La adolescencia tardía, cada vez más común

La adolescencia tardía, cada vez más común

El fenómeno de la adolescencia tardía es una realidad cada vez más frecuente.

La adolescencia tardía, cada vez más común

Última actualización: 26 de marzo de 2022

En el mundo actual, la edad de las personas parece tener cada vez menos peso. En algún momento resulta que la vida no necesariamente se corresponde con los esquemas teóricos que se nos brindan en el transcurso de nuestra existencia. Como prueba de ello, tenemos el fenómeno de la adolescencia tardía, una realidad cada vez más frecuente.


En primer lugar, debemos recordar que la adolescencia es esa etapa de la vida que cierra la brecha entre la niñez y la edad adulta. Es un período caracterizado por una gran inestabilidad emocional y la búsqueda desesperada de la propia identidad. Gran parte de los altibajos típicos de esta fase dependen de los múltiples cambios corporales que se producen. Llega el período de la madurez sexual, y con él una actividad hormonal particularmente "tormentosa".


La adolescencia es el permiso de la sociedad para combinar la madurez física con la irresponsabilidad psicológica.
– Terri Apter

El concepto de adolescencia tardía tiene dos connotaciones. El primero indica el período correspondiente a los últimos años de la adolescencia; o cuando todos los cambios han llegado a su fin y el joven está listo para entrar de lleno en la edad adulta. La otra connotación se refiere a aquellas fases de la vida en las que parecen resurgir los rasgos típicos de la adolescencia.

En el primer caso se trata de un término técnico, mientras que en el segundo es simplemente una creación de la "psicología popular".

La adolescencia tardía como concepto técnico

Los psicólogos del desarrollo dividen la adolescencia en tres fases. Adolescencia temprana (o preadolescencia), que va de los 11 a los 13 años y corresponde al período de la pubertad. La adolescencia intermedia (o adolescencia propiamente dicha) que va desde los 13 a los 16/17 años. Y la adolescencia tardía que comprende el período comprendido entre los 15-17 años y los 21 años.



La adolescencia tardía es una fase caracterizada por una mayor estabilidad que las fases anteriores. La identidad está mucho más definida, prevalece un gran idealismo y una enorme capacidad para crear ilusiones sobre el futuro. A veces surgen crisis por las nuevas responsabilidades que los jóvenes adultos están llamados a asumir. El adolescente no siempre se siente preparado para afrontar todo esto.

A diferencia de lo que sucede en las primeras etapas, durante la adolescencia tardía sentirse parte de un grupo más o menos estable no es tan importante. En esta fase se tiende a dar mayor importancia a las relaciones individuales. La relación con la familia se vuelve menos tormentosa. Predominan los grandes proyectos y las ganas de cambiar el mundo del día a la noche.

Los adolescentes "eternos"

El término adolescencia tardía ahora también se usa para definir a los niños estados emocionales que presentan características propias de la adolescencia, pero que se dan durante la edad adulta.

El punto es que las diversas etapas de crecimiento no siempre se suceden perfectamente como los esquemas teóricos nos harían creer. Hay circunstancias capaces de prolongar algunas fases o hacer reaparecer en la edad adulta algunos rasgos propios de la adolescencia o la infancia.

La adolescencia tardía puede manifestarse de varias maneras. Puede decirse que lo más frecuente es el caso en que el adulto permanece como un "eterno rebelde", lleno de sueños, pero sin metas concretas que alcanzar. Se opone, sin razón específica, a la adaptación a la vida de adulto. No acepta el mundo tal como es, pero al mismo tiempo no actúa de forma concreta y razonada para intentar cambiarlo.


En estos casos no es raro observar que incluso la relación con los padres sigue siendo tormentosa. Los padres son culpados, culpados, pero al mismo tiempo es imposible que estos eternos adolescentes se separen de ellos a nivel emocional. A veces incluso terminan quedándose en la misma casa.



Los mitos sobre el crecimiento.

Con frecuencia y de buena gana, son los padres quienes no quieren que su hijo adolescente crezca. Más allá del vínculo afectivo, lo que les empuja a comportarse de esta manera puede ser su miedo a envejecer oa hacerse cargo de su propia vida. Estos padres aseguran que la dependencia económica, emocional y psicológica de sus hijos persiste en el tiempo.

En general, la sociedad moderna ha construido un mito según el cual la juventud es la única fase de la vida que vale la pena vivir. No es casualidad que la industria cosmética, en la que gran parte de los productos están destinados a “ralentizar el envejecimiento”, haya tenido tanto éxito. A estas alturas, la palabra "adulto" es desagradable para muchos. Suena serio y aburrido. Da la idea de responsabilidad, que es exactamente lo contrario de lo que sucede en la juventud.

Esto no es malo en sí mismo. Lo que es contraproducente es la renuncia a la autonomía y la responsabilidad causados ​​por continuar viviendo como adolescentes. Los adolescentes tardíos no tienen forma de entender de lo que son realmente capaces.


Nuestro potencial solo sale cuando asumimos la responsabilidad y superamos nuestros miedos. Si no lo intentamos, lo más probable es que comencemos a sentirnos incómodos. Con el tiempo nos sentiremos cada vez más inadecuados y, sin darnos cuenta, nos privaremos de las experiencias más importantes.

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