocionales de la otra persona. Y también respetarlos y tratar de satisfacerlos.
El amor es comprensión porque significa saber ver al otro según sus términos y no los nuestros.. Percibiendo e intuyendo sus vulnerabilidades y carencias. Véalo como alguien que no es perfecto y que no debe ser juzgado por ello.
2. Evolucionar el corazón
Para amar debemos ante todo cumplir los compromisos que tenemos con nosotros mismos. La primera es aprender a ser feliz y sentirte bien, sin tener una pareja a tu lado.
No podemos darle al otro la responsabilidad de hacernos felices, de llenar nuestros vacíos o de satisfacer nuestras necesidades.. Aquellos que son incapaces de encontrar la felicidad por sí mismos, no la encontrarán a través de otra persona. Tal vez crea esta ilusión, pero tarde o temprano encontrará que nada puede llenar el vacío de ausencia que se crea al no ser.
3. Sé noble
La nobleza y la bondad crean una fuerza abrumadora. A veces se piensa que los que tienen un corazón débil o un carácter frágil son buenos. En cambio, no es cierto. Ser bueno con los demás es una decisión que nace de la convicción y la fuerza. También es indispensable para poder amar a los demás.
La nobleza se caracteriza por la búsqueda del bien de los demás, así como la búsqueda del propio. De no lastimar deliberada o innecesariamente. Sea empático con el sufrimiento de los demás y esté dispuesto a brindar apoyo siempre que sea posible. Una buena persona atrae la bondad de los demás.
4. No tengas amores pasajeros
La expresión "amores transitorios" es en sí misma contradictoria. El amor nunca pasa. Deja siempre huellas. Lo que existe a veces es el deseo de tener aventuras e historias fugaces que provoquen placer sexual o alimente la narcisismo, sin compromisos ni sufrimiento.
Cuando alguien quiere llevar su vida de esta manera, en realidad quiere escapar de la vida.. Es como querer nadar mirando el agua desde la orilla. Podrá tocar el agua sin mojarse del todo, pero abrirá cada vez más el vacío que lleva dentro. En cierto punto esta actitud no solo no satisface, sino que lleva a sentir una especie de odio hacia uno mismo y hacia los demás.
5. Reconocer los cuatro elementos del amor
Amor según el budismo consta de cuatro componentes esenciales. Se trata de bondad, compasión, diversión y serenidad.. Incorporar estos aspectos a una relación es una de las claves del amor que nunca falla. Cada uno de ellos es indispensable.
La amabilidad promueve relaciones respetuosas y solidarias. La compasión crea lealtad mutua y un profundo sentido de compromiso.. Se comparte el sufrimiento y se crea con él un vínculo indestructible. Por diversión entendemos, sobre todo, la variedad y amplitud de experiencias compartidas. La serenidad es la base de la tolerancia y de la correcta comunicación.
Como puede ver, el amor que nos presentan los budistas es accesible para todos. Sin embargo, requiere interés y voluntad para cultivarlo. No surge espontáneamente, sino que debe cultivarse con paciencia. Pero sus frutos son muy dulces y por ello merecen tal esfuerzo.