Última actualización: 15 octubre, 2015
“El optimismo resuelve
la mitad de cada problema"
(Jorge González Moore)
Cuando nos enfrentamos a momentos difíciles, lo peor que nos pueden decir, y que simplemente no soportamos escuchar, son frases como: ¡sé positivo!; mira las cosas desde otro punto de vista!; ¡Yo también he vivido momentos difíciles! Esto enciende una lucecita en nuestro interior que nos hace pensar: ¿de verdad vienes a darme un consejo? ¡Quisiera verte ahogarte en un vaso de agua por mí!
Hay situaciones que son más grandes que nosotros., que llegan de improviso o los esperábamos pero no podemos creer que realmente llegaron, como en la fábula del "¡lobo, lobo!" cuando piensas que el lobo ya no vendrá y todo es una farsa para asustarnos. El lobo, sin embargo, realmente viene y se queda, al menos por un tiempo.
Hay veces que estamos tan enfadados con nosotros mismos, con el mundo, con las respuestas que nos dan los demás, que ser positivos es realmente difícil...
Son esos momentos en los que no vemos la luz y lo último que queremos son palabras vacías o consejos inútiles que suenan todos igual... Las típicas frases de consuelo que ni quien las dice se cree...
Sin embargo, es cuando no estamos viviendo estos momentos que debemos trabajar más duro, "Hacer nuestra tarea" en nosotros mismos e aprende a ser más positivo, sin cansarte, poco a poco.
Un trabajo interior que nos ayuda cuando llega el momento en que realmente lo necesitamos, como un zapatero reforzando los zapatos antes de una larga caminata.
Ese trabajo interior estará disponible para cuando llegue el momento, ayudará a amortiguar el golpe, al igual que los zapatos listos para caminar, que no son infalibles, pero ayudan.
Precisamente porque todo depende de nosotros, elegimos ser positivos.
¿Qué puede ayudarnos a ser más positivos?
1. "Mal de muchos, consuelo de necios". Es una buena frase, excepto por el "consuelo de los necios". La vida está llena de desencuentros para todos y si en lugar de mirarnos a nosotros mismos nos enfocáramos en los que nos rodean, nos daríamos cuenta de que la vida de todos esta llena de cosas bellas y cosas menos bellas. No somos los únicos que tenemos que pasar por momentos difíciles.
2. Hay remedio para todo. Suena tonto, pero repetir mentalmente esta frase cuando estamos ansiosos y pensando que todo va a cambiar, que es solo una situación pasajera, puede dar mucho alivio. Sin embargo, debemos actuar para encontrar una solución, porque las cosas no se arreglan solas.
3. Rodéate de gente positiva. Hay personas que tienen un "feeling" especial por nosotros y que son capaces de sanar nuestras heridas con un abrazo sincero, una palabra dulce y ese encanto especial que no todos tienen. Despreocúpate con ellos, cuéntales lo que te pasa, sé honesto. Verás que luego te sentirás mucho mejor.
4. Busca tu propio remanso de paz. Cada uno de nosotros tiene su propio remanso de paz, solo ve y encuéntralo. Hay quienes encuentran consuelo expresando su tristeza a través del baile, la música o la escritura, otros prefieren una escapada al aire libre, por ejemplo en la montaña o en el campo… Basta encuentra un lugar donde la calma y la tranquilidad sean tus aliados.
Evidentemente, existen situaciones límite a las que no todo el mundo tiene que enfrentarse y para las que todos necesitaríamos la ayuda de un profesional. Sin embargo, ante las dificultades diarias, que muchas veces parecen querer juntarse, Elijo ser positivo.
“Ser optimista, además de estar inclinado a la esperanza, significa tener fuertes expectativas de que, en general, los acontecimientos de la vida resultarán para bien, a pesar de los fracasos y las frustraciones. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que evita que el individuo se hunda en la apatía o depresión y caiga en la desesperación ante situaciones difíciles. Como en el caso de la esperanza, que es su pariente cercano, el optimismo resulta ser fuente de grandes ventajas (siempre y cuando, por supuesto, sea un optimismo realista; un optimismo demasiado ingenuo puede ser desastroso)”
(Daniel Goleman)
