El 7 de julio de 2009 se anunció en la revista Células Madre y Desarrollo la creación, por primera vez, de espermatozoides humanos a partir de células madre embrionarias. Esta es una investigación desarrollada por la Universidad de Newcastle en el Reino Unido. La noticia me resultó muy interesante, sobre todo la discusión que se generó en torno al tema. Por supuesto, el Dr. Nayernia, el investigador principal, dejó en claro que los espermatozoides de "laboratorio" no se utilizarán para fertilizar óvulos sino para estudiar el proceso reproductivo. Esencialmente este descubrimiento resalta la posibilidad "teórica" de poder disponer del esperma sin necesidad de que los hombres lo produzcan y distribuyan, por lo que muchos alarmistas, los mismos que también temen la competencia del vibrador, cuestionan la validez de la figura masculina en los años venideros. El problema de la masculinidad no es nuevo ni intrínseco a ninguna cultura específica. Cuando las mujeres empezaron a asumir ciertos comportamientos que habían sido exclusivos del rol masculino se hizo necesario cambiar los patrones de relación entre los sexos pero debido al machismo muy arraigado, los hombres en un momento se encontraron sin "herramientas" para entender lo nuevo. modelos relacionales. Así, muchas de las hembras occidentales se han vuelto muy arriesgadas y no esperan a que el hombre las "corteje" a la antigua, y coquetea de una forma muy agresiva a la que muchos hombres no saben cómo reaccionar. De manera similar, las mujeres pueden llegar a ser mucho más independientes económicamente, de modo que el estatus clásico de crianza masculina y proveedora de sustento se desmorona. La toma posesión por parte del "sexo no tan débil" de muchas áreas que eran consideradas exclusivamente como prerrogativa de los varones ha provocado la necesidad de cambiar las formas de relacionarse, pero, también por ello, es necesario cambiar el esquema mental con el que se relacionan. entendernos las relaciones entre los sexos y también cómo nos vemos a nosotros mismos en esta relación; verdadero punto focal del sentimiento de incertidumbre que se apodera del hombre moderno. Sin embargo, más allá de las opiniones de los alarmistas, personalmente considero que lo que se extingue es el viejo patrón relacional entre hombres y mujeres para dar paso a nuevas formas de relacionarse y comunicarse ante las cuales tanto mujeres como hombres deben variar sus representaciones sobre ellos mismos y los sexos. No es un camino que deba tomar el hombre solo, sino que debe ser una tarea a enfrentar por dos.