Herida de traición: cómo curarla

Herida de traición: cómo curarla

Herida de traición: cómo curarla

Última actualización: 08 de abril de 2020

La traición es una de las experiencias más dolorosas que uno puede vivir. No importa si es tu pareja, amigo o familiar. Cualquiera que traicione nuestra confianza abre una herida que luchará por sanar si alguna vez lo hace. Por supuesto, la herida de la traición es aún más dolorosa cuando la inflige una persona en la que confiamos ciegamente.



Bueno, No todas las decepciones pueden clasificarse como traición. De hecho, el ser humano no puede evitar decepcionar a los demás, una o más veces. A veces simplemente no estamos a la altura de las circunstancias y terminamos decepcionando a las personas que amamos.

"Se traiciona a sí mismo más a menudo por debilidad que por un intento deliberado de traicionar".

-François de La Rochefoucauld–

Las traiciones que marcan y realmente hieren son las que se hacen deliberadamente, con total conciencia y guiado por razones egoístas. Los de aquellos que nos habían asegurado una cosa y que en el momento de la verdad se comportaron de otra manera, conscientes de quebrantar su palabra.

Los diferentes tipos de traición.

Cuando hablamos de este tema, tendemos a pensar inmediatamente en la traición en el amor. Sin embargo, Hay diferentes tipos de traición. Desde aquello hacia uno mismo, hasta aquello que es el resultado de un complot real urdido y realizado conscientemente contra alguien.

Cualquier tipo de traición tiene dos aspectos en común: la ruptura con lo previamente establecido, implícita o explícitamente, y romper la confianza.

Se traicionan acuerdos y expectativas, ilusiones y promesas. Se traiciona a sí mismo con palabras y hechos.



La persona traicionada experimenta el más amargo de los sabores, el del engaño. Se siente burlada y subestimada.. Sus sentimientos, pensamientos y expectativas han sido pisoteados. Se ha transformado en un objeto para lograr un fin. Así es: fue utilizada y manipulada para algo de lo que no era consciente. Por eso la traición duele tanto y deja una fuerte huella en quienes han sido víctimas de ella.

Curando una herida de traición

El efecto más dañino de una traición viene dado por el profundo sentimiento de desconfianza que surge en la persona traicionada, que a causa de esta experiencia podría perder la fe en el mundo entero. Una herida de traición a veces tiene un impacto tremendo que no puede sanar por sí solo. Es por esto que se vuelve fundamental encontrar los recursos adecuados para superar la situación. Aquí hay algunas estrategias para hacer esto:

  • Evaluar la situación. Es importante dar la debida importancia a todas las circunstancias que llevaron a la traición, especialmente considerando si hubo o no intención de hacer daño. Las intenciones son importantes.
  • No te culpes. Incluso si la persona traicionada es en realidad una víctima, puede suceder que caiga en la tentación de culparse por lo sucedido. Culparse a sí misma y ser estúpida. No debemos responsabilizarnos por faltas que correspondan a otros. Pero sobre todo, tienes que ser bueno contigo mismo.
  • Aceptar lo que pasó. A veces se corre el riesgo de negar o negar lo sucedido. Ojo, hacer esto no te permite avanzar: lo mejor es aceptar el pasado y tratar de entender si hay solución o no.
  • Tome su tiempo. La traición trastorna los sentimientos. Es importante tomarse un tiempo para dejar que el impacto inicial dé paso a una visión más clara de la situación.
  • Hacer inventario. Todos los seres humanos podemos cometer errores, esto no debe olvidarse. Por difícil que sea, es importante hacer un balance de lo que esa persona ha traído a nuestra vida, y el peso real de su traición.
  • Busca el camino del perdón. Perdonar no significa aceptar lo sucedido sin consecuencias o fingir que no sucedió. Más bien se trata de reconciliarte contigo mismo y aprender a dejar atrás los hechos.

Aunque una herida de traición sana lentamente, no necesariamente tiene que generar un trauma eterno. El primer deber de la persona traicionada es recuperar el equilibrio para seguir adelante. Debemos evitar que los errores de los demás se conviertan en una marca que nos marque para el resto de nuestra vida.



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