La hipervigilancia puede destruir cualquier relación. Revisar, dudar y estar constantemente sobre tu pareja para verificar que todo está bien y que no hay comportamientos inusuales es un arma de doble filo.
Última actualización: 31 de diciembre de 2022
Algunas personas actúan como detectives en una relación, buscando pistas y señales para verificar que todo va bien. Supervisan continuamente el comportamiento de su pareja en un constante estado de hipervigilancia en la relación., lo que a la larga provoca discusiones y conflictos.
La presencia de hipervigilancia en una relación tiende a deformar la realidad poco a poco. Comienza con pequeñas discusiones o dudas hasta cuestionar casi todos los movimientos, gestos y palabras de la pareja. La persona hipervigilante encuentra signos que en realidad no existen porque desconfía de las intenciones del otro.
La angustia de la hipervigilancia
El psicólogo Tyan Dayton describe la hipervigilancia en la relación como un estado de estrés y angustia que se produce en determinadas situaciones subyacente al trauma.
Cuando la hipervigilancia está presente en la relación parental, los niños son más propensos a tener una tendencia a desarrollar este mismo comportamiento en sus relaciones. De alguna manera, lo aprenden desde niños y lo asimilan. Sin embargo, también puede haber otras razones.
Por ejemplo, si hemos sido víctima de una traición en otra relación y ha tenido un impacto emocional muy fuerte en nosotros, podríamos utilizar la hipervigilancia como estrategia para que no vuelva a ocurrir.
El problema es que tal comportamiento termina generando estados de angustia y alimenta la semilla de la desconfianza en la relación.
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Finalmente, las personas con dependencia emocional tienden a hipervigilar a sus parejas. Esto se debe al miedo intenso a perderlos debido a su baja autoestima y ciertas creencias inconscientes que los llevan a actuar de manera poco saludable.
La mala interpretación de las señales.
Una de las principales características que indica la presencia de hipervigilancia en la relación es la mala interpretación de los comportamientos de la pareja. Esto puede suceder porque algunas señales (gestos o palabras) se comparan con otras pasadas. Por lo general, es una consecuencia de la angustia, el estrés o el miedo experimentado.
Un ejemplo sería cuando la pareja está más callada de lo normal o recibe muchos mensajes en su celular. Si un ex nos ha sido infiel o antes de romper la relación ha manifestado silencio en diferentes situaciones, nuestra mente podría activar la señal de alarma y con ella el mecanismo de hipervigilancia.
Empiezan a surgir pensamientos irracionales como “está muy callado, algo anda mal”, “recibe muchos mensajes, tal vez está coqueteando con otra persona” o “ya no le interesa porque casi no me habla”.
Estos pensamientos negativos aumentan la desconfianza e incluso pueden provocar estallidos de ira. De esta manera, la relación de pareja se deteriora., sobre todo si no hablamos con nuestra pareja de lo que nos está pasando y sacamos nuestras propias conclusiones.
Por eso es importante admitir una situación de hipervigilancia en la relación y buscar ayuda profesional.
El peso de las experiencias pasadas sobre la hipervigilancia en la relación
Cambiar nuestra comprensión de las relaciones, especialmente de pareja, resolver experiencias pasadas y traumas profundos y aprender estrategias para manejar las emociones será fundamental para evitar la hipervigilancia.
Si hay algún problema en nuestras relaciones, si vivimos momentos de fuerte angustia y desconfianza, debemos tomar medidas para resolver la situación. La hipervigilancia no solo dañará la relación actual, sino que también nos impedirá crecer y disfrutar de relaciones más sanas en el futuro.
Es importante recordar que la hipervigilancia en la relación de pareja a veces se "normaliza"; por lo tanto, es difícil reconocerlo. Sin embargo, reconocer en primer lugar el daño que provoca esta actitud de alerta constante nos permitirá tomar medidas para empezar a solucionarlo.
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de superar nuestros traumas, experiencias negativas y dolor emocional para construir relaciones saludables que dan en lugar de quitar.