Haz el bien sin pensar en quien

Haz el bien sin pensar en quien

Haz el bien sin pensar en quien

Última actualización: 09 de diciembre de 2015

Me gusta la gente que me hace sonreír sinceramente gracias a su sencillez y amabilidad. Con sus gestos sanan mi alma, me protegen, me levantan el ánimo y me hacen crecer. Gracias a ellos cada día me siento mejor persona y eso no tiene precio.

Encuentro que la bondad es la mejor cualidad que una persona puede tener.. Cuando nos ofrecemos a los demás, somos capaces de exprimir y beber la mejor esencia de este mundo; esta actitud nos da alegría y nos hace sentir orgullosos de nuestra condición.



Sin embargo, hay que reconocer que a veces las dificultades nos saturan; por esta razón, a menudo se vuelve difícil ignorar esa voz interior que nos dice que no perdamos el tiempo con los demás y que no nos ocupemos de nuestros propios asuntos.

La bondad es una cadena de oro que nos une a todos

Dicen que la bondad es la única inversión que siempre tiene éxito. En otras palabras, el acto de sembrar buenas obras se convierte en un beneficio universal, porque con nuestro comportamiento hacemos florecer los corazones que tocamos.

De hecho, aunque hagamos el bien sin esperar recompensa, tenemos la certeza de que seremos recompensados ​​con la misma moneda.

En este sentido, debemos evitar actitudes que nos justifiquen no hacer nada por los demás, porque pensamos que “habrá alguien más que hará algo”. Recuerda que el mundo se hunde con la malevolencia y se levanta con la bondad.

En otras palabras, la bondad es ese aspecto de la experiencia humana que enfatiza el beneficio mutuo, es el fiel reflejo de un corazón educado y emocionalmente inteligente que todos desearíamos tener.



Trata a los demas como te gustaria ser tratado

NNo estamos hablando de formular pensamientos positivos, sino de realizar buenas acciones. que transforman las buenas intenciones en realidad. Trabajar en nuestra capacidad de ser generosos, cariñosos y educados nos ayuda a mejorar nuestra seguridad interior.

También hay que subrayar que, detrás de ciertas sonrisas, no hay felicidad pura, sino la bondad de esas cosas que no decimos y que quedan en nuestras vidas y en lo más emotivo de nuestro corazón.

Nuestras acciones son el reflejo de nuestra alma, representan nuestra mirada hacia el mundo. Contribuimos a la belleza del universo demostrando que nuestra única verdadera superioridad radica en la posibilidad de ser buenos.

¿Cómo podemos hacer el bien?

La sencillez, la bondad, la fe y la alegría son piedras magníficas para construir la casa de la vida.

Hacer el bien puede no ser siempre fácil. Sin embargo, si lo piensas bien, la bondad no está en los grandes gestos, sino en las acciones diarias, que tenemos el poder de gestionar. ¿Cómo podemos cuidar este valor en el día a día? Veámoslo a continuación.

1 - Sé un ejemplo

Muestre a los que no saben cómo practicar la solidaridad, la bondad y el valor de ayudar a los demás. La solidaridad consiste en dar lo que tenemos, no lo que nos sobra.

2 - Cuida de los demás en tiempos oscuros

Recuerda que el mejor remedio para las dificultades es la risa y la comprensión empática. Extender una mano amiga o escuchar con paciencia a los demás es la mejor manera de ayudar y facilitar la vida de nuestros semejantes.


3 - Alimenta tu sentido del humor

Cuida tu sentido del humor: la vida es diferente si valoras la risa. Se encuentran entre las mayores fuentes de inteligencia emocional; gracias a ellos, damos diversión, sabiduría y perspectiva de vida a quienes nos rodean.


4 - Todos necesitamos de los demás para realizarnos

Todos somos seres imperfectos, por lo tanto necesitamos la tolerancia y la bondad de los demás para aceptar y garantizar nuestro bienestar, así como para hacer del mundo un lugar mejor.

5 - Ponte en primera línea contra las injusticias

Defender las cosas correctas es una clara señal de bondad. Como ya hemos dicho, este comportamiento tiene un efecto multiplicador: lo que hacemos determina el comportamiento de nuestros semejantes.


Una vez que sabemos lo que trae la bondad, es difícil imaginar ser feliz sin practicar estos principios. Ahora estamos seguros de que, aunque no veamos la cosecha, lo que sembramos con un acto de bondad equivale a millones de sonrisas y toneladas de bienestar.

Recuerda que la bondad es un arte del que puedes beneficiarte casi de inmediato con pequeños gestos. El agradecimiento y la satisfacción de hacer el bien te ayudan a crear vínculos afectivos duraderos y saludables; de esta manera obtendrás la mayor recompensa que puede existir: el enriquecimiento emocional.

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