El cerebro del hombre durante el sexo.

El cerebro del hombre durante el sexo.

El cerebro del hombre durante el sexo.

Última actualización: 15 septiembre, 2022

El cerebro humano, durante el sexo, es un océano de misteriosos cambios que organizan la acción, los pensamientos, las emociones y el desempeño sexual. En otras palabras, lo que comúnmente se resume como “estar a la altura” se convierte en un proceso complicado.

Ciertamente no es ningún secreto que los hombres suelen estar preocupados por el tamaño o la forma de su pene. También se debe enfatizar que este órgano siempre ha ocupado una posición importante tanto en la mente masculina como en la femenina.



A pesar de lo que los hombres puedan pensar acerca de su pene, el tamaño es lo que menos importa para el desempeño sexual. Otra cosa que las mujeres a menudo ignoran es que los hombres también sienten inhibición a la hora de mostrar su cuerpo y sus genitales.

Se preocupan por lo que su pareja pueda pensar (sexual o realista), y también temen decepcionarlos por el tamaño de su pene, su apariencia física o su comportamiento sexual.

Derribando mitos sobre el órgano masculino

Mientras que a la mayoría de los hombres les gustaría tener un pene más grande, el 85% de las mujeres están satisfechas con el tamaño de su pareja. El error está en la cultura, que ha supuesto una medida y un poder sexual cada vez mayores (esto no sólo es erróneo, sino también desprovisto de necesidad).

Las mujeres, de hecho, declaran que se sienten más atraídas por otros aspectos físicos, desde los ojos a los músculos, pasando por la sonrisa o la forma de la mandíbula. Significa que, ciñéndome a la opinión femenina, las medidas no son lo más importante.

Además, la mayoría de los hombres no deberían sentirse inseguros sobre el tamaño de su pene, ya que, en promedio, la longitud es mucho mayor que la que se necesita dentro de la vagina de una mujer.


El pene en piloto automático

Todo hombre conoce la capacidad de su pene para llamar la atención sobre sí mismo sin ningún impulso cerebral consciente, es decir, para actuar por voluntad propia. Unos más, otros menos, todos han sido "víctimas" de una erección involuntaria.

Las erecciones involuntarias difieren de la verdadera excitación sexual, ya que se producen a partir de señales inconscientes del cerebro y la médula espinal, no del deseo consciente de tener relaciones sexuales.

Debes saber que la verdadera responsabilidad de la activación sexual recae en los receptores de testosterona, que se encuentran en la médula espinal, los testículos, el pene y el cerebro, encargados de activar todo el sistema reproductor masculino.

Muchas mujeres se sorprenden de que el pene pueda funcionar en piloto automático y que las erecciones no siempre se puedan controlar.

El cerebro durante la verdadera excitación sexual

Contrariamente a la creencia popular, la verdadera excitación masculina no parte del pene, sino de la mente, generada por imágenes o pensamientos eróticos. Esto significa que, para que comience el proceso, el cerebro debe transmitir conscientemente información emocional y sexual relevante.

Esto se logra mediante la acción de la testosterona, que aumenta el interés sexual y activa los músculos correspondientes para aumentar el rendimiento. Entonces, cuando un hombre se siente sexualmente predispuesto, hace que su corteza visual envíe un mensaje al hipotálamo para que active los motores hormonales de la erección.

Por eso, una imagen mental o física con un alto contenido sexual es capaz de encender el centro cerebral del placer, el núcleo accumbens. Al hacerlo, se crea una expectativa que fomenta la relación.

De esta manera, la activación cerebral se ve potenciada por el contacto físico, que en un contexto de excitación provoca temblores sexuales que recorren el cuerpo y el cerebro.


Así, durante el coito, no sólo podemos observar cómo el hipotálamo envía sangre al pene, sino también cómo la activación de los circuitos del lóbulo frontal permite que el hombre preste atención a la oportunidad sexual.

El cerebro del hombre durante el orgasmo

Este arreglo permite que el macho se concentre en la "tierra prometida": su cerebro verá la luz verde del semáforo y pisará el acelerador. Es un momento en que las otras áreas del cerebro se ponen en sombra, para evitar distracciones y se procede a la penetración con un suave empujón, mientras se inhala rápidamente el aire para aliviar la tensión sexual.

Al igual que sucede en el cerebro femenino, los hombres tienden a "desconectar" ciertas áreas de su cerebro durante las relaciones sexuales. Tanto el centro de alerta y peligro (la amígdala) como el de la preocupación (corteza cingulada anterior) deben estar “apagados” en este momento para poder aprovechar al máximo el sexo.

Una vez logrado todo esto, el cerebro podrá enviar sangre a los genitales y ayudar a alinear sus estrellas neuroquímicas. Esto hará que la excitación del hombre alcance ese punto de inflexión en el que solo puede ir al máximo, alcanzando el clímax.

En momentos de máxima excitación, el cerebro masculino se inunda de norepinefrina, dopamina y oxitocina. Esto activa el área cerebral de placer intenso (el área tegmental ventral) y la de inhibición del dolor (la materia gris periacueductal).


Gracias a todos estos cambios, el hombre podrá llegar al clímax y disfrutar plenamente del contacto sexual. No obstante, hay que subrayar evitar comportarse como un caballo suelto requiere un gran autocontrol y un fuerte crecimiento emocional por parte del hombrecaracterísticas que se logran a través de un arduo trabajo interior que las mujeres muchas veces desconocen.

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