La depresión es un trastorno bastante insidioso que puede terminar muy mal, especialmente cuando no busca ayuda. Desafortunadamente, el suicidio sigue siendo un tema tabú. Pero evitarlo no hace desaparecer las ideas suicidas, al contrario, proyecta un estigma sobre estos pensamientos que a menudo desalienta a las personas a buscar ayuda.
En España 10 personas se suicidan cada día. En todo el mundo, alrededor de 800.000 personas se suicidan cada año. Los intentos de suicidio superan con creces esos números. Detrás de cada tema está la historia de una persona en peligro y las personas que dejaron atrás, que generalmente están plagadas de un terrible sentimiento de culpa.
Los riesgos de una mala noche de insomnio
“Siempre es reconfortante pensar en el suicidio: de esta manera puedes soportar más de una mala noche”, dijo Friedrich Nietzsche. Ahora, un nuevo estudio realizado en la Universidad de Manchester con personas con depresión ha revelado que los problemas del sueño están directamente relacionados con los pensamientos suicidas.
Las ideas suicidas son el resultado de una combinación compleja de varios factores. Sin embargo, en esta investigación los psicólogos analizaron el papel del sueño, principalmente porque es un factor de riesgo "modificable".
El estudio involucró a 51 personas que padecían depresión mayor. Todos llevaban relojes especiales que monitoreaban el tiempo total de sueño, la eficiencia del sueño y la latencia del sueño durante una semana. Cada participante también tuvo que llevar un diario de sueño, incluidos sus pensamientos suicidas.
Los investigadores descubrieron que cuando las personas dormían poco y mal, tenían más pensamientos suicidas al día siguiente, independientemente de la gravedad de sus síntomas depresivos.
¿Por qué el sueño acentúa los pensamientos suicidas?
El sueño es muy importante para nuestro bienestar físico y mental. Cuando dormimos, nuestro cuerpo se recupera del cansancio del día, pero el cambio más importante se da en nuestro cerebro, porque, si por un lado se deshace de los productos de desecho del metabolismo diurno, por el otro procesa las experiencias. lo hemos vivido durante el día., restando algo de su impacto emocional.
Esto significa que cuando dormimos, una parte de nuestro cerebro procesa lo que nos sucedió, convirtiendo esas experiencias en experiencias narrativas que podemos insertar en nuestra historia de vida. Cuando no se produce ese procesamiento, las experiencias negativas se mantienen activas, llevándose consigo su carga emocional, lo que probablemente contribuya a hacernos ver el mundo aún más gris.
Las alteraciones del sueño son bastante comunes en personas que padecen trastornos mentales, no solo en la depresión sino también en la ansiedad. La buena noticia es que no solo existen pastillas para dormir, sino también terapias naturales como el yoga y la meditación que mejoran significativamente la calidad del sueño.