Última actualización: 10 2015 noviembre
¿Quieres saber cuántos años tengo?
Estoy en la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Soy la edad en que los sueños comienzan a tocarse con los dedos y las ilusiones se convierten en esperanzas.
Estoy en la edad en que el amor es a veces una chispa loca, ansiosa de ser consumida en las llamas de una pasión. En otros momentos, es un oasis de paz, como una tarde de playa.
¿Quieres saber cuántos años tengo? No necesito decir un número específico. Mis esperanzas realizadas y las lágrimas que he derramado en el camino valen mucho más que eso.
¿Qué importa que cumpla 20, 40 o 60?
Lo que importa es la edad que siento en mí.
Tengo la edad adecuada para vivir libremente y sin miedo.
Recorrer el camino sin miedo, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis deseos.
¿Qué importa la edad que tenga? ¡A nadie le importa!
Tengo la edad adecuada para no tener miedo y hacer lo que tengo ganas de hacer.
(José Saramango)
¿Cómo hemos cambiado, verdad? Parece que fue ayer que teníamos 10 años menos o incluso que éramos niños. El tiempo pasa sin que nos demos cuenta.
Sin embargo, somos perfectamente conscientes de que no hemos dejado de disfrutar del tiempo que tenemos disponible y que vamos acumulando enseñanzas gracias a las cuales ya no tenemos miedo de caer al abismo.
A veces, sin embargo, cuesta entenderlo y nos invade la inseguridad.. No obstante, el paso del tiempo nos da la templanza para saber que lo mejor que podemos ofrecer está dentro de nosotros.
Acumular juventud es un arte
No es momento de hacernos entender que hay que enfrentar los miedos: son los daños, las experiencias que acumulamos, las que hacen girar nuestro mundo.
Este es precisamente el valor que debemos dar a lo largo de los años.. Ya somos lo suficientemente mayores para reafirmar nuestra identidad y saber posicionarnos, aunque a veces choquemos con quienes no saben lo que significa.
La edad nos ofrece la oportunidad de aprender de las batallas y los sentimientos perdidos, para abrazar el calendario y el reloj.
El tiempo vivido merece un suspiro
"Disfrutar del pasado es vivir dos veces"
Disfrutar de los recuerdos calma el ánimo, ya que eleva nuestra autoestima y fortalece nuestras relaciones. Digamos que, con el paso del tiempo, nuestros deseos se convierten en fuente de equilibrio y bienestar psíquico que nos nutre.
Aunque a veces lo suframos, recordar y sentir los recuerdos intensamente es una forma de mantenernos sanos emocionalmente. Los suspiros nostálgicos crean un puente entre el presente y el pasado, que nos ayuda a sentir la continuidad de nuestro yo ya comprender cuáles son las cualidades que compartimos con la persona que hemos sido.
En otras palabras, a través de la memoria, alimentamos el sentimiento de que el ayer y el hoy se fusionan. en una unión perfecta entre la experiencia y el tiempo, que se traduce en el característico desparpajo.
Manejar este séptimo sentido nos permite comprender que nuestra única tarea es convertirnos en dueños de nuestra vida.
Nuestra sabia mirada, en ese punto, podrá tratar con cariño y comprensión a las presentes y futuras generaciones. Esto significa cumplir con el propósito responsable de ser uno mismo sin dañar a los demás.
Nuestro corazón es tan viejo como las cosas que ama, por eso es fundamental seguir creciendo.