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Última actualización: 15 2021 noviembre
El estrés y el hipertiroidismo están estrechamente relacionados. Tendemos a subestimar los efectos del estrés crónico en nuestra salud. El cortisol, la hormona asociada a los estados de hiperactividad e hipervigilancia, puede alterar el funcionamiento de la tiroides, no acelerándola, sino comprometiendo las glándulas suprarrenales.
Como es sabido, los trastornos asociados con la tiroides son muy comunes y están relacionados con factores diferente. Por ejemplo, las condiciones autoinmunes como la enfermedad de Graves-Basedow, el embarazo, los cambios en la glándula pituitaria o un exceso o deficiencia de yodo pueden conducir al desarrollo de hipotiroidismo o hipertiroidismo.
Sin embargo, no siempre somos conscientes de lo mucho que nuestras emociones pueden alterar el metabolismo. Estudios como el publicado en la revista Thyroid Research muestran que existe una relación entre el cortisol y los niveles de TSH (tirotropina u hormona estimulante de la tiroides).
Esto significa que el estrés es un factor de riesgo para el hipertiroidismo. Situaciones de presión, ansiedad y preocupación constante, que se prolongan durante meses o años, acaban acelerando la glándula tiroides.
El hipertiroidismo se caracteriza por un exceso de hormonas tiroideas en el cuerpo. La causa más común es la enfermedad de Graves, sin embargo, los estados de estrés crónico también pueden desencadenar esta condición.
Estrés e hipertiroidismo, una relación peligrosa
Existen numerosos diagnósticos de alteración de la glándula tiroides. Las hormonas tiroideas presiden numerosas funciones; son esenciales para el mantenimiento de los tejidos corporales y cumplen numerosas tareas metabólicas, incluida la síntesis de proteínas.
Es por eso que las personas con hipertiroidismo suelen tener una amplia variedad de síntomas, dolencias y condiciones., Cuales:
- Nerviosismo e inquietud.
- Cambios de humor, irritabilidad.
- Sensación de debilidad.
- Apetito incrementado.
- Pérdida de peso a pesar de la ansiedad por la comida.
- Problemas con la memoria y la concentración.
- Bocio, un síntoma obvio asociado con el hipertiroidismo, caracterizado por hinchazón en la garganta con dificultad para tragar, beber o hablar.
- Caída del cabello (que a veces parece aún más fino y frágil).
- Piel más fina.
- Intolerancia al calor.
- Cambios en el ciclo menstrual.
- Taquicardia.
- Insomnio.
Cabe señalar que las enfermedades relacionadas con la tiroides son más comunes en las mujeres. Sin embargo, una vez que se hace un diagnóstico, no siempre nos detenemos a considerar las causas de la enfermedad. Interesa el tratamiento naturalmente necesario, una estrategia terapéutica que permita mejorar la calidad de vida.
Sabiendo que existe una relación directa entre el estrés y el hipertiroidismo, sería necesario comprender cómo se produce y cómo afecta a nuestro organismo.
Estrés e hipertiroidismo: la alteración de los anticuerpos tiroideos
Algunas universidades holandesas financiaron en 2012 un gran estudio sobre la relación entre el estrés y la hiperfunción de la glándula tiroides. Los resultados, publicados en la revista Psychoneuroendocrinology, son muy interesantes. Por ejemplo, está demostrado que en situaciones crónicas de alto estrés y ansiedad el cortisol que producimos tiene un grave impacto en nuestra tiroides.
Los anticuerpos tiroideos se alteran y comienzan a atacar al organismo, provocando a su vez cambios; aparecen fatiga, trastornos del sueño y de la digestión, aumento de la caída del cabello, piel más frágil. Los cambios cognitivos y emocionales, como la dificultad para concentrarse y los cambios de humor repentinos, también son comunes.
Una investigación realizada en Chile y publicada en la Revista médica de Chile destaca igualmente resultados sorprendentes: Las personas que sufren ataques de pánico a menudo tienden a desarrollar demasiado problema de tiroides, que tiende a acelerarse, resultando en hipertiroidismo clásico. Una comorbilidad que suele tener graves repercusiones clínicas.
Prevención del hipertiroidismo causado por el estrés
El hipertiroidismo (causado por el estrés o no) sin duda requiere un tratamiento específico: fármacos antitiroideos como el propiltiouracilo y el metimazol. Sin embargo, cada paciente tiene singularidades y necesidades que el especialista debe considerar para una respuesta adecuada y personalizada.
Más allá del tratamiento, sería interesante poder prevenir esta condición. Queda claro que el desencadenante no siempre será el estrés (las enfermedades autoinmunes son una realidad), pero teniendo en cuenta que algunos estados mentales inducen cambios en el metabolismo, es necesario tenerlo en cuenta y saber gestionarlos.
Algunos puntos clave son:
- El estrés ocasional y limitado en el tiempo no tiene ningún efecto sobre nuestra tiroides. Más bien, estamos hablando de estrés crónico, descuidado y sin abordar que, en última instancia, escapa a nuestro control. Por ello es necesario prestar atención, de vez en cuando, a nuestras preocupaciones, emociones complejas, malestares emocionales. No hay necesidad de posponer lo que nos preocupa hoy para mañana.
- Ofreciéndonos tiempo de calidad. Todos los días deberíamos poder dedicarnos al menos dos horas a nosotros mismos.
- El ejercicio o la meditación como el mindfulness son remedios muy efectivos para el estrés.
- Igualmente útiles serán para cuidar la alimentación y mejorar los hábitos de vida: descanso, relaciones sociales positivas y de calidad.
En conclusión, sabiendo que el estrés y el hipertiroidismo están íntimamente relacionados, necesitas ser más consciente de tus emociones e invertir en salud. Así como nos levantamos, vestimos y peinamos cada día, recordemos sanar nuestro complejo universo interior.