Última actualización: 25 septiembre, 2015
“Si tiene celos es porque te quiere”, “preocúpate cuando deje de tener celos, porque significará que ya no estoy enamorado de ti”,… Seguro que ya has oído o dicho frases como estas.
Sin embargo, los celos no son síntoma de amor, como os han hecho creer. Es simplemente una respuesta emocional al miedo de perder a alguien que creemos que nos pertenece y queremos mucho.
Los celos son una señal de alerta que nos informa de la existencia de un peligro, la de perder el cariño de la persona que amamos por la presencia de otra persona. Suele acompañarse de un sentimiento de abandono y exclusión, lo que hace que la situación sea muy dolorosa.. Sin embargo, este llamado de atención puede llegar a ser muy útil y enriquecedor si aprendemos a comprenderlo y procesarlo.
Los celos se pueden sentir hacia varias cosas, pero principalmente se vinculan con las zonas en las que la persona que los sufre se siente más insegura. El razonamiento es este: “en mi opinión, otra persona puede ser capaz de darle a mi pareja todo lo que me gustaría tener y en cambio no tengo”. El “rival” en el amor, en realidad, no es una persona de carne y hueso, sino la imagen de alguien a quien te gustaría parecerte.
Los celos no solo se perciben en el seno de una pareja (aunque este es el caso más típico), sino también entre hermanos, primos, amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc.. De hecho, este sentimiento está presente en todas las culturas desde hace miles de años y es objeto de muchos mitos, canciones, leyendas, libros e investigaciones científicas.
Celos: la idea errónea de que alguien puede pertenecernos
Si renunciáramos a la idea de que el otro es de nuestra propiedad, los celos no existirían.. El ser humano, por naturaleza, creció en un ambiente en el que se apropia de todo lo que le rodea. Tomamos posesión de las cosas porque nos gustan, porque nos hacen sentir bien, porque nos hacen divertirnos y queremos usarlas cuando queramos.
En el caso concreto de las parejas, donde se da el mayor número de casos de celos, se debe dar más peso a los sentimientos y opiniones de ambos. Esto significa que se debe crear un saldo. No podemos esperar que el otro sea un objeto que haga lo que queremos, cuantas veces queramos y como queramos.
Según Veronique de Miguel, "la preocupación excesiva por el compañero implica la necesidad de controlarlo y esta actitud está más relacionada con el sentido de posesión que con el amor". Preguntar constantemente a tu pareja dónde está, si ha llegado al trabajo y qué está haciendo es volverse sobreprotector, que es una forma inconsciente de querer tenerlo cerca de nosotros.
Creer que nuestra pareja no nos pertenece no significa que no la amemos, al contrario. No tenemos derecho a controlarlo, debe ser completamente libre para decidir. Para que una pareja sea sana, ambos miembros deben ser independientes, tener una vida personal plena y crecer individualmente.
¿Existe acaso mayor demostración de amor que el hecho de que la persona que está a nuestro lado sea feliz y libre para decidir lo que quiere?
Muchas veces pensamos “si le dejo hacer lo que quiere, seguro que me traiciona o se porta mal”. Las cosas no necesariamente van de esa manera; la principal causa de los celos es la tendencia a degradarse, que varía de persona a persona.
El miedo excesivo a perder a la persona que amamos indica que no estamos contentos con nosotros mismos y que sentimos que necesitamos estar con alguien para sentirnos bien. ¿Cómo curar los celos?
Lo importante es actuar directamente. en la causa primaria de los celos, es decir, en el auto-rechazo destructivo. Es normal que haya aspectos de nosotros mismos que no nos gusten o que nos gustaría mejorar; los problemas comienzan cuando rechazamos estas partes de manera destructiva y, en lugar de transformarlas, las dañamos aún más con nuestros sentimientos y acciones.
No creas la historia "él está celoso porque te ama". Si tu pareja controla todos tus movimientos, si critica tu forma de vestir y te sugiere cómo hacerlo, si te pide estar solo aunque ya pasan mucho tiempo juntos, si te espía escribiéndote un mensaje o un 'e-mail, si se enoja cuando vas a trabajar y se desvive por mantenerte en casa, si cada vez que regresas a algún lugar tienes que ser interrogado... Probablemente sea hora de que reflexiones sobre su nivel de celos y su relación en general.
Se dice que los celos patológicos son imposibles de curar, pero al menos se puede evitar que empeoren. ¿Cómo? Hablando de ello, haciéndole saber a la persona celosa que tiene un problema del que probablemente no se había dado cuenta, y ayudándole a entender que la confianza es muy importante en una relación. Si ambos miembros de la pareja trabajan para mejorar este aspecto de su relación, seguro que lo consiguen.
Aceptar los sentimientos que sentimos, comprenderlos y hablar de ellos con nuestra pareja: estos son los primeros pasos para solucionar el problema de los celos.