Última actualización: 10 de diciembre de 2015
Gracias por quedarte, por no irte, por oponerte a todas las reglas, por ignorar los prejuicios, por decidir quedarte, por no buscar excusas, por no entristecerme...
Gracias por ser como eres y por estar donde quieres estar. Gracias porque sé que a veces no es fácil desempeñar ese papel, el de persona-hogar, el de un corazón de acero forjado al calor de una llama “inolvidable”.
Gracias a ti entendí que el cariño sincero nunca termina, que nunca es negociable ni condicional. Me enseñaste que donde uno decide estar, es donde quiere quedarse...
He sido una mejor persona desde que te conozco
Tenerte es un regalo tan grande que necesito toda mi vida para poder saborearlo. Por eso, desde que te tengo en mi vida, soy mejor persona, más completa, más feliz, con más ganas de vivir y con menos miedos.
Me gusta tener a alguien que conozca mis fantasmas, mis miedos y mis demonios. Me gusta el hecho de que sabes todo sobre mí y, a pesar de eso, no rehuyes quedarte. Me gusta que me ames cuando no lo merezco, me gusta que me hagas entender que los errores son parte de nuestro ser.
Me gusta seguir adelante a tu lado y darte la mano, entendiendo que la vida no es tan oscura como mis fantasmas me quieren hacer creer. Me gusta coleccionar razones para ser mejor persona, sabiendo que tú y yo, juntos, somos dos granitos de arena y que esto es suficiente para cambiar el mundo.
Gracias por evitar que naufrague
Gracias por evitar que me ahogue en la tristeza, la pereza y la pesadez.. Gracias por darme razones para seguir adelante, por abrirme los ojos y por revelarme que cada uno de nosotros es un mundo que vale la pena explorar.
Gracias por perdonar mis retrasos, por navegar a mi lado, por guiarme hacia la orilla, por motivarme a nadar en los ríos del sacrificio, del trabajo y del desafío. Gracias por vuestra confianza, porque me hacéis soñar, porque me creéis capaz de recorrer caminos que nunca imaginé que existiesen.
Gracias por decirme sin palabras que hay lazos que no se pueden romper, que no todo es desechable, que no hace falta sobresalir entre la multitud para brillar, que todos somos inolvidables y que hay abrazos que son capaces de volver a montar nuestros pedazos rotos.
Gracias por estar del otro lado de esta unión, porque tiendes las manos, porque no abandonas este vínculo, porque dejas fluir el tiempo y no castigas con la distancia.
Gracias porque reconoces las sonrisas de dolor en mí, porque sabes que no estoy bien, porque me comprendes, porque me ofreces calor, porque me das oxígeno, porque me devuelves a la vida, porque nunca exiges nada de mí, porque yo no me embriago.
La importancia de las relaciones significativas
Hay personas que simplemente se convierten en nuestros rincones del paraíso favoritos, esos lugares a los que siempre podemos volver. Compartimos momentos de amor, comprensión y confianza con ellos.
Hay personas que se convierten en aire psicológico porque nos permiten respirar y llenarnos los pulmones de lo auténtico. Estas relaciones nos ayudan a apoyarnos, marcar nuestro ritmo y comprender nuestro camino.
Es una suerte poder alimentarse de permanencia, amor propio e intereses comunes. Todo es más fácil cuando pasamos parte de nuestra vida acompañados, cuando sabemos que hay alguien a la vuelta de la esquina esperándonos, cuando nos sentimos amados y dignos de amor.
Porque las relaciones significativas son aquellas que tienen las palabras perfectas para cada momento, que intuyen la cantidad de besos que necesitamos, que conocen la calidez de la reciprocidad y la gratitud, que dejan espacio a la esencia, que nos guían en la dirección correcta, que huelen y olor a hogar.
