Todos sabemos que el amor puede hacer maravillas, aunque a veces nos lleve a una etapa muy cercana a la locura ya que perdemos la mayoría de nuestras habilidades críticas, como puedes leer en mi artículo anterior: “¿Por qué el amor es ciego?”. Pero además de estos efectos (nefastos o adorables según la perspectiva con la que se analicen), una nueva investigación nos muestra que el amor hace que los hombres sean aún más generosos y disponibles. El experimento fue realizado por la Universidad del Sur de Bretaña, aunque el sitio experimental se implementó en una concurrida calle francesa. Hombres y mujeres jóvenes fueron elegidos al azar mientras paseaban por la calle, y se les preguntó si podían responder algunas preguntas para dos periódicos diferentes: Amore e Sentimento ”y“ Secolo XXI ”(falso, por supuesto). Tanto hombres como mujeres se dividieron a su vez en dos grupos. Así, un experimentador pidió al grupo A formado por hombres y mujeres que recordaran un episodio amoroso, lleno de romance, y que recordaran qué emociones les recordaba. A las personas del grupo B se les pidió que recordaran una pieza musical que tuviera un sentido particular para ellos y que expresaran sus emociones. Terminada esta tarea, les agradecieron y les dejaron continuar su camino. Evidentemente, un segundo grupo de investigadores estaba dispuesto a acercarse a estas personas y preguntarles si tenían monedas para canjear por un billete, para poder comprar un billete de autobús. Evidentemente, las personas sometidas al experimento no sabían que quien se les acercó formaba parte de un grupo de investigadores. Las preguntas que se les hicieron estaban destinadas a actuar como un cebador. ¿Cuáles fueron los resultados? El grupo de hombres a los que se les pidió que recordaran un evento romántico del pasado fue más generoso y adorable al ofrecer el cambio en moneda a las personas que lo solicitaron. El 38% aceptó positivamente la solicitud. Pero, los hombres a los que se les pidió que recordaran una pieza musical estaban menos dispuestos, solo el 13% ofreció el cambio solicitado. Destacamos que en ambos casos los hombres estuvieron más dispuestos a ofrecer el cambio cuando les fue solicitado por las mujeres. Pero… ¿qué pasó con las mujeres? En ambos grupos, las respuestas a la pregunta de ayuda fueron bastante equilibradas, independientemente de la preparación inicial. El 23% de las mujeres que recordaron la pieza musical ofrecieron el cambio de moneda mientras que el 27% que recordaba una situación romántica se mostró igualmente dispuesta. Es bastante curiosa la diferencia sustancial en el comportamiento de los dos sexos, los hombres estaban menos disponibles que las mujeres cuando se les hacía recordar la pieza musical, mientras que eran mucho más generosos cuando recordaban un episodio de amor. ¿Por qué? Los investigadores no ofrecen una respuesta definitiva incluso si plantean la hipótesis de que las diferencias pueden deberse a conductas determinadas culturalmente en los dos sexos; el hombre tiene el papel cultural de "salvador" de la mujer, por lo que recordar un episodio sensible a nivel romántico lo hace más disponible para ofrecer su ayuda a los demás, especialmente cuando se trata de mujeres.