Emociones innecesarias: culpa y preocupación.

Emociones innecesarias: culpa y preocupación.

Emociones innecesarias: culpa y preocupación.

Última actualización: 12 de enero de 2016

Nuestra vida está impregnada de culpa y preocupación., dos emociones que no nos aportan nada bueno, pero a las que damos más importancia de la que deberíamos.

Tendemos a sentirnos culpables por cosas que no hemos hecho, cosas cuyas consecuencias no nos gustan. Nos preocupamos por lo que debemos hacer, pero no lo hacemos por miedo o falta de ingenio.



“La culpa no está en el sentimiento, sino en la confianza en uno mismo”.

(San Bernardo de Claraval)

¿Sabes lo que te estás perdiendo al darle importancia a estas dos emociones?

Sientes que no puedes evitarlo, pero es bueno que seas consciente de cuánto te pierdes en priorizar estas dos emociones. Hoy queremos ayudarte a verlas como realmente son: emociones inútiles.

Emociones inútiles te congelan

Tanto la culpa como la preocupación son emociones que tienen el efecto de inmovilizarte; además, te hacen perder el tiempo, porque se les da la atención que no merecen.

La culpa te hace perder el momento presente, porque piensas en lo que te condenas. Pierde el tiempo pensando en algo que ya pasó y no tiene solución.

la preocupación te congela, porque te hace pensar en un futuro que aún no ha llegado y que te preocupa.

Sentirse culpable o preocupado no cambiará ni el pasado ni el futuro.

Pero, ¿por qué le das tanta importancia a estas dos emociones? Ahora que eres consciente de que no te aportan nada positivo, ¿por qué sigues prestando atención?

Todas las personas que te rodean viven en obediencia a estas dos emociones.. A menudo vemos personas deprimidas y pesimistas que continuamente culpan y se preocupan por cosas que han hecho o que aún no han hecho.



Probablemente, tú tampoco seas una excepción. Debido a esto, es necesario que identifiques estas dos emociones y las elimines; de esta manera, podrás evitar algunas consecuencias, por ejemplo, la angustia.

La angustia es una de las manifestaciones de la culpa y la preocupación. Por eso, te sientes abatido y molesto y, al mismo tiempo, obsesionado con un evento o algo que podría suceder.

Aprende las lecciones del pasado, lidera tu futuro

Una vez que hayas identificado estas emociones dentro de ti, que hayas entendido cómo te hacen sentir y que hayas comprobado que no sirven más que para angustiarte, debes encontrar un remedio.

El sentimiento de culpa no debe ser visto como un tormento, sino como una oportunidad para aprender de un error cometido. Esto te ayudará a no volver a caer en faltas y a seguir adelante en tu vida.

Nadie está libre de culpa: todo el mundo, en algún momento, comete errores, pero no hay que pensar que es algo negativo, ¡absolutamente no! Cometer errores te hará mejor persona, pero solo si los ves como una oportunidad de desarrollo y crecimiento personal.

En cuanto a la preocupación, sepa que no tiene sentido obsesionarse con lo que podría suceder. Cuando llegue el momento, tendrás que actuar, y lo que tenga que pasar, pasará.


De nada sirve pensar primero en lo que puede pasar, porque puede ser que, llegado el momento, los acontecimientos se desarrollen de una forma que no esperabas, que puede ser mejor o peor. Seguramente, si lo piensas bien, se te ocurrirán ocasiones en las que ninguna de las cosas que sucedieron cumplió con tus expectativas.

El pasado no se puede cambiar, el futuro está por llegar. Con estos consejos, estás preparado para enfrentar tu pasado y tu futuro de manera diferente. Nadie te dice que no puedes sentir estas dos emociones, pero es bueno que aprendas de ellas.


Eres un ser emocional y debes aprender a manejar todos tus sentimientos A tu favor. Incluso el sentimiento más negativo puede ser una oportunidad para aprender y mejorar como persona.

No te encierres en ti mismo y no te angusties con sentimientos de culpa o preocupación. por cosas que no puedes cambiar. Lo que ha sucedido ya no se puede cambiar y no se nos da el futuro hasta que realmente suceda.

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