Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
El bienestar, al igual que el equilibrio interior, no es algo que cambie periódica y regularmente, como lo hace el tiempo. La calidad de nuestras elecciones y decisiones a menudo depende de nuestras emociones. Por esto podemos decir que las emociones afectan la calidad de nuestra vida. Teniendo esto en cuenta, es importante saber reconocer una serie de errores emocionales que limitan nuestra felicidad. Para corregir estos errores emocionales, debemos comenzar a hacer cambios de inmediato.
Daniel Goleman en su libro Ser líder afirma que al menos el 80% del éxito que alcanzamos en la vida depende de nuestra capacidad para gestionar las emociones. El éxito no solo se refiere a un lugar destacado en el lugar de trabajo. Ni siquiera se trata de convertirse en una persona de referencia o ser un gurú indiscutible en ciertas habilidades.
¿Qué es la felicidad?
Por éxito entendemos una cosa muy simple: ser feliz. Tarde o temprano, todos comprendemos que la felicidad no se encuentra por casualidad. No podemos esperar encontrarlo en el buzón algún día. La felicidad es un estado de ánimo que debemos cuidar cada día como si de un delicado jardín se tratase. Necesitamos deshacernos de las malas hierbas, sembrar ciertas semillas, podar un cierto número de ramas y saber qué sustancias lo alimentan.
Asimismo, ser competente en inteligencia emocional puede abrirnos muchos caminos. A veces, sin embargo, en lugar de actuar sabiamente en esta área, nos dejamos llevar. Simplemente andamos a tientas, actuamos instintivamente. A menudo nos impulsa una educación insuficiente en cuestiones emocionales.
Tres errores emocionales que limitan nuestra felicidad
La negación
Veo que no lo lograste. ¿Cómo te sientes? ¿Estás seguro de que estás bien? / ¿De verdad no estás enojado? / ¿Estás seguro de que no te pasa nada? / ¿Puedes asegurarme que lo que pasó no te interesa? / ¿Qué tal ponerle una piedra?
Estos son solo algunos ejemplos de toda una serie de preguntas que comúnmente nos hacen en la vida cotidiana. Por lo general, la respuesta siempre es la misma: “No pasa nada, todo está bien”. Ocultar o negar nuestros sentimientos es una reacción casi normal para muchos de nosotros. Este, sin embargo, es uno de los peores errores emocionales que limitan nuestra capacidad de ser felices.
Por supuesto, no siempre podemos ser transparentes con todo el mundo. Sin embargo, muy pocos principios de higiene personal son tan relevantes como la práctica de la aserción emocional. Porque reprimir u ocultar lo que nos duele no nos hará más fuertes ni más competentes. Al contrario, nos destruirá internamente, poco a poco. No somos como el mar y sus olas que rompen todos los días sin quejarse. Tenemos todo el derecho y el deber de sacar lo que nos duele, de quejarnos y de abrirnos unos a otros.
Huimos de los sentimientos molestos
Algunas emociones no nos gustan, nos incomodan y las dejamos de lado porque no las toleramos en nuestra vida. La ira, la frustración, la decepción, la angustia, etc. Qué antiestéticos pueden ser, ¿no? Terminamos arrinconándolos porque, además de incomodarnos, no sabemos qué hacer con ellos.
No olvidemos lo que señaló el famoso neurólogo Antonio Damasio: somos seres emocionales que un día aprendimos a pensar. No somos máquinas que de repente se dan cuenta de que tienen sentimientos. Dejar espacio a las emociones, dejarlas fluir y encontrar su propio lugar, significa aceptarnos a nosotros mismos. Significa fortalecer la salud mental.
¡Debo ser feliz!
El tercero de nuestros errores emocionales es esa necesidad que hoy está tan de moda: la obsesión por ser feliz. Perseguimos la felicidad como quien emprende un viaje sin destino. Como quien va a comprar, sin saber qué. Como quien siente un inmenso vacío y no sabe cómo llenarlo. Este tipo de angustia, es decir que nos falta algo, muchas veces nos lleva a alimentarnos de un sustituto de la felicidad que ni nos restaura ni nos satisface. Por el contrario, provoca frustración e infelicidad.
Detengámonos por un momento. Un momento para respirar y reflexionar. Porque muchas veces nos conformamos con simples gratificaciones sin invertir en un proyecto sólido. Este proyecto somos nosotros mismos. Pocos errores emocionales son tan graves como buscar en otro lado lo que llevamos dentro. Comprender este concepto nos salvará de un gran sufrimiento.
Trabajamos día a día en esta delicada joyería en la que se incrustan la autoestima, el amor propio, los proyectos vitales, la autoafirmación y la pasión. Porque toda vida que tiene sentido se acerca a la felicidad. Todos estos errores emocionales se pueden cambiar y corregir hoy si actuamos con fuerza de voluntad.