Última actualización: 18 septiembre, 2017
El dolor ardiente de una relación fallida es uno de los mayores dolores que puedas experimentar. Sentirse en un túnel sin fin con el corazón roto apaga tus fuerzas y te impide ver más allá.
Una excelente manera de recuperarse del vacío causado por una ruptura amorosa y ayudar a sanar el corazón es practicar deporte, especialmente al aire libre. La razón es que esto permite liberar toda la tensión acumulada en el cuerpo y, además, bombardea el cerebro con endorfinas, los neurotransmisores encargados de hacernos sentir bien y disminuir las sensaciones de dolor, tanto físico como emocional. Echemos un vistazo más de cerca a lo que es.
La conexión mente-cuerpo
Cuando vivimos una ruptura sentimental, nos invade un dolor emocional que provoca, a su vez, reacciones físicas. Varios estudios afirman que la zona del cerebro que se activa cuando estamos lesionados físicamente es la misma que cuando experimentamos rechazo amoroso o la pérdida de un ser querido.
En consecuencia, todas las sensaciones y emociones de nuestra mente afectan a nuestro cuerpo y, del mismo modo, el estrés y el cansancio físico afectan a nuestra mente.
Por mucho que podamos negarlo, el cuerpo y la mente están conectados, trabajan juntos y se afectan mutuamente. La eficacia del ejercicio para curar un corazón roto, por lo tanto, se deriva de esta profunda conexión. Cuando cuidamos nuestra mente cuidamos nuestro cuerpo y, por el contrario, cuando cuidamos nuestro cuerpo también cuidamos nuestra mente.
Sin embargo, cuando se trata de un corazón roto, los deportes al aire libre son mucho más recomendables que cualquier otra actividad. El simple hecho de caminar en medio de la naturaleza aporta una serie de beneficios adicionales que no se pueden encontrar de otra manera.
El ejercicio al aire libre ofrece una gran oportunidad para sanar el dolor emocional. Reduce los sentimientos de ira y tristeza que acompañan a un corazón roto.
El deporte al aire libre apaga la ira y nos da esperanzas
Como se dijo, el ejercicio físico nos ayuda en la ardua tarea de remendar los bordes de un corazón roto por una rotura, mejor aún si es al aire libre, en plena naturaleza, aprendiendo grandes lecciones.
Cuando nos enfrentamos a los esfuerzos que requiere una carrera, un paseo o cualquier otro ejercicio físico en un entorno natural, recuperamos inmediatamente la conciencia de nuestro verdadero lugar en el mundo. Somos insignificantes y poderosos al mismo tiempo, somos pura energía de vida.
Cada zanja, cada piedra, cada vacío que saltamos, cada meta que alcanzamos y cada desafío que ganamos son una conquista que mitiga la ira., gracias a la secreción de endorfinas, y que poco a poco la excluye, dando paso a la esperanza. De esta forma, nos renovamos interiormente, limpiamos nuestras heridas y, con el tiempo, recuperamos la conciencia de nuestro ser y, en definitiva, de nuestra esencia.
El ejercicio es un ejemplo de lo importante que es la constancia y el esfuerzo para superarse y retomar el rumbo.
En la naturaleza podemos encontrar muchas respuestas. Respuestas que nos abrirán nuevas posibilidades, que transformarán la energía negativa del enfado en energía positiva para seguir adelante.
La naturaleza nos ayuda a ampliar nuestras perspectivas
Practicar deportes al aire libre reducirá nuestra ira y también nos ayudará a tener una perspectiva renovada de nuestra vida y resolver problemas y dificultades. Entrar en contacto con la naturaleza y detenernos a observar su belleza nos tranquiliza y nos permite ampliar nuestras perspectivas.
Gracias a la observación de los momentos más sencillos y cotidianos, de los elementos más comunes y de la armonía que surge a pesar de su gran inmensidad, podemos llegar a robar cosas que quizás nunca habíamos notado.
Todo lo que captan nuestros cinco sentidos de la naturaleza puede llevarnos a un estado meditativo a través del cual liberar la mente, reducir la ansiedad y, como hemos visto, calmar la ira. Hacer ejercicio en medio de la naturaleza puede convertirse en nuestro refugio seguro. Su sencillez y magnanimidad, su trascendencia y “volatilidad”, sus ciclos… Todo ello nos ayuda a ampliar nuestra comprensión de las cosas ya diferenciar lo importante de lo que no lo es.
"La esperanza surge como un ave fénix de las cenizas de los sueños rotos"
-SA Sachs-
La naturaleza ayuda a perdonar
Por último, pero no menos importante, hacer ejercicio en medio de la naturaleza nos predispone a sanar nuestro rencor por lo vivido. El estado de bienestar originado por el deporte, junto con el maravilloso poder de tranquilidad que nos transmite la naturaleza, nos ayuda a encontrar una nueva esperanza y, con ella, la capacidad de perdonar. Porque el perdón requiere esperanza y la creencia de que hay un lugar mejor lejos del doloroso vacío que se formó después de la ruptura.
Como hemos visto, Hacer ejercicio al aire libre libera la mente, alivia el dolor emocional y nos da fuerzas para seguir adelante. Porque aunque se te rompa el corazón, siempre podemos buscar la mejor manera de remendarlo, y la mejor combinación para hacerlo es la que ofrecen el deporte y la naturaleza.