Última actualización: 21 septiembre, 2015
“El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” dice una frase que seguramente habrás escuchado alguna vez. Pero, ¿qué sucede cuando nos apegamos a la piedra hasta el punto de volver a caer?
“Siempre cometo el mismo error”, “No sé por qué siempre me pasa lo mismo”, “Me prometo que será la última vez, pero siempre vuelvo a caer en la tentación”. Son frases que se pueden aplicar en muchas situaciones de la vida, como el olvido, la separación o la adicción.
los seres humanos son animales de costumbre. Cometer un error puede convertirse en un hábito, y quizás por eso hayas decidido recoger la piedra del suelo y llevarla contigo allá donde vayas.
Solemos quejarnos de la rutina y de que siempre hacemos lo mismo porque estamos aburridos... Pero, ¿y si nos detenemos un momento a pensar en las cosas que repetimos inconscientemente y que nos hacen sufrir o entristecernos?
Si prometiste que no volverías a mentir, ¿por qué lo volviste a hacer? Si juraste que no volverías con tu novio después de la última pelea, ¿por qué corriste hacia él cuando te llamó y te rogó que lo perdonaras por enésima vez? Si tu propósito positivo a principios de año era dejar de fumar, ¿por qué volviste a comprar cigarrillos hace unos días?
“No me di cuenta”, “esta es la última vez”, “tengo todo bajo control”, son las excusas más frecuentes. No nos gusta salir de nuestra zona de confort., nos sentimos seguros por dentro aunque no seamos felices, conocemos perfectamente cada centímetro de nuestra estabilidad y nos refugiamos en la sombra de la piedra que nos mantiene cayendo.
Podría compararse con una existencia vivida dentro de una gran jaula, con todas las limitaciones y la falta de libertad que ello implica, pero al mismo tiempo protegido por la suficiente estabilidad como para no hacernos sentir la necesidad de vivir la vida fuera de ella.
No nos damos cuenta de que, mientras permanezcamos encerrados allí, las cosas se sucederán, siempre iguales. La rutina de levantarse, desayunar, ir al trabajo, ir a casa, ver la televisión, lavarse, dormir… es más o menos la misma para todas las personas. Hasta que decidamos decir "basta".
La vida se convierte en una sucesión de momentos similares sin que nos demos cuenta. La señal de alarma aparece cuando nos encontramos en una situación incómoda o que nos hace daño. Ahí es cuando empezamos a pensar: "¿No me había pasado esto antes?" como si fuéramos un imán que atrae siempre las mismas cosas. Si solo fueran cosas positivas, está bien, pero desafortunadamente no siempre es así.
Tropezar con la misma piedra: la imitación que ha marcado toda nuestra vida
Seguro que te ha pasado más de una vez encontrarte en situaciones en las que has cometido varias veces el mismo error con la misma persona, la misma actividad, el mismo pensamiento, el mismo trabajo… ¿Por qué sucede esto? Una explicación psicológica se refiere a la educación que recibimos desde temprana edad.
De niños nos enseñaron a hacer las cosas por imitación.. Vimos a nuestra madre cepillarse los dientes y aprendimos a hacerlo, vimos a nuestro hermano mayor aprender a andar en bicicleta, a nuestro maestro escribiendo las letras en la pizarra... Y es exactamente de esta manera que quizás hayamos aprendido no ser cariñoso, gritar o llorar cuando queremos conseguir algo, discutir por todo, etc.
Cada interacción que tenemos con los demás, ya sea con miembros de la familia o no, nos moldea poco a poco hasta convertirnos en quienes somos una vez que crecemos. De esta forma tendemos a almacenar instrucciones en la mente para hacer las cosas sin necesidad de pedir explicaciones.
Apegarse a la piedra que nos hizo caer implica, por tanto, dos cuestiones importantes. Por un lado el miedo a salir de la zona de confort, por otro la costumbre de hacer siempre las cosas mediante la repetición, exactamente como nos han enseñado en el pasado.
El primer paso para romper con estos hábitos es imaginar que nuestra vida no está limitada por un recinto como una jaula o un acuario., dándose cuenta así de que existen miles de formas diferentes de hacer las cosas, con resultados incluso mejores que los obtenidos hasta ahora.
Hacer algo más que siempre lo mismo nos ayudará a alcanzar objetivos distintos. Hay que cambiar la estrategia.
