El dolor: una oportunidad para crecer como persona

El dolor: una oportunidad para crecer como persona

El dolor: una oportunidad para crecer como persona

Última actualización: 17 septiembre, 2017

A veces la vida nos duele… ya veces golpea tan fuerte que parece difícil levantarse. y es correcto cuando vivimos unexperiencia doloroso que nos sentimos de alguna manera empujados hacia intensos procesos emocionales. Procesos en los que hemos acabado por la inercia de la situación, pero que requieren mucha fuerza para salir de ellos. De lo contrario, acabamos siendo consumidos por la amargura y el dolor.



Quedarse atrapado en el dolor, de hecho, es una elección personal. Y de esta manera, pegado en el sufrimiento evitamos emprender el camino interior que culmina con la aceptación, con la serenidad de la comprensión y con la evolución personal.

“El dolor no está destinado a hacernos sufrir. El dolor sirve para hacernos conscientes. Y cuando te das cuenta, la mala suerte desaparece"

-Osho-

El dolor es inevitable, el sufrimiento no lo es...

Tanto el dolor como el sufrimiento son parte de la vida.. Cabe señalar que muchas veces usamos estos dos términos indistintamente. Sin embargo, para manejarlos correctamente, es importante entender la diferencia.

El dolor, en su dimensión psicológica, es una emoción que puede surgir ante determinadas situaciones o problemas. Afecta física, emocional y mentalmente, y dura hasta que la persona que la padece es capaz de recuperarse. En este sentido, el dolor implica aceptación y contacto con lo que sentimos. También hay que decir que la duración del dolor es proporcional a la importancia que tiene para nosotros el hecho que lo provocó.

“Una vez pasado, tendemos a olvidar el dolor. En cualquier caso, los avances de la ciencia, gracias a los anestésicos y analgésicos, nos han hecho menos acostumbrados al dolor que nuestros antepasados. Esto justifica el hecho de que le temamos cada vez más”.



El sufrimiento, por su parte, va un poco más allá. Cuando somos incapaces de aceptar la realidad y continuar con nuestra vida con normalidad, aparece el sufrimiento.. Este estado nos llevará repetidamente a pensamientos y emociones que nos desequilibrarán y nos pueden enfermar. El sufrimiento, por tanto, se convierte en una consecuencia inútil del dolor.

"En pleno invierno, finalmente aprendí que tenía un verano invencible dentro de mí"

-Albert Camus-

Hay que decir que el sufrimiento adquiere mucha más intensidad y dura mucho más que el dolor emocional, ya que puede continuar indefinidamente. Por ejemplo, el dolor es inevitable cuando pierdes a un ser querido. Si esta herida no cicatriza y cierra, el sufrimiento se asienta, impidiendo la aceptación y el crecimiento.

Crecimiento a través del dolor

El crecimiento postraumático ocurre cuando la persona acepta lo sucedido y reconstruye sus creencias. Este es un proceso similar a la reconstrucción de una casa después de un terremoto. Después de un evento doloroso, tenemos la oportunidad de pensar en cómo queremos reconstruir nuestra vida.

Por otro lado, estas nuevas creencias que añadimos a nuestros esquemas mentales favorecen el desarrollo de la resiliencia. Asimismo, durante este proceso de reconstrucción, generalmente descubrimos nuestra fuerza y ​​aspectos de nosotros mismos que antes nos eran desconocidos.

"Busca un lugar dentro de ti donde haya alegría y esta alegría borrará el dolor"

-Joseph Campbell-

La verdad es que lo único que tiene el poder de hacernos desgraciado es nuestra propia actitud. Según el psicoterapeuta Joan Garriga, cualquier pérdida se puede transformar en una oportunidad para crecer como personas, para desahogarnos y desatarse de afectos e identificaciones.



El gran riesgo que se corre durante los procesos dolorosos es el de no superarlos y estabilizarse en posiciones existenciales que alimentan el sufrimiento: queja, victimismo, venganza, rigidez, orgullo... En este sentido cabe señalar que el dolor es un proceso inherente en la existencia y es importante crecer, comprender lo que vivimos para obtener un mayor enriquecimiento.


"Tuve suerte en la vida, nada fue fácil para mí"

-Sigmund Freud-

Y en el camino aprendes...

Aprendes especialmente de lo que es doloroso y, en última instancia, puede causar sufrimiento. Cuando estamos en contacto con el dolor más angustioso, tomamos conciencia de nuestra fragilidad, pero al mismo tiempo nos encontramos en una posición que nos permite, más que ninguna otra, conocer nuestra grandeza. Nuestro valor.

Y es durante el viaje que aprendes que todo cambia, que el sol siempre vuelve a brillar después de que el cielo se ha nublado, con la belleza y la fuerza de los nuevos amaneceres. Es ahora cuando descubrimos la fuerza que llevamos dentro, superando un camino doloroso y la inercia que nos llevó a seguirlo.


En el camino del dolor también se observa que del caos surge siempre un nuevo orden. Un nuevo orden que tiene en sí mismo una enseñanza y una experiencia para seguir progresando, con mayor ligereza, con más sabiduría, con más serenidad y conciencia de que los períodos dolorosos tienen en sí mismos el potencial de ser períodos de gran transformación... y por qué no, de grandes oportunidades.

"Las personas más hermosas que he conocido son aquellas que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida y han encontrado su propia forma personal de salir del abismo"

-Elisabeth Kubler Ross-

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