Última actualización: 03 de diciembre de 2015
Las ausencias duelen, pero es un dolor que se mitiga y desaparece con el paso del tiempo; sin embargo, el dolor de compartir nuestra vida con alguien que nos hace daño es largo e intenso. Un amigo, un familiar, una pareja nos puede amargar la vida; depende de nosotros decidir mudarnos y vivir una vida plena.
Si una persona te desprecia, no te ama; si te critica por lastimarte, no te ama; si te insulta o te maltrata, no te ama; si te ignora o no te considera, no te ama. ¿No es mejor que tal individuo no esté presente en tu vida? Esto sin duda sería un verdadero triunfo.
"No te preocupes por las personas de tu pasado: hay una razón por la que no han llegado a tu futuro".
(Paulo Coelho)
Personas cuya ausencia es un éxito
Con algunos tipos de personas es bueno poner una distancia sana y terapéutica, una distancia que nos haga sentir que podemos vivir en un clima de bienestar y seguridad aunque seamos nosotros mismos. A continuación, presentamos algunas personas cuya ausencia representa un verdadero triunfo.
el pesimista
Puede ocurrir en varios aspectos de nuestra vida: entre nuestros amigos, en una relación de pareja, en el trabajo, etc. Lo primero que hay que hacer con estos individuos es identificarlos. Estas son personas que no dejan de quejarse, todo sale mal., todo el mundo está en su contra, su pasión es el reproche (sin fundamento alguno) hacia los demás.
En realidad, estas personas tienen baja autoestima y les encanta transmitir su angustia. La preocupación es humana, pero este sentimiento debe empujarte a buscar una solución o ayuda, debe ser saludable y positivo y no limitante. Para crecer y no quedarse estancado, es necesario encontrar una oportunidad en cada situación.
el manipulador
Un manipulador te hace creer que lo mejor para ti es, casualmente, lo mejor para él; de esta forma, te lleva a hacer cosas que en realidad no quieres hacer. Puede manejar las emociones y hace uso de esta habilidad con frecuencia; identifica perfectamente tus debilidades para hacerte hacer lo que quiere.
Por esta razón, es importante identificarlos de inmediato. Ten cuidado, un manipulador puede tener varias caras: una persona que siempre es una víctima que te hace sentir culpable de sus desgracias, una persona agresiva a la que es mejor complacer que enfrentar, una persona que usa tus palabras para convertirlas en cosas que no has dicho, etc.
el posesivo
Un posesivo te impide relacionarte con otras personas, te aísla haciéndote creer que estarás mejor. Para él no eres más que un objeto entre otros, sobre el que tener la exclusividad. A menudo te dice frases como "eres mío"; es mejor que esta presencia se convierta en ausencia, porque nadie tiene derecho a poseerte. Sois personas, no cosas, tenéis emociones y sentimientos, vivís, respiráis y os relacionáis con los demás, sois seres humanos.
el agresivo
A una persona agresiva le gusta discutir y agredir verbalmente, porque así se siente poderoso. La agresión es su esencia, un rasgo que no tiene otra explicación que su inseguridad y falta de autoestima. Huye de esa persona lo antes posible. Ama y cree en ti mismo, no permitas que nadie te desprecie y te haga sentir inferior. Sois personas y, como tales, diferentes a los demás: ni mejores ni peores, simplemente únicos.
“Si estar con alguien implica la destrucción de uno mismo, entonces es mejor estar solo”.
(Walter Río)
Deja que la soledad te acaricie
Estamos profundamente convencidos de que, para ser felices, necesitamos de otras personas en nuestra vida, una pareja, un grupo de amigos. La felicidad, en realidad, es interna: nos toca a cada uno individualmente, no depende de terceros, solo de nosotros mismos.
Hay personas que tienen millones de amigos y/o pareja y sin embargo son tremendamente infelices, porque hacen depender su bienestar de los demás. Piensa en algo que te haga feliz, como andar en bicicleta, escribir, leer, etc. Todas estas cosas seguirán haciéndote feliz independientemente de los demás, porque la satisfacción que sentirás al hacerlas está dentro de ti.
Deja que la soledad te acaricie, te abrace, te permita conocerte y aceptarte. Deja que te rodee e invada tu vida de vez en cuando. Disfruta del silencio, de tus espacios íntimos, de los paseos mientras observas a los demás y piérdete en tus pensamientos. Así, sentirás como la ausencia de personas dañinas representa un verdadero triunfo.
“La soledad no me debilita, sino que me fortalece y me llena de un sentimiento extraño que me alimenta, me habla por las noches, me cuenta historias, cuentos inventados y veraces”.
(Chavela Vargas)
