La felicidad según Charlie Chaplin, un ejemplo a seguir 🆙

La felicidad según Charlie Chaplin, un ejemplo a seguir

Última actualización: 06 octubre, 2015

Vamos a hablar de "felicidad". ¿Tienes buen equipaje hoy? Quizás tus bolsillos estén vacíos, quizás no vivas en la casa de tus sueños y quizás hayas perdido a esas personas que alguna vez te hicieron sonreír tanto.

Pero la felicidad no se encuentra sólo a nivel material, la dimensión hacia la que solemos aspirar cuando nos marcamos nuestras metas. Y la felicidad no es ni siquiera una entelequia imposible de alcanzar. No es un santo grial levantarse después de haber logrado una hazaña personal. La verdadera felicidad, la auténtica, consiste en una simple actitud. Una vision. Un punto desde el que observar la vida.

En efecto, la felicidad se encuentra dentro de cada uno de nosotros, y debe ser cultivada día tras día, a través de las cosas más fáciles, más simples, más elementales. Siempre es posible decidir si tomar el camino más empinado lleno de negatividad, entregarse, o elegir sacar fuerzas de uno mismo, volviendo la mirada hacia la positividad. a favor de la motivación diaria, a favor de esas simples ilusiones que nos hacen esperar el futuro y disfrutar del presente.

La felicidad es sin duda un ejercicio saludable para practicar todos los días. Y uno de los métodos para lograrlo se basa en la perspectiva de uno de los mitos de la historia del cine: Charlie Chaplin. Seguro que muchos de vosotros sois grandes admiradores de sus obras, pero para otros su figura no puede ser más que un nombre perteneciente al pasado, carente de brillo.

Hoy queremos mostraros un aspecto de él, del hombre real que hay detrás del personaje. Porque estamos seguros de que te encantará.

Charlie Chaplin, el hombre detrás del personaje

Seguro que conoces obras tan inolvidables como "La fiebre del oro", "Tiempos modernos" o "El gran dictador". Son parte del patrimonio cultural de todos nosotros, de nuestra historia, y han sentado las bases para la evolución del cine. Un humor que habla de humanidad y que a menudo se entrelaza con la tragedia, y que es capaz de hacernos sonreír cada vez. Una demostración de audacia.

Según muchos, aunque pueda parecer una exageración, sin Charlie Chaplin el cine no hubiera sido lo mismo. Nadie se da por enterado, pues esta industria siempre se ha alimentado de grandes nombres y grandes ideas, siempre de nuevas perspectivas encaminadas a innovar el mundo del cine, y con ello, nuestra imaginación y nuestras emociones. Porque el cine no deja de ser una “fábrica de sueños” para todos.

Pero volvamos a la esencia de nuestro discurso. Estábamos hablando de la felicidad. La felicidad vista desde el punto de vista de este icono del cine, Charlie Chaplin. ¿Sabes lo que quizás se escondía detrás de ese hombrecito de extraño andar? Este artista británico estaba dotado de las artes y la escena. Era un acróbata con un refinado instinto para la comedia, pero visto con ojos que tienden a lo trágico. Agridulce.

Era un hombre de las mil caras: actor, director, músico, guionista, productor, montador, pero sobre todo un hombre que aprendió a sobreponerse a las adversidades desde muy joven. De hecho, creció en la más absoluta precariedad. Sobrevivió como pudo sobre los escenarios, siempre inmerso en el mundo del espectáculo, pero perennemente marcado por la maldición del hambre y la desnutrición.

Su familia era como un nido destruido, donde encontrar la seguridad necesaria para crecer era imposible. Desprovisto de amor y valores. Su padre nunca se hizo cargo de él ni de sus hermanos, y su madre, aunque también era artista escénica, padecía graves trastornos mentales que la obligaron a permanecer encerrada en residencias de mayores durante mucho tiempo. Lejos de ellos.

Detrás del personaje, detrás de esos grandes zapatos suyos, su bastón y su chaleco polvoriento, su verdadera historia estaba oculta. Esos rasgos que lo escondían solo a medias, ya que en realidad formaban parte de su esencia, nos mostraban lo que realmente era. Un hombre que sobrevivió y supo reinventarse. Un hombre capaz de sacar una sonrisa de la tragedia y capaz de comunicarse con un público que conocía muy bien los temas que se estaban tratando.

Chaplin fue un artesano de las emociones, y como tal nos dejó un legado digno no sólo en lo que concierne al mundo del cine. Lo hizo con sus propias palabras. Aquí hay un ejemplo perfecto, con la esperanza de que te ayude: