Ha llegado el momento: sé feliz

Ha llegado el momento: sé feliz

Ha llegado el momento: sé feliz

Última actualización: 01 agosto 2016

Siempre es el momento adecuado para decidir que quieres ser feliz simplemente “porque sí”. En realidad, el presente es el mejor momento para tomar las riendas y encaminar el vuelo hacia todas las metas que nos habíamos propuesto, porque solo hay una forma de llegar a las estrellas: apostar por ellas.

'Ahora' es sinónimo de oportunidad, de ser feliz sin estar obligado a serlo, simplemente para sí mismos, para poder estar con los demás. Esto es obvio, pero cada vez vemos más caras tristes en un mundo en el que, paradójicamente, podríamos ser más felices.



Nunca es tarde para ser feliz

Es normal que todo lo que nos sucede pase por una serie de altibajos espirituales, porque se alternan las cosas positivas con las negativas. Sin embargo, cuando somos felices, las razones para ser felices superan todo: hay pequeñas gotas que componen la felicidad y que pueden hacer brillar cualquier día.

Estas gotas de felicidad se pueden encontrar en las situaciones más inesperadas, en las cosas que creíamos más insignificantes: un pequeño gesto, un abrazo, una comida, un recuerdo… cada quien guarda los momentos que le hicieron feliz.

Precisamente por eso, nunca es tarde para ser feliz o, mejor dicho, para que la felicidad aparezca por todas partes. Además, alcanzar la felicidad no depende del esfuerzo que se ponga en buscarla, sino de la actitud que se tenga en saber encontrarla, dónde nos espera: ser feliz es espontáneo, pero la opción de ser feliz tiene que serestar.  

“En cualquier momento tenemos la oportunidad de ser felices;


solo tenemos que elegir ser"

-Steve Maraboli-

Quiero, puedo y merezco ser feliz

La felicidad es gratis o, al menos, no se puede comprar con dinero. Es uno de los mayores regalos que podemos recibir, porque aparece sin avisar y nos permite valorar mucho más las cosas.


Siendo un regalo, quien tiene la capacidad de querer y recibir la felicidad, a veces sin ser consciente de ello. En este sentido, podemos querer ser felices, pero no encontrar la forma de serlo, por ejemplo en los momentos en que tocamos fondo.

Cuando estamos predispuestos a entender que el sufrimiento es opcional y que, para afrontarlo, podemos adoptar una determinada actitud en lugar de otra, la felicidad viene en forma de bienestar general.  


Cada día más humanos, más felices

El sufrimiento, como los errores y las caídas, nos ayuda a sentirnos más humanos; la felicidad, sin ellos, no tendría sentido. Ser feliz implica haber estado triste, porque el equilibrio es necesario para crecer como persona.  

A veces nos preguntamos cómo las personas cercanas a nosotros pueden amar nuestros defectos y los errores que cometemos. Sin embargo, los que se quedan lo hacen porque entienden que, para ser más feliz hay que ser más humano y, como tal, más imperfecto.  

La felicidad, por tanto, se esconde detrás de todo lo que nos comprende y nos cuida, así como lo que nos hace creer que podemos vivir para siempre. Encontrar la felicidad es como ver un campo lleno de árboles altos y aun así poder vislumbrar un rayo de sol.


Por eso, vale la pena tomar la actitud de “hoy debo ser feliz”, porque un mínimo rayo de sol que ilumina el bosque es más que suficiente.

Imágenes cortesía de Susan Batori

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