El agotamiento físico y emocional, los problemas personales, el estrés, las inseguridades o las discusiones de pareja son algunos factores que pueden reducir el deseo sexual.
Última actualización: 23 de abril de 2022
El deseo sexual, o libido, puede verse influido por muchos factores, que desconocemos o a los que no damos la debida importancia. Los factores que limitan el deseo sexual pueden ser orgánicos, psicológicos, emocionales o sociales..
La disminución o falta de deseo sexual es un problema o incluso una disfunción cuando se vive como carencia y con un malestar que genera angustia.
Pero empecemos por preguntarnos qué es el deseo sexual. Aunque es un concepto difícil de definir, en sexología nos referimos a la energía o tendencia de la voluntad para alcanzar y experimentar placer. Es el producto de una compleja interacción entre procesos cognitivos y fisiológicos, mecanismos neurofisiológicos y bioquímicos.
El deseo sexual está fuertemente ligado a la experiencia del placer, tanto es así que una experiencia que genera incomodidad o aversión generará tristeza. En consecuencia, ante la posibilidad de sentir pena, incluso en otras circunstancias y contextos, se producirá una inhibición del deseo sexual.
El placer deja una huella emocional que da lugar al deseo, y solo recordándolo es posible activarlo. Esto es lo que sucede con las fantasías sexuales y los objetos eróticos que actúan como desencadenantes del deseo sexual.
¿Tengo suficiente deseo sexual?
Muchas personas tienden a comparar su deseo sexual con el de otras personas y su pareja. Esto es un error, ya que el deseo sexual es personal, por lo que todos lo experimentan de manera diferente como resultado de varias razones y factores.
El deseo sexual genera problemas cuando la persona lo experimenta con malestar, independientemente de que sea mayor o menor que el de la pareja.
Hay que tener en cuenta que el deseo sexual es una necesidad secundaria (relacionada con la calidad de vida), no es vital para la supervivencia. Puede ocurrir que no se satisfagan algunas necesidades básicas, como el descanso, por lo que el deseo sexual pasa a un segundo plano.
El deseo sexual se alimenta de nuestro exceso de energía, por lo que se reduce (deseo sexual hipoactivo) si éste está ausente o se dirige a otras actividades que hemos priorizado.
Nuestros ritmos de vida actuales son un enemigo natural de la libido ya que suelen causar estrés y fatiga acumulada.
Factores que limitan el deseo sexual
La fatiga es enemiga de la libido
La fatiga, tanto física como mental, es un factor importante en nuestras vidas.; afecta decisiones, comportamientos, motivaciones, sentimientos y, por supuesto, nuestra capacidad de sentir placer.
Según un estudio de más de 5000 hombres, publicado en el Journal of Sexual Medicine, la fatiga y el estrés se encuentran entre los principales factores que limitan el deseo sexual.
Darle al factor cansancio la importancia que se merece en nuestras relaciones sexuales nos ayuda a ser más comprensivos y a no alimentar conceptos erróneos que den lugar a malentendidos.
Factores que limitan el deseo: problemas de relación
No podemos ignorar que las relaciones sexuales son un aspecto fundamental en la relación de pareja. La insatisfacción sexual puede deteriorar la relación.
A su vez, los problemas de relación, como la ira, los conflictos, la falta de comunicación, la inseguridad, etc., son causas directas de la disminución de la libido y de una intimidad insatisfactoria.
Las parejas que sienten un intenso deseo sexual después de una furiosa pelea han erotizado el conflicto, es decir, han asociado placer y discusión.
Con esta excepción, por lo general la ira y el malestar con la pareja inhiben el deseo sexual (deseo sexual inhibido).
Otros factores que limitan el deseo sexual
Causas biológicas
Entre los factores biológicos relacionados con la disminución de la libido se encuentran los fármacos: antidepresivos, píldoras anticonceptivas y todos los medicamentos que reducen los niveles de dopamina; así como aquellos que aumentan los niveles de serotonina.
Causas psicológicas
Después de malas experiencias, la intimidad puede asociarse con peligro. Sigue la inhibición del deseo. Este último también se ve afectado por la depresión, la ansiedad y los problemas.
Causas emocionales
Las emociones como el miedo, la ira y la vergüenza también tienen un efecto inhibidor sobre el deseo sexual.. Entre los factores sociales, cabe destacar los modelos afectivos de referencia, la educación represiva, la falta de información sexual, las vivencias de las primeras experiencias sexuales y las expectativas que se forman.
Conclusiones
Los factores que limitan el deseo sexual están asociados a problemas específicos más complejos. La falta de deseo es un problema y causa disfunción sexual para quienes la experimentan con malestar, angustia y como deterioro de la calidad de vida.
Para estas personas, es recomendable consultar a un sexólogo, un médico o un psicólogo, dependiendo de los factores predominantes.