Última actualización: 28 marzo, 2017
La batalla emocional es una lucha que ruge dentro de nosotros. En cada ocasión o circunstancia de nuestra vida, podemos potenciar y enfocarnos en la ira, la envidia, los celos, la tristeza, la arrogancia o desarrollar la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la humildad, la generosidad.
Las emociones se viven de una manera muy personal y se manifiestan a través de la expresión del rostro, la postura corporal y estados mentales específicos. La elección de centrarnos en determinadas emociones en lugar de otras marcará nuestra forma de ver la vida. Según la visión que adoptemos, pensaremos y nos comportaremos de forma proactiva o confrontativa.
Experimentar ciertas emociones con más frecuencia que otras afecta nuestro estado de ánimo, nuestra motivación e incluso nuestro carácter y comportamiento.. La elección de aceptar positivamente las cosas que nos suceden está ligada a las reacciones fisiológicas asociadas a su vez a la producción de hormonas como la norepinefrina y la serotonina.
¿El camino que elegimos es siempre el correcto? La justicia está en la elección, no en el éxito.
Cerebro y emociones
Algunos expertos en emociones, como Klaus Scherer de la Universidad de Ginebra, o Richard Lazarus, argumentaron que un factor importante en la regulación de las emociones es pensar en lo que nos sucede. Habilidades y procesos mentales como la atención, la memoria, el razonamiento y la toma de decisiones nos permiten interpretar los hechos de manera consciente, dejándonos elegir cómo reaccionar.
En función de nuestro nivel cognitivo y de nuestra capacidad de modulación emocional, seremos capaces de elegir de forma más o menos adecuada las emociones que corresponden a las situaciones que vivimos. La modulación emocional consiste en una serie de estrategias cognitivas que necesitamos para controlar nuestras emociones.
El aspecto más interesante de este tema es que los expertos en emociones y cerebro han encontrado evidencia de que podemos enseñar a nuestro cerebro a modular las emociones. El truco puede estar precisamente en la capacidad de cambio del cerebro: en la neuroplasticidad. Tanto es así que se ha demostrado que la plasticidad de nuestro cerebro es muy superior a lo que los investigadores pensaban al inicio de sus estudios.
Tanto nuestro entorno como nuestro comportamiento pueden provocar una reorganización de ciertas funciones cerebrales. La mayoría de las personas pueden aprender a transformar sus emociones a través de ciertas técnicas y prácticas terapéuticas. Esto significa que somos capaces de producir cambios de mucha mayor profundidad de lo que calculábamos hace años.
Eliges tu camino, eliges tu destino y, si eliges bien, serás feliz
Nosotros somos los que elegimos qué probar
Estamos hechos de luces y sombras. En cada uno de nosotros hay una batalla que ganaremos o no dependiendo de lo que decidamos alimentar. Todos tenemos una vida hecha de luces y sombras, altibajos, luz y oscuridad. Somos todo esto. Lo que aceptamos y lo que negamos, lo que mostramos y lo que callamos.
Solo podemos iniciar nuestro camino de desarrollo partiendo de la aceptación, aprendiendo a amarnos a nosotros mismos y reemplazando las sombras por la luz. Sólo gracias a ella podremos brillar en la oscuridad, iluminar a los demás y transformar las emociones de miedo, ira, envidia y soberbia en amor, esperanza, humildad, alegría y generosidad, que nos acompañarán en el camino.
Manejar nuestras emociones en la mayoría de las situaciones que nos ofrece la vida, construir y hacer nuestras emociones positivas, es fundamental para establecer estrategias de modulación emocional y autoconocimiento que nos permitan proyectar una imagen optimista de la vida y de nosotros mismos.
No le tengas miedo a las sombras, porque solo desde la sombra puedes ver la luz.