La amabilidad: un lenguaje universal

La amabilidad: un lenguaje universal

La amabilidad: un lenguaje universal

Última actualización: 09 octubre, 2018

La bondad genuina da gran fuerza a su dueño. Va mucho más allá de las buenas maneras o los formalismos. Cuando es auténtico, refleja verdadera consideración y sincero respeto por los demás. Es también prueba de una personalidad forjada y, sobre todo, es una llave que abre la mayoría de las puertas.

De hecho, la amabilidad es un lenguaje universal. Y no es un lenguaje que deba usarse sólo en tertulias sino, sobre todo, en circunstancias difíciles y con las personas más “crudas”. Casi todos los seres humanos somos permeables/vulnerables a la fuerza de una actitud afable.



A veces se confunde la bondad con la hipocresía. Mostrando una falsa consideración hacia los demás o evitando el conflicto optando por el silencio o el uso de eufemismos. Esto no es amabilidad, sino cálculo y manipulación. La verdadera bondad se refleja principalmente en lenguaje corporal más que en formalismos. A continuación te mostramos algunas formas de detectar si es genuino o no.

Señales que indican bondad

Contacto visual 

El contacto visual es una de las áreas donde mejor se reflejan tanto la hostilidad como la amabilidad. Quien se niega a mirar ojos expresa rechazo hacia la persona. Incluso aquellos que levantan la barbilla, para mirar desde arriba o por encima del hombro a su interlocutor, reflejan hostilidad.

En el lenguaje de la bondad, la mirada es espontánea y afectuosa. Una persona amable mira a su interlocutor a los ojos mientras habla y aparta la mirada cuando habla.. Esta es la forma natural en que los ojos se expresan en una conversación normal, donde las personas se sienten cómodas y al mismo nivel.



Gestos de aceptación

Cuando una persona es realmente agradable, respeta las opiniones de los demás. Sabe escuchar a los demás y sabe dar valor a lo que dice, aunque no coincida con sus pensamientos. Debido a esto, es común que muestre gestos de aprobación frente a su interlocutor, como una forma de revivir el conversazione.

Asentir con la cabeza o inclinarla hacia el otro son expresiones que animan al interlocutor a seguir hablando. Le animan a expresarse ya romper las barreras que puedan existir entre ambos. Además, una sonrisa es también un gesto de aprobación y aceptación. Todo esto hace que el ambiente sea más distendido y la conexión con otras personas sea más real.

Equilibrio en la conversación

Todos somos capaces de conversar, pero pocos son los que sacan partido a este "arte". Cuando la amabilidad es presente de manera espontánea, no hace falta decir que la interacción se basa en un equilibrio. Hay un tiempo para hablar y otro para escuchar. Es la única forma de establecer una comunicación bilateral.

Acaparar las conversaciones o hacerlas girar en torno a un tema que no es de interés común seca la comunicación. Lo ideal es que todos puedan participar. Si no hay interés en imponerse o sobresalir, esto sucede de forma natural, sin ningún esfuerzo para que esto suceda. que le interesa solo a una de las personas involucradas.


La adulación no es sinónimo de amabilidad

Algunas personas adoptan continuamente el papel de "anfitriones de la vida", donde sea o cuando sea que estén. Hacen de la adulación una forma de relacionarse con los demás. Emplean palabras y actitudes aparentemente cariñosas. Sin embargo, lo hacen en serie, automáticamente, como si leyera un libro que apenas se ajusta a lo que realmente piensan.



La amabilidad no tiene nada que ver con la adulación. Reconocer honestamente los méritos y éxitos de los demás es una cosa, dar cumplidos para halagar es otra. Ser amable es una cosa, engatusar y fingir estar complacido es otra. La amabilidad, a pesar de respetar ciertos protocolos, no exige teatralidad y ficción.


Cabe destacar que la amabilidad es una de las características que se tiene en cuenta en uno de los tests de personalidad más conocidos. Hablemos de la Teoría de los "Cinco Grandes", del que podemos encontrar una descripción exhaustiva en el estudio de Jan JF Ter Laak.

Cualquier conducta humana y cualquier palabra es mucho mejor cuando se hace o se habla con amabilidad.. Si fuéramos más constantes en este sentido, seríamos capaces de afrontar los momentos difíciles o las relaciones con mayor fluidez e inteligencia. Solo agrega un toque de amabilidad a tu vida para sentirte mejor.

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