Última actualización: 20 de febrero de 2015
Llega un momento en la vida en que es importante salir. Y no estamos hablando de identidad sexual, sino de identidad humana. Seguro que si miramos hacia dentro encontraremos algunos aspectos sobre los que pretendemos todos los días. Solo tenemos que abrir la puerta tras la que nos escondemos y salir a la libertad, a ser nosotros mismos.
Salir a la luz pública es un acto de liberación personal, a través del cual una persona afirma y reivindica la verdad absoluta de quién es. Es un acto de aceptación, perdón y agradecimiento por el don de nuestra vida y el valor de vivirla con sinceridad y libertad.
¿Qué puertas podemos abrir?
Estos son algunos de los puertos más comunes:
Puerta del juicio propio
Ser presos de la creencia de que son inferiores e incapaces. Es una derrota o un abandono antes de que comience, lo que provoca problemas de salud como enfermedades del corazón, insomnio, trastornos de la alimentación o aumento de peso. Solo tú puedes decidir qué dirección seguir en tu vida
Puerta de ser indigno
Creer que no merecemos estar en una relación amorosa o alcanzar el éxito en lo que realmente nos apasiona. Esto provoca una limitación, que puede implicar dinero, crear relaciones tóxicas, aislamiento o depresión.
Puerta del miedo y la desconfianza
La vida está llena de traiciones. Quizás estás encerrado detrás de esta puerta para protegerte de lo que crees que eres, porque tienes miedo y estás lleno de desconfianza.
puerta de la vergüenza
Esta puerta es la más difícil de todas, porque a menudo tiene doble cerradura. Probablemente en algún momento del pasado hayas hecho algo que violó el sentido del bien y del mal, y de lo cual te avergüenzas. Pero deberías poder perdonarte a ti mismo, el pasado es pasado.
puerta de la arrogancia
La arrogancia esconde un profundo sentimiento de inferioridad e inseguridad. Muchas veces detrás de una persona arrogante hay alguien que se siente desafortunado e inferior a los demás.
El camino a la liberación
La liberación personal es la libertad de complicidad, ajuste y adaptación: es la libertad de examinar cada pensamiento y acción, para comprender de dónde provienen. Ideas que han contribuido a que cada uno sea como es, por ejemplo por las estructuras sociales o la cultura, que limitan lo que se puede y no se puede hacer.
Este camino te hará querer decir la verdad, mostrar amor, cuestionar la autoridad, incluso cuando no será fácil.. De esta forma, la libertad personal te permite alzar la voz contra el orden social, trabajar para transformarlo y tomar decisiones que pueden tener consecuencias para toda la vida.
La concepción de un adulto adaptado a la sociedad corresponde al ideal de normalidad, alguien capaz de funcionar dentro de los límites del mundo tal como es. Pero ese no es un objetivo fácil de lograr, y tampoco lo es cambiar la forma en que vivimos. Aquellos que han dedicado su vida a cambiar el mundo, por lo tanto, no podrían ser considerados personas bien adaptadas.
Imagen cortesía de Melissa Morano B