El centro de nuestra vida: pensamientos y emociones

El centro de nuestra vida: pensamientos y emociones

El centro de nuestra vida: pensamientos y emociones

Última actualización: 10 2015 noviembre

Nadie, ni siquiera tu peor enemigo, puede dañarte tanto como una mente indisciplinada.

(Buda)

 

Es imposible saber el número exacto de nuestros pensamientos, pero se dice que formulamos hasta 70.000 pensamientos al día y la revista New Scientist afirma que, en promedio, tenemos 10 elevado a 80.000.000.000.000 pensamientos a lo largo de la vida. Esta es una cifra que supera el número de átomos presentes en el universo, si consideramos la cantidad de neuronas y todas las conexiones que las unen.



Entre esta enorme figura, aprendemos a seleccionar las que más se corresponden con la cosmovisión que adoptamos durante nuestra vida. Aquellos pensamientos que suscitan en nosotros una emoción concreta y que nos llevan a actuar de determinada manera.

Nuestros pensamientos generan emociones.

Si creemos que vamos a obtener un buen resultado, experimentaremos emociones positivas que nos motivarán a tomar acción para lograr ese objetivo.

Si en cambio imaginamos un final catastrófico, nos sentiremos tristes e incapaces y esto nos desmotivará para tomar las acciones necesarias o nos hará optar por las alternativas menos adecuadas para enfrentar la situación.

 

Nuestra mente es capaz de imaginar, soñar, crear, inventar, comunicar, descubrir y cambiar la realidad. Sin embargo, es esta misma habilidad la que nos juega malas pasadas.

Somos intérpretes de emociones

 

Esta es una habilidad increíble del ser humano. Las emociones deben ser escuchadas, acogidas y gestionadas para aprender de nosotros mismos y, de esta forma, ser empáticos con los demás. Sin embargo, Es necesario recordar que no siempre podemos confiar en el razonamiento emocional para hacer juicios confiables.



 

Las experiencias pasadas tienen su peso

 

Los humanos hacemos conexiones basadas en cómo nos han hecho sentir los eventos del pasado. Lamentablemente, sin embargo, si una experiencia fue negativa, corremos el riesgo de proyectarla hacia el futuro como una pista equívoca de que volverá a suceder, porque ahora nos sentimos exactamente igual que en el pasado.

 

Aprendemos y cometemos errores en el camino.

 

Si algo sale mal, no depende solo de nosotros. Tienes que tener en cuenta el hecho de que la vida se compone de varias variables que condicionan los acontecimientos. Si lo olvidamos, siempre nos sentiremos culpables o culparemos a los demás.

Desarrollar una actitud abierta hacia el aprendizaje, aprender de los errores o dejar que los demás sepan que algo anda mal es crucial, pero no podemos culparnos demasiado por eso.

 

A veces, pensar en ello NO dice nada sobre ti. Todo es un juego mental.

 

Para entender esto, aprendamos a distinguir dos conceptos con una historia:

Marta se reencontrará con un amigo con el que tuvo una aventura de un par de años. Pueden surgir muchas dudas y pueden imaginarse muchas situaciones posibles que sucederán durante la reunión. Después de todo este tiempo, Marta no le guarda rencor ni enfado. Se enamoró de nuevo y todo lo demás ahora es cosa del pasado.

Es normal sentir emociones y estar nervioso imaginando cómo será volver a hablar con él. Sin embargo, es precisamente esta imaginación la que, en ocasiones, nos hace recrear una trama que desencadena una emoción que nos hace acudir a la cita con energía negativa o positiva y que, además, nos hace sentir bien o mal con nosotros mismos.


egosintónico: comportamientos, valores y sentimientos que están en armonía con nosotros mismos, son aceptados por nuestro ego y son coherentes con nuestros ideales y la imagen que tenemos de nosotros.



“Esto que acabo de pensar, me gustaría hacerlo y está en sintonía conmigo mismo”

Imaginé que nos encontrábamos en ese lugar después de todos estos años sin vernos y que nos daba tanto gusto hablar durante horas.

egodistónico: comportamientos, valores y sentimientos que están en conflicto y no en sintonía con las necesidades, metas de nuestro ego y la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Supuse que te estaba lastimando al decirte cosas que te lastimaban y no pude parar. Yo soy una mala persona.

“Esto, que acabo de pensar, NO me gustaría hacerlo y no está en sintonía conmigo mismo”


Concluyamos...

1. Conocimiento que nuestra mente es capaz de imaginar, crear y soñar lo mejor, pero también lo peor.

2. Teniendo en cuenta que las emociones son fundamentales, pero no siempre ideales para confirmar nuestros pensamientos.

3. haciendo una distinción entre egosintónico y egodistónico, sabemos que pensarlo NO significa que vaya a pasar o que seamos malas personas porque tengamos pensamientos negativos, porque entonces podemos filtrar la imagen que tenemos de nosotros, la moral, la reflexión y los valores.

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